Con todo el plantel a disposición tras entregar los testeos PCR negativos, Miguel Angel Russo y compañía volaron a Belo Horizonte para preparar el partido de vuelta de octavos de final de la Copa Libertadores ante Atlético Mineiro.
Ni bien pisó suelo brasilero, Boca comenzó a sentir el rigor, como si el encuentro formara parte de la vieja Copa Libertadores. Es que, la delegación argentina fue demorada por migraciones, lo que generó el malestar de jugadores y dirigentes.
Boca había enviado los resultados de los PCR negativos antes de viajar, para evitar cualquier tipo de inconveniente, sin embargo, las autoridades brasileras pretendían testear a todo el grupo otra vez: “Les habíamos adelantado los estudios y no los tomaron en cuenta”, se quejó un dirigente con Clarín.
El plantel de Boca, esperando la autorización para ingresar a Brasil.
La situación demoró al plantel por más de una hora en el aeropuerto de Belo Horizonte. Lo curioso es que, en su paso por la Argentina, el equipo en el que juegan Nacho Fernández y Matías Zaracho se había quejado de una situación parecida. Y las palabras del presidente de Mineiro invitan a pensar: “Serán recibidos de la misma forma”, había dicho el uno del Galo que también se quejó por el trato que recibió en la Bombonera.
Boca retrató la situación desde sus redes sociales donde se puede ver a los jugadores desparramados en un hall del aeropuerto y sentados en las escalinatas: “¡Acá estamos! Con demoras a la llegada, el plantel de Miguel Russo ya está en Belo Horizonte para jugar mañana la revancha de los octavos de final de la #CopaLibertadores ante Atlético Mineiro”.
Una vez que la autoridad de frontera revisó uno a uno los controles de PCR y los papeles de toda la delegación, el plantel fue liberado. Entonces, el DT de Boca pudo seguir su rutina de acuerdo a lo que habían planificado. En cuanto a lo futbolístico, la duda es si Russo repetirá el equipo o pondrá una línea de cinco defensores.
En el único ensayo táctico que realizó antes del vuelo, el entrenador paró al mismo equipo que empató 0 a 0 en la ida, en un choque en el que Boca hizo un buen papel general, contó con oportunidades y el VAR le sacó la oportunidad de ganar. Sin embargo, también son conscientes de que la postura de Atlético Mineiro para la vuelta será distinta.
¿Es probable que Russo saque algún mediocampista para que entre un central más? ¿Puede salir Briasco y entrar Obando para darle un respaldo mayor a Sández en el sector izquierdo y formar con un 4 -4-2? Pavón y Villa, desde su velocidad, son una fija para jugar en Brasil.
Más allá de los apellidos, la convicción en el cuerpo técnico es que el partido que hizo el conjunto de Belo Horizonte en La Boca no es el que piensa hacer en su propia casa. Y ahí es donde la velocidad de los hombres de punta deberá ser decisiva para sacar una ventaja o lograr un tanto que le de un plus en esta serie.
Con todavía mucho por confirmar, el once que se perfila será con Agustín Rossi; Weigandt, Izquierdoz, Rojo, Sández; Medina, Rolón, González; Villa, Pavón, Briasco u Obando. El DT lo ratificará luego de la charla técnica.
El mano a mano contra los de Belo Horizonte, complejo desde que sorteo de Conmebol puso frente a frente a uno de los mejores equipos del torneo, no modificará la planificación de Boca en un mercado de pases que se extenderá hasta el 29 de julio para la chance de incorporar en la Argentina pero que tiene a Europa expectante y en movimiento hasta el 3 de septiembre.
El once de Boca ante Unión. (Foto: Juan José García)
Así, más allá de la situación de Juan Ramírez (Boca le comunicó al jugador que había hecho una propuesta económica y que no iba a modificarla a los valores que pretendía San Lorenzo) y de Luis Advíncula (el peruano está a la espera de conseguir vuelos para venir a la Argentina y realizarse los chequeos médicos), las conversaciones para transferencias seguirán.
Por Cristian Pavón están dispuestos a seguir hablando con Olympique de Marsella (por ahora no se fija una obligación de compra) y en el caso de insistir desde Arabia por Lisandro López, Boca escuchará propuestas que superen los 3 millones de dólares de ingreso para la tesorería. No menos.
¿Y el centrodelantero? Si es que no hay una rebaja del contrato que tiene pensado ganar, Boca no avanzará ni por Roger Martínez ni Miguel Borja. Es que tienen en claro que más allá de lo que cuestan sus pases, la economía argentina no resiste salarios dolarizados en el mediano plazo. Y no está en los planes endeudarse para sumar a un futbolista. Ni en este mercado, ni en los próximos.