Dicen
que
los
actores
se
dividen
entre
aquellos
que
responden
como
si
fueran
la
IA
de
WhatsApp
y
los
que
se
arrojan
a
la
charla.
Unos
hacen
de
ellos
mismos
en
todas
las
películas
y
series,
reiterando
guiños
para
un
público
cautivo,
otros
son
camaleones
que
trasmutan
en
cada
personaje.
Murray
Bartlett
pertenece
a
ese
grupo.
Supo
pelearla
desde
abajo
y
durante
años,
desde
que
dejó
su
Australia
natal
para
perseguir
una
carrera
en
las
grandes
ligas
de
la
industria.
Destacó
en
series
como
“Looking”
o
“Sex
and
the
City”,
pero
fue
Armond,
el
enloquecido
anfitrión
de
“The
White
Lotus”,
quien
cambió
su
carrera
para
siempre.
Gracias
a
ese
personaje
ganó
el
Emmy,
el
Critics
Choice
y
estuvo
nominado
a
los
premios
SAG.
Fue
el
inicio
de
otros
roles
memorables
como
el
de
Frank
en
“The
Last
of
Us”,
donde
nos
regaló
la
actuación
más
conmovedora
de
la
última
década.
La
fama
lo
agarró
de
grande
y
sabe
que
es
puro
cuento,
por
eso
la
usa
para
trabajar
en
las
mejores
series,
como
esta
esperadísima
segunda
temporada
de
“Nueve
perfectos
desconocidos”
que
acaba
de
estrenarse
en
Prime
Video.
Allí
es
Brian,
un
célebre
conductor
de
programas
infantiles
que
deberá
arreglar
cuentas
con
su
pasado
en
ese
misterioso
spa
liderado
por
Nicole
Kidman
en
los
Alpes
austríacos.
¿Sus
compañeros
terapéuticos?
Mark
Strong,
Henry
Golding
y
Christine
Baranski,
entre
otros.
El
personaje
de
Murray
Bartlett
está
aferrado
a
una
sospechosa
valija.
¿Será
ligero
equipaje
para
tan
largo
viaje?
Esa
y
muchas
otras
maravillosas
respuestas
en
esta
charla
exclusiva
con
NOTICIAS.
Noticias:
Sin
spoilear
demasiado,
digamos
que
Brian,
su
personaje
en
“Nueve
perfectos
desconocidos”,
llega
acompañado
de
un
muñeco
muy
particular.
¿Cómo
fue
interpretar
a
ese
Jim
Henson
del
infierno?
Murray
Bartlett:
Pobre
Jim
Henson
(se
ríe).
Bueno,
el
personaje
ya
estaba
muy
bien
delineado
en
los
guiones
y
eso
ayudó
un
montón,
lo
cual
es
espectacular,
pero
igual
me
preparé
haciendo
varias
cosas.
Vi
un
montón
de
shows
televisivos
para
niños,
intenté
captar
la
esencia
de
ese
mundo
y
traté
de
ir
uniendo
las
piezas
para
armar
las
características
propias
de
Brian
en
el
programa
infantil
que
conducía.
La
verdad
es
que
fue
un
proceso
muy
disfrutable,
es
sumamente
divertido
meterse
en
los
temas
de
la
serie.
Y
no
hablo
de
mirar
tele
para
chicos
sino
de
interiorizarme
acerca
de
lo
que
se
hace
en
ese
spa
que
lidera
Nicole
Kidman…
Noticias:
Ese
searching
puede
ser
más
perturbador
que
el
del
muñeco.
Bartlett:
Ya
lo
creo
(sonríe),
porque
en
el
resort
de
la
serie
se
usan
drogas
psicodélicas
para
el
tratamiento
de
traumas,
explorándolas
de
distintas
formas
terapéuticas.
Esas
terapias
existen
y
han
dado
resultados
en
personas
que
necesitan
superar
situaciones
traumáticas
que
han
experimentado.
Personalmente
no
tuve
ninguna
experiencia
cercana,
pero
he
buceado
bastante
en
el
tema,
en
cómo
funcionan
y
también
en
cómo
pueden
pegarte.
Me
fascina
el
proceso
de
búsqueda
previa
a
un
trabajo,
leer,
indagar,
descubrir
cómo
lidia
el
personaje
con
sus
circunstancias.
Noticias:
Todos
los
personajes
de
la
serie
tienen
algo
en
común:
un
pasado
que
los
atormenta.
¿Hay
un
futuro
posible
si
uno
es
incapaz
de
abrazar
su
pasado?
Bartlett:
El
futuro
puede
convertirse
en
un
vampiro
si
no
abrazás
tu
pasado.
Una
de
las
mejores
cosas
que
propone
la
serie
es
mirar
directo
a
los
ojos
a
tus
propios
recuerdos
y
preguntarte
si
realmente
podés
asumirlos,
seguir
viviendo
y
proyectarte
hacia
adelante.
Pienso
que
eso
es
importante
de
verdad,
porque
quedar
anclado
en
el
pasado
puede
destruirte,
pero
ignorarlo
también.
En
ese
sentido,
“Nueve
perfectos
desconocidos”
es
una
serie
muy
divertida,
extremadamente
graciosa
en
muchos
aspectos,
pero
a
la
vez
tiene
cierto
componente
inspirador,
si
querés,
porque
le
dice
a
la
gente
que
es
posible
sobreponerse,
mirar
hacia
adelante
y
ganarte
la
oportunidad
de
un
futuro.
Para
llegar
a
eso
quizás
vas
a
tener
que
meterte
en
lugares
tremendamente
oscuros,
pero
en
algún
momento,
si
te
bancás
el
viaje,
podés
salir
del
otro
lado
del
túnel.
Noticias:
Usted
ha
interpretado
personajes
icónicos
para
el
colectivo
LGTBIQ+
en
series
como
“The
White
Lotus”
y
“The
Last
of
Us”.
En
estos
momentos
las
diversidades
y
las
minorías
son
objetivo
de
ataques
constantes.
Me
gustaría
saber
su
opinión
al
respecto.
¿De
qué
manera
podemos
resistir?
Bartlett:
Creo
absolutamente
en
la
necesidad
de
plantar
resistencia
desde
el
arte.
Tenemos
que
intentar
amplificar
nuestras
voces
de
todos
los
modos
posibles,
lograr
que
no
sean
denostadas
ni
silenciadas,
y
el
arte
es
un
gran
vehículo,
aunque
no
es
el
único.
Podemos
enfrentarnos
a
esta
situación
de
mil
maneras,
pero
por
lo
menos
empecemos
por
querernos,
entre
nosotros
y
a
los
demás.
Levantarle
el
ánimo
al
que
está
al
lado,
no
dejar
que
se
venga
abajo,
sostenerlo.
O
salir
a
las
calles,
movernos,
protestar,
donar
dinero
a
organizaciones
que
se
ocupan
activamente
de
darle
una
mano
a
las
personas
que
lo
necesitan.
Cualquier
cosa
que
hagamos
es
de
vital
importancia
a
esta
altura.
Lo
peor
que
puede
pasarnos
es
que
nos
venza
la
angustia
o
quedarnos
atrapados
en
el
enojo.
Eso
no
nos
va
a
servir
para
nada.
Tenemos
que
ser
proactivos
en
una
cuestión
fundamental:
vivir
con
amor.
Noticias:
Hablando
del
amor
que
a
veces
falta,
su
personaje
es
alguien
que
fue
cancelado.
Estamos
discutiendo
mucho
el
tema
de
la
cancelación
y
el
de
separar
la
obra
del
artista.
¿Cuál
es
su
postura?
Bartlett:
Me
parece
que
es
un
tema
complejo.
Estamos
en
un
momento
donde
un
montón
de
comportamientos
horribles
ya
no
son
aceptados
y
eso
es
buenísimo.
Pero
también
el
asunto
de
la
cancelación
encierra
una
gran
complejidad,
porque
¿quién
decide
cómo
y
a
quién
cancelar?
Necesitamos
considerar
diferentes
miradas.
No
es
algo
simple,
hay
distintas
facetas
a
tener
en
cuenta.
En
el
caso
de
Brian,
se
comportó
de
un
modo
espantoso,
pero
uno
empieza
a
conocer
de
dónde
viene
este
tipo,
qué
lo
fue
empujando
a
reaccionar
de
la
manera
en
la
que
lo
hizo
y
cómo
termina
explotando
así.
Por
supuesto,
nada
de
eso
es
una
excusa
para
su
conducta,
pero
te
lleva
a
cuestionarte
si
está
bien
cancelar
a
una
persona
tan
livianamente.
Es
un
tópico
que
se
explora
de
manera
muy
inteligente
en
el
show,
plantea
preguntas
y
genera
conversación.
Noticias:
Viendo
sus
personajes,
uno
diría
que
usted
es
un
actor
que
no
le
teme
a
nada.
Ya
que
nos
estamos
metiendo
con
algunos
demonios
que
todos
tenemos,
¿alguna
vez
sintió
miedo
en
esta
profesión?
Bartlett:
Te
confieso
que
pasé
mis
veintes
y
mis
treintas
estando
completamente
aterrado
de
ser
actor
(se
ríe).
Estoy
muy
familiarizado
con
el
miedo,
me
ha
paralizado,
sentí
frustración,
enojo
con
el
oficio,
todo
lo
que
puedas
imaginarte.
Me
tomó
mucho
tiempo
atravesar
todo
eso
y
convertirme
en
el
actor
que
soy.
Lo
hermoso
a
esta
altura
de
mi
vida
es
que,
después
de
años
y
años
de
pelearla,
siento
que
ya
no
temo
como
antes…
y
acabo
de
darme
cuenta
del
terrible
trabajo
que
implica
eso.
Tenés
que
laburar
mucho
para
lograrlo
(sonríe).
Noticias:
¿Cómo
se
hace?
Bartlett:
Creo
que
tenés
que
abrirte
camino
entre
todos
esos
temores
y
evitar
que
te
dominen.
Ojo,
no
digo
que
hayan
desaparecido,
todos
los
actores
lidiamos
con
el
miedo.
La
cosa
pasa
por
tomar
las
riendas
y
reconvertir
esa
energía
en
un
arma
para
soltarte.
Está
bueno
aceptarlo,
decir:
“Siento
esta
inseguridad
porque
realmente
me
importa
mucho
lo
que
hago,
pero
voy
a
usarla
para
vencer
mis
barreras,
así
puedo
expresarme
libremente”.
En
este
oficio
te
enfrentás
a
eso
todos
los
días
porque
trabajás
con
las
emociones.
Lo
que
logré
es
evitar
que
ese
miedo
me
impida
ser
quien
quiero
y
joda
mi
trabajo.
Volvemos
a
lo
de
abrazar
nuestro
pasado:
también
es
necesario
abrazar
nuestros
mayores
temores,
porque
pueden
arrojarte
hacia
lo
que
vendrá
o
encerrarte
bajo
llave
para
siempre.
Igual,
qué
decirte…
¡el
miedito
a
veces
vuelve!
(risas),
siempre
está
dando
vueltas
como
ese
demonio
que
no
termina
de
desaparecer.
Noticias:
En
su
caso,
el
éxito
es
producto
de
muchos
años
de
trabajo.
¿Pero
la
fama
puede
convertirse
en
el
peor
enemigo?
Bartlett:
Creo
que
sí,
definitivamente.
Puede
marearte.
Hay
gente
a
la
que
le
cuesta
manejarla
en
determinadas
circunstancias.
Si
no
estás
rodeado
de
personas
en
las
que
puedas
confiar,
no
tenés
claro
qué
es
lo
que
más
te
conviene
o
por
dónde
encarar
tu
carrera,
se
te
complica.
Si
la
fama
te
sorprende
de
muy
joven
puede
ser
bastante
tramposa,
porque
perdés
los
límites
de
quién
sos
o
de
lo
que
podés
llegar
a
ser.
Algunos
la
navegan
muy
bien,
pero
no
es
tan
habitual.
En
mi
caso,
una
de
las
mejores
cosas
que
me
pasó
en
la
vida
fue
tener
mis
mayores
oportunidades
laborales
ya
de
grande.
Ahí
finalmente
pude
elegir
gracias
a
que
vieron
lo
que
podía
hacer
como
actor
y
tener
la
experiencia
necesaria
para
tomar
buenas
decisiones.
Esta
suerte
de
notoriedad
me
llegó
a
una
altura
en
la
que
soy
muy
consciente
de
mí
y
de
las
cosas
que
de
verdad
importan.
Vivo
en
el
campo,
no
en
medio
de
la
industria.
Me
gusta
estar
en
otros
lugares
y
hacer
cosas
que
me
mantengan
con
los
pies
en
la
Tierra.
Que
mi
trabajo
genere
atención
es
una
gran
aventura
en
esta
etapa
de
mi
vida.
Gracias
a
mi
edad
tengo
otra
perspectiva
de
las
cosas,
no
me
tomo
nada
demasiado
en
serio.
Me
siento
muy
feliz
por
las
oportunidades
y
por
trabajar
con
gente
increíble.
Te
digo
que
me
parece
casi
irreal.
Pero
creo
que
lo
disfruto
más
en
parte
porque
vivo
en
el
bosque,
tengo
mi
perro,
mi
pareja,
mis
amigos
y
mi
tiempo
para
charlar.
Esas
son
las
cosas
importantes
en
la
vida.