El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su gobierno opinan que sus simpatizantes que asaltaron el Capitolio y provocaron disturbios inéditos que dejaron cuatro muertos son “lo contrario a todo lo que esta administración apoya”, afirmó la secretaria de Prensa, Kayleigh McEnany.
La funcionaria calificó a los asaltantes de “violentos agitadores” que “socavaron los legítimos derechos de la primera enmienda (de la Constitución, que garantiza la libertad de expresión) de los muchos miles de personas que hicieron oír sus voces pacíficamente en el Capitolio”.
“Lo condenamos, el presidente y esta administración, en los más enérgicos términos posibles”, porque lo ocurrido ayer es “inaceptable” y los responsables “deben ser castigados con todo el peso de la ley”, subrayó la vocera en conferencia de prensa en la Casa Blanca.
McEnany aseguró que el presidente y sus colaboradores lamentaban la muerte de cuatro personas en los disturbios, agradeció la labor desempeñadas por los “valientes” policías y sostuvo que “ahora es el momento de que Estados Unidos se una para rechazar la violencia”.
“El valor esencial de nuestra administración es la idea de que cada ciudadano tiene el derecho de vivir en paz, en seguridad y en libertad”, agregó, según las agencias de noticias Europa Press y Sputnik.