
Las
diferencias
entre
Letizia
Ortiz
y
Máxima
Zorreguieta
son
evidentes,
no
solo
en
su
estilo
y
carisma,
sino
también
en
sus
actitudes
públicas.
Mientras
la
argentina
se
destaca
por
su
espontaneidad
y
calidez,
la
reina
española
mantiene
una
imagen
más
reservada
y
protocolar.
Sin
embargo,
un
episodio
reciente
reavivó
la
tensión
entre
ambas
monarcas,
generando
controversia
en
medios
internacionales.
El
último
desencuentro
entre
Letizia
y
Máxima
tuvo
lugar
durante
la
conmemoración
del
80.º
aniversario
de
la
liberación
de
Auschwitz.
En
el
evento,
al
que
asistieron
distintas
casas
reales,
la
reina
española
sorprendió
al
abandonar
la
ceremonia
de
manera
abrupta,
dejando
a
su
esposo,
el
rey
Felipe
VI,
a
cargo
de
las
despedidas
oficiales.
Según
la
revista
portuguesa
Flash,
la
actitud
de
Letizia
fue
calificada
como “inaceptable”
y
generó
incomodidad
entre
los
asistentes,
incluyendo
a
Máxima
Zorreguieta
y
Mary
de
Dinamarca.
Aunque
no
existen
registros
del
momento,
el
gesto
fue
ampliamente
comentado
en
círculos
cercanos
a
la
realeza
y
la
prensa
especializada.
Diferencias
en
la
educación
de
las
futuras
reinas
Otro
punto
de
discordia
entre
las
monarcas
es
la
educación
de
sus
hijas.
La
princesa
Leonor,
heredera
al
trono
español,
fue
criada
bajo
una
disciplina
rigurosa
y
centrada
en
el
protocolo,
como
se
vio
en
su
reciente
formación
militar
a
bordo
del
buque
Juan
Sebastián
Elcano.
En
cambio,
la
princesa
Amalia
de
Holanda
fue
educada
con
una
perspectiva
más
abierta,
priorizando
su
formación
en
temas
diplomáticos
y
políticos.
Además,
la
celebración
de
los
18
años
de
Leonor
marcó
otra
diferencia
significativa.
Mientras
otras
casas
reales
suelen
organizar
eventos
donde
los
herederos
pueden
interactuar
y
fortalecer
lazos
con
otros
miembros
de
la
realeza
europea,
en
España
optaron
por
una
celebración
íntima
en
el
Palacio
de
El
Pardo,
sin
la
presencia
de
príncipes
ni
princesas
extranjeras.
Un
hecho
que
generó
comentarios
en
el
extranjero,
ya
que
este
tipo
de
encuentros
son
clave
para
futuras
relaciones
diplomáticas.
Las
diferencias
entre
Letizia
y
Máxima
no
son
nuevas,
pero
el
reciente
episodio
en
Auschwitz
refuerza
la
idea
de
que
sus
estilos
de
liderazgo
y
su
manera
de
entender
la
realeza
las
distancian
cada
vez
más.
Mientras
una
prefiere
la
sobriedad
y
el
control
de
cada
aparición
pública,
la
otra
no
duda
en
mostrarse
cercana
y
relajada.
Más
allá
de
los
gestos
puntuales,
este
nuevo
roce
deja
en
evidencia
que
las
relaciones
dentro
de
la
realeza
europea
no
siempre
son
tan
armoniosas
y
amistosas
como
pretenden
mostrar.
VO