Al ritmo del rock y del blues, Eric Clapton demostró en Vélez por qué es el “Dios de la guitarra”

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“Vamos
Dios”
.
Así
aclamaba
la
gente
en
la
noche
del
viernes
a

Eric
Clapton
,
que
demostró
nuevamente,
si
es
que
hacía
falta,
por
qué
lo
apodan
de
esa
manera.
Con
seis
décadas
de
carrera
que
lo
acompañan,


el
guitarrista
británico

de
79
años
supo
poner
en
un
trance
a
los
fanáticos

que
asistieron
al
estadio de
Vélez,
quienes
interrumpían
el
silencio
atento
con
el
que
disfrutaban
del
rock
y
del
blues
para
aplaudir
y
ovacionar
al
músico
en cada
solo que
realizaba.

La
cita
en
el
país
se
dio
en
el
marco
de
su

gira
mundial
para
celebrar
sus
60
años
de
trayectoria
,
que
comenzó
el
pasado
9
de
mayo
en
Newcastle
(Inglaterra).
De
esa
manera,
ya
visitó
las
ciudades
inglesas
de
Liverpool,
Birmingham,
Manchester
y
Londres,
así
como
Dublín
(Irlanda); París, Lyon
y
Nimes
(las
tres
en
Francia)
y
Lucca
(Italia).
En
tanto,
sus
próximos
destinos
serán
Brasil,
México
y
Estados
Unidos.


Entre
pogos
y
banderas,
Ratones
Paranoicos
realizó
su
show
de
despedida
en
Vélez: “El
rock
está
más
vivo
que
nunca”

Esto
no
les
gusta
a
los
autoritarios

El
ejercicio
del
periodismo
profesional
y
crítico
es
un
pilar
fundamental
de
la
democracia.
Por
eso
molesta
a
quienes
creen
ser
los
dueños
de
la
verdad.

Pasó
más
de
una
década
desde
la
última
vez
que
el
guitarrista
estuvo
en
la
Argentina
(los
tres
encuentros
previos
fueron
en
1990,
2001
y
2011 en
el
Monumental),
por
lo
que
no
fue
sorpresa
que la
gente
comenzara a
congregarse
desde
temprano
en

el
estadio
porteño
.
Antes
de
que
la
estrella
de
la
noche
saliera
al
escenario,
hubo
dos
teloneros.
El
primero
fue

David
Lebón
,
quien
interpretó “No
seas
dura
“, “Cuánto
tiempo
más
llevará
“, “No
confíes
en
tu
suerte
“, “Noche
de
perros
“, “Mundo
agradable

y “Suéltate
Rock
And
Roll
“.
Luego
fue
el
turno
del
estadounidense Gary
Clark
Jr.
,
figura
reconocida
del
rock
y
del
blues, que
brindó
un
espectáculo
de
una
hora.

Tras
el
turno
de
los
artistas
más
invitados,
llegó
el
momento
más
esperado
del
evento.
A
las
21,
haciendo
honor
a
la
puntualidad
inglesa,
las
luces
del
estadio
se
apagaron.
En
respuesta, la
gente
levantó
sus
celulares
y
comenzó
a
grabar,
mientras
que
otros
optaron
por
aplaudir
y
ovacionar.
En
medio
de
esa
escena,

apareció
sonriente
Clapton
vistiendo un
poncho,
jeans,
gorra
y
pañuelo
.
Junto
a
él
se
encontraba
su
banda
integrada
por
Doyle
Bramhall
II
(guitarra,
voces),
Chris
Stainton
(piano,
teclados),
Tim
Carmon
(órgano
Hammond,
teclados),
Nathan
East
(bajo,
voces),
Sonny
Emory
(batería)
y
las
coristas
Katie
Kissoon
y
Sharon
White.

 

La
magia
de “Slowhand”
en
la
guitarra
y
la
sintonía
con
el
público

Sin
mediar
palabras
a
lo
largo
del
evento,
más
allá
de
algún “Muchas
gracias

o “Thank
you
“,

brindó
un
espectáculo
de
casi
dos
horas
donde
hizo
una
síntesis
de
su
carrera

e
incluyó
pistas
de
su
época
en
Cream,
además
de
covers
a
artistas
como
Charles
Segar,
Robert
Johnson,
Jimmie
Cox,
Willie
Dixon, Wynonna
Judd y
J.
J
Cale.

En
tanto,

la
gente
pareció
entrar
en
un
trance
.
Es
que,
a
excepción
de
algún
grito
de
un
fanático,
el
estadio
estaba
sumido
en
silencio,
inmerso en
la
magia
de “Slowhand”
en
la
guitarra.
Cuando
finalizaba
cada
tema
o
luego
de
algún
solo,
esa
especie
de
hechizo
parecía
romperse,
ya
que
Vélez
estallaba
en
aplausos
y
gritos.
También
había
quienes
se
paraban
de
sus
asientos
para
ovacionar
al
artista
moverse
al
ritmo
de
la
música
,
así
como quienes
preferían
marcar los
tiempos
con
sus
pies
y
cabezas.

Con
un
escenario
sencillo
donde
se
destacaban
los
músicos
y
dos
pantallas
los
acompañaban,
el
primer
tema
fue “Sunshine
of
Your
Love
“,
que abrió
la
noche
con
total
energía.
Después
comenzó
a
sonar “Key
to
the
highway
“,
que
fue
recibido
por
las
exclamaciones
de
la
gente
(“Uh,
qué
temazo
“)
y
los
aplausos
de
los
asistentes.
Al
turno
de “I’m
Your
Hoochie
Coochie
Man

y “Badge“,
la
audiencia
se
vigorizó
y
se
podía
escuchar
a
algunos
corear
los
versos.

Esa
intensidad
caracterizó
a
la
primera
tanda
de
la
noche
,
la
cual
finalizó
con
el
canto
de
los
presentes: “Olé,
olé,
ole,
olé,
Clapton
“,
mientras
que
la
banda
abandonaba
el
escenario.

 

La
emoción
de
la
tanda
acústica
y
el
estreno
de
su
nueva
canción

Después
de
unos
segundos,
Clapton
quedó
solo
y
las
luces,
que
disminuyeron
su
intensidad,
lo
enfocaban
a
él,
volviendo
el
ambiente
más
íntimo.
Sentado
y
con
una
guitarra
criolla
en
mano,

dio
inició
al
segundo
bloque del
recital,
que
fue
enteramente
acústico
. “Kind
Hearted
Woman
Blues

fue
la
elegida
para
abrir
ese
segmento
y
el
público
acompañó
con
las
palmas.
Para “Running
on
Faith
“,
el
resto
de
su
grupo
regresó
a
escena.


La
sección
contó
con
un
estreno: “The
call
. “Esta
es
una
canción
del
nuevo
álbum
que
estoy
estrenando, ‘Meanwhile‘”,
explicó
Clapton,
quien
horas
antes
del
show
en
el
estadio
porteño
anunció
su
próximo
disco
e
incluso
mostró

la
foto
de
la
portada

en
las
pantallas
de
Vélez.
A
pesar
de
ser
la
primera
vez
que
la
escuchaban,
los
presentes
aprobaron
la
pista,
lo
cual
quedó
demostrado
con ciertos
comentarios
positivos
que
intercambiaban
entre
ellos
y
la
ronda
de
aplausos
cuando
finalizó
su
interpretación.

El nuevo álbum de Eric Clapton
En
el
recital,
Eric
Clapton
interpretó “The
Call”,
una
de
las
canciones
de
su
próximo
álbum “Meanwhile”,
el
cual
estará
disponible
de
manera
digital
en
octubre.

Los
otros
temas
de
la
tanda
fueron “Change
the
World
“, “Nobody
Knows
You
When
You’re
Down
and
Out
“, “Lonely
Stranger

y “Believe
in
Life
“.
Cuando
llegó “Tears
in
Heaven
“,
la
pista
dedicada
a
su
hijo
que
falleció
a
los
4
años,
todas
las
linternas
de
los
celulares
se
encendieron
para
grabar.
Sumado
a
esto,
hubo
quienes
comenzaron
a
cantar
el
estribillo.
Se
trató
de
un
momento
emotivo,
en
el
que

algunas
parejas
se
abrazaron,
mientras
que
otros
tenían
los
ojos
llorosos
.
Nuevamente,
al
cierre
del
bloque,
la
gente
se
paró
de
sus
asientos
para
aplaudirlo
y
vitorearlo.

 

El
cierre
de
una

noche
maravillosa


Para
el
último
segmento
volvió
la
guitarra
eléctrica
y
con
ella
la
energía
inicial
de
la
noche.
Behind
the
Mask
“, “Old
Love
“, “Crossroads
y “Little
Queen
of
Spades

fueron
las
elegidas
para
darle
el
vigor
final
al
evento.
Incluso
en
un
momento,
antes
de
continuar
con
la
siguiente
pista,
Clapton
se
tomó
unos
segundos
para
apreciar
la
escena.
Envuelto
en
aplausos,
se
sacó
la
gorra,
se
acomodó
el
pelo
y
miró
con
una
sonrisa
al
público
argentino,
lo
que
avivó
aún
más
a
la
audiencia.


Al
turno
de “Cocaine“,
uno
de
sus
mayores
hits,
se
vivió
una
verdadera
fiesta.

El
estadio
se
vio
iluminado
por
las
linternas
de
los
celulares
y
todo
el
público
se
puso
en
pie
para
cantar
junto
al
músico,
mientras
que
las
luces
del
escenario
acompañaban
a
la
melodía
y
brillaban
con
más
intensidad
en
el
estribillo.
Al
finalizar,

el
británico

hizo
una
reverencia
y
abandonó
la
escena,
suscitando
así cánticos
de
la gente y
aplausos
que
no
cesaron
ni
perdieron
su
intensidad
en
los
minutos
en
que
el
escenario
estuvo
vacío.

Para
alegría
de
los
presentes,

apareció
nuevamente,
esta
vez


junto
a
Gary
Clark
Jr
.
Juntos,
tocaron
el
último
tema
del
recital: “Before
You
Accuse
Me
“.
Con
una
guitarra
con
la
bandera
de
Palestina,
el
músico
finalizó
el
show mientras
la
gente
bailaba,
coreaba
y
palmeaba
al
ritmo
de
la
pista.
A
pesar
de
no
haber
interpretado “Wonderful
Tonight
“,
se
vivió
una
noche
maravillosa
y
la
postal
que
cerró
el
evento
fue
una
reverencia
de
Clapton
al
público
argentino,
que
al
igual
que
las
anteriores
veces,
lo
ovacionó
como
el “Dios de
la
guitarra
“.

mb
/
ds