A
finales
de
2022,
Céline
Dion
conmocionó
al
mundo
al
anunciar
que
debía
cancelar
sus
compromisos
profesionales
debido
a
un
diagnóstico
de
síndrome
de
la
persona
rígida,
un
raro
trastorno
neurológico
que
afecta
a “una
persona
entre
un
millón”.
En
ese
momento,
la
artista
canadiense
mencionó
la
ardua
batalla
que
estaba
librando
contra
esta
enfermedad.
Galería
de
fotos:
así
fue
la
reaparición
de
Celine
Dion
en
los
Grammy
Sin
embargo,
lo
que
pocos
sabían
es
que
la
cantante lleva
17
años
enfrentándose
en
silencio
a
esta
enfermedad
degenerativa,
ocultando
sus
síntomas
mientras
se
presentaba
sobre
el
escenario.
Esta
revelación
impactante
es
uno
de
los
aspectos
más
destacados
de “Soy
Céline
Dion”,
el
documental
que
Prime
Video
estrenará
mundialmente
el 25
de
junio.
La
producción
promete
mostrar
la
faceta
más
íntima
de
esta
estrella
internacional
de
la
música,
ofreciendo
una
visión
profunda
de
su
vida
y
lucha
personal.
Esto
no
les
gusta
a
los
autoritarios
El
ejercicio
del
periodismo
profesional
y
crítico
es
un
pilar
fundamental
de
la
democracia.
Por
eso
molesta
a
quienes
creen
ser
los
dueños
de
la
verdad.
El
día
que Céline
Dion
contó
que
padecía
el
síndrome
de
la
persona
rígida
“He
estado
lidiando
con problemas
de
salud durante
mucho
tiempo
y
ha
sido
muy
difícil
para
mí
enfrentar
estos
desafíos
y
hablar
de todo
lo
que
he
estado
pasando”.
La
cantante
canadiense
destacó
que
está
acompañada
por
un
equipo
de
profesionales,
que
además
de
sostenr, tienen
como
objetivo
que
la
enfermedad
no
avance
tan
rápido
como
podría
ser,
aunque
su
progresión
es
inevitable.
“Tengo
un
gran
equipo
de
médicos
trabajando
a
mi
lado
para
ayudarme
a
mejorar
y
a
mis
preciosos
hijos,
que
me
apoyan
y
me
ayudan”,
precisó Céline
Dion.
De
acuerdo
a
información
del Centro
de
Información
sobre
Enfermedades
Genéticas
y
Raras (GARD,
por
sus
siglas
en
inglés)
el
síndrome
de
la
persona
rígida
se
caracteriza “por
episodios
de
rigidez
y
espasmos
musculares
de
los
músculos
del
tronco
y
de
los
brazos
y
piernas,
que
muchas
veces
se
produce
por
una
sensibilidad
aumentada
al
ruido,
al
tacto
y
como
una
respuesta
al
sobresalto”.
La
mayoría
de
las
veces
los
síntomas
comienzan
entre
los
30
y
60
años,
y
en
el
caso
de
la
cantante,
este
diagnóstico
le
impide “utilizar
las
cuerdas
vocales”,
dijo. “No
se
sabe
aún
mucho
de
esta
enfermedad
rara,
pero
ahora
sabemos
que
es
la
causa
de
los
espamos
musculares
que
sufro”.
“Estoy
trabajando
duro
con
mi
terapeuta
de
medicina
deportiva
todos
los
días para
recuperar
mi
fuerza
y
mi
capacidad
de
actuar
de
nuevo, pero
tengo
que
admitir
que
ha
sido
una
lucha. Lo
único
que
sé
es
que
cantar
es
lo
que
he
hecho
toda
mi
vida
y
lo
que
más
me
gusta
hacer.
Los
extraño
mucho.
Echo
de
menos
veros
a
todos
en
el
escenario
actuando
para
vosotros”,
aseguró
la
cantante
en
ese
momento.
“I
am
Celine”,
el
documental
que
deja
al sus
17
años
de
dolor,
pruebas
farmacológicas
y
la “lucha”
con
el
síndrome
de
la
persona
rígida
Cuando
la
directora
Irene
Taylor
recibió
una
llamada
hace
unos
años
para
hacer
una
película
sobre
la
cantante
francocanadiense
conocida
por
su
poderosa
voz,
se
mostró
indecisa.
“Honestamente,
pensé
que
no
encajaba.
No
lo
digo
por
arrogancia.
Dije:
¿Qué
quieren
de
mí?
Ese
no
es
el
tipo
de
película
que
hago”,
comentó
Taylor
en
una
entrevista
en
video.
Sus
trabajos
anteriores,
como
el
profundamente
personal “Moonlight
Sonata:
Deafness
in
Three
Movements”,
trataban
temas
íntimos
y
familiares,
como
la
sordera
de
su
hijo
y
su
padre.
Sin
embargo,
prevaleció
la
perspectiva
de
Dion,
y
Taylor
decidió
abordar
el
proyecto
“sin
visión
periférica”,
centrándose
en
la
persona
frente
a
ella
y
en
lo
que
estaba
viviendo.
El
documental,
próximo
a
estrenarse
el
25
de
junio
en
Prime
Video,
utiliza
clips
de
actuaciones
y
entrevistas
de
los
40
años
de
carrera
de
Dion.
Rastrea
los
momentos
clave
de
su
biografía,
desde
su
infancia
en
Quebec,
donde
era
la
menor
de
14
hermanos,
hasta
su
evolución
de
estrella
adolescente
francesa
a
ícono
internacional
con
baladas
poderosas
como
“Because
You
Loved
Me”
y
“My
Heart
Will
Go
On”.
“I
Am:
Celine
Dion”
entrelaza
material
de
archivo
con
imágenes
contemporáneas
de
Dion
lidiando
con
sus
problemas
de
salud,
mostrando
a
la
cantante
en
sus
momentos
más
vulnerables,
tanto
emocional
como
físicamente.
Atrás
queda
el
brillo
y
el
glamour
asociados
con
su
persona
escénica;
Dion
aparece
prácticamente
sin
maquillaje,
vestida
de
manera
casual
y
compartiendo
momentos
sinceros
con
sus
gemelos
adolescentes.
Se
muestra
increíblemente
apasionada
(en
un
momento
canta
el
jingle
de
Kit
Kat
“Gimme
a
break”),
pero
también
muy
consciente
de
sí
misma
y
divertida,
como
cuando
ofrece
un
monólogo
poco
convencional
sobre
su
amor
por
los
zapatos.
La
película
revela
el
alcance
de
sus
problemas
de
salud,
con
Dion
admitiendo
que
estuvo experimentando
síntomas
durante
17
años.
Lo
que
comenzó
como
una
tensión
vocal
ocasional
se
volvió
progresivamente
más
debilitante,
obligándola
a
cancelar
espectáculos,
algo
que
fue
casi
tan
doloroso
para
ella
como
los
síntomas
físicos
debido
a
su
ética
de
trabajo
y
devoción
por
sus
fans.
Estos
espasmos
en
la
voz
y
los
músculos,
que
ha
ocultado
durante
años
mediante
gestos, “trucos”
y
medicamentos,
complican
su
disfrute
de
la
música.
La
cantante
recurrió a
fármacos
como
el
Valium,
llegando
a
consumir
entre
80
y
90
miligramos
al
día,
una
dosis
que
podría
ser
letal.
Una
de
las
escenas
más
impactantes
muestra
a
Dion
sufriendo
un
episodio
de
su
enfermedad
en
medio
de
una
sesión
de
terapia.
Mientras
está
sobre la
mesa,
su
cuerpo
se
congela
repentinamente,
y
aunque
apenas
puede
emitir
sonido,
su
rostro
refleja
claramente
el
dolor
que
está
experimentando.
Durante
una
proyección
en
Nueva
York,
se
podía
escuchar
a
los
miembros
del
público
llorar
al
ver
esta
escena.
Taylor
expresó
sobre
su
enfoque
al
filmar
a
Dion:
“Realmente
intenté
mirar
a
la
persona
que
tenía
delante
y
lo
que
estaba
pasando”.
Este
enfoque
íntimo
y
honesto
ha
permitido
mostrar
a
Dion
en
una
luz
completamente
nueva,
revelando
la
fortaleza
y
vulnerabilidad
de
una
de
las
estrellas
más
grandes
de
la
música.
Otro
de
los
momentos
impactantes,
después
de
reconocer
el
tiempo
que
se
encuentra
enferma,
es
cuando
Celine
Dion
muestra
que
no
puede
cantar,
debido
a
que
sus
cuerdas
vocales
se
ven
afectadas
por
la
enfermedad. “Estoy
trabajando
duro
cada
día,
pero
tengo
que
admitir
que
ha
sido
una
lucha.
Lo
echo
mucho
de
menos.
Echo
de
menos
a
la
gente.
Si
no
puedo
correr,
andaré. Si
no
puedo
andar,
me
arrastraré. No
voy
a
parar”,
sentencia
en
este
descarnado
relato.