Lionel Messi sonríe. Jugó 64 minutos pero fueron suficientes para satisfacer su hambre goleadora. No necesitó estar todo el partido ni Barcelona lo necesitó a él más tiempo que el que estuvo. Con un golazo al ángulo y un reencuentro con el gol de tiro libre desde julio de 2020, Leo aportó un doblete en el 4-0 como visitante del Granada, en el que también se lució Antoine Griezmann con dos para que el equipo de Ronald Koeman sumara su cuarta victoria consecutiva en una Liga que no había comenzado bien para los catalanes.
Granada, que jugó el último cuarto de hora con diez por la expulsión de Jesús Vallejo, fue de mayor a menor. Animado con meterse en los puestos que clasifican a las copas europeas, tardó un minuto y 40 segundos en inquietar al arquero Ter Stegen. Fue cuando Antonio Puertas se aprovechó de una mala salida del fondo catalán y obligó a una gran respuesta del arquero alemán.
Sin embargo, cuando Barcelona se acomodó en el campo, facturó. A los 10 minutos, Pedri -el socio ideal que encontró Messi en este 2021- se metió en el área y consiguió un córner tras el cual llegó el primer gol. Leo arrastró marcas y tocó con Busquets, quien puso el pase frontal que antes de llegar a Griezmann pasó por los pies de Soldado, responsable de habilitar al francés.
Si bien el juez de línea levantó la bandera por la posición adelantada de Griezmann, el árbitro De Burgos Bengoetxea se tomó unos cuantos segundos para convalidar el gol que Barcelona no sabía si festejar y que Granada protestaba sin razón.
El impacto lo sintió Granada, que de a poco se apagó, sometido por el juego de un Barcelona que a los 36 se alejó en el marcador por un golazo de Messi. Griezmann trasladó la pelota y tocó para Leo en el momento justo, cuando el argentino pisó el área, acomodó el cuerpo y sacó el zurdazo que se clavó en el ángulo superior izquierdo. Si bien en el inicio de la jugada Busquets se llevó la pelota con la mano, lo que protestó el equipo local, el árbitro volvió a fijar su postura y convalidó el 2-0.
Tardó unos minutos más en sumar el segundo Leo. De tiro libre, posición en la que se convirtió en un especialista (48 con Barcelona y 6 con la Selección Argentina) pero desde la que llevaba mucho tiempo sin marcar, el rosarino sacó un remate raso al palo del arquero para poner el tercero de Barcelona, conquistar su undécimo gol en la Liga y recuperar en soledad la cima de la tabla de goleadores. Ni la presencia de Neva como jugador al suelo, la nueva tendencia defensiva en la pelota parada, pudo evitar que Messi conquistara su gol 251 como visitante con la camiseta de Barcelona.
Menos resistencia ofreció Granada en el segundo tiempo, en el que Barcelona redondeó la goleada. Después de un intento de De Jong, que se animó a los 10 con un tiro desde la puerta del área que se fue alto, Griezmann demostró que su poder goleador está intacto. A los 18 minutos, Busquets otra vez se mostró en la generación de una jugada que terminó en gol, cuando abrió con Dembelé, quien habilitó al francés para que controlara de zurda y definiera de derecha el 4 a 0.
Con el partido resuelto, Ronald Koeman no dudó y tomó una decisión que por mucho tiempo pareció prohibida para los entrenadores de Barcelona: cuando el reloj marcaba 64 minutos y 24 segundos, sacó a Messi. Ya no estuvo para un tiro libre en el área que Pjanic no consiguió que pasara la barrera. Pero poco importa. A los 33 años, Leo acepta las condiciones de su nuevo rol, porque demostró una vez más que sigue siendo la pieza fundamental del Barsa.
Con estos tres puntos, Barcelona llegó a los 34 y recortó a cuatro la distancia con Atlético de Madrid, el líder que por el temporal de nieve en la capital española debió suspender su partido con Athletic de Bilbao.