Apenas terminó el partido en el que la selección Argentina le ganó 3 a 1 a Venezuela, un niño venezolano de nueve años, encontró el momento justo para cumplir su sueño.
A pesar de la derrota de su equipo, el niño no dudó en vivir un momento que no olvidará: saltó a la cancha y a toda velocidad fue corriendo a abrazar a Lionel Messi que lo recibió con los brazos abiertos.
Desde la tribuna la gente lo alentaba gritándole “¡Corré! ¡Corré!”. Logró burlar a la seguridad y cuando la Pulga se percató de que éste iba hacia él y lo esperó para darle un abrazo que conmovió a más de uno en las redes. La tribuna lo gritó como un gol.