Unas quinientas personas, entre ellas decenas de familias con niños, partieron este sábado desde la terminal de ómnibus de San Pedro Sula, norte de Honduras, en una nueva caravana migratoria que pretende llegar a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida pero con la perspectiva factible de ser rechazados por las autoridades estadounidenses en la frontera con México.
Los migrantes que iniciaron la travesía llevaban bolsas y mochilas para trasladarse con unas pocas pertenencias, y para llegar hasta su destino final deberán atravesar Honduras hasta Corinto, en el límite fronterizo con Guatemala, para luego transitar por ese país, ingresar al extremo sur de México y desde allí encarar un largo viaje hacia el norte, hasta el territorio de EEUU.
El nuevo contingente que busca establecerse en Estados Unidos arrancó su periplo este sábado al salir el sol, tras congregarse desde el viernes en la terminal de transporte de San Pedro Sula, para lo cual comenzó a transitar a pie la ruta internacional que lleva a Guatemala, caminata que un grupo más reducido -de alrededor de 100 personas- había iniciado unas horas antes, a la madrugada.
Antes de la partida, varios de los migrantes conversaron con la agencia de noticias AFP, entre ellos Ovaldo, un nicaragüense que no quiso dar su apellido, procedente de Managua, quien señaló que el objetivo de su travesía, a la que definió como “un camino bien duro”, era buscar “un mejor futuro para la familia”.
“Le pedimos a Dios y al gobierno hondureño, ya que estamos en territorio hondureño todavía, que por favor nos acompañe hasta la frontera con Guatemala, que no nos pongan más retenes”, pidió Ovaldo en el contacto con la prensa, mientras que el hondureño Daniel, procedente de Villanueva, a 10 kilómetros de San Pedro Sula, dijo que su motivación era “la necesidad económica, básicamente”.
“Vamos a buscar un mejor futuro, demasiado difícil aquí, no hay buena educación y no hay un apoyo del gobierno para poder estudiar”, cuestionó Daniel, de 17 años, al dialogar con los periodistas que fueron testigos de la partida, según informó AFP.
Las travesías que pretenden llegar a Estados Unidos tras atravesar media Centroamérica y cruzar México de sur a norte suelen estar integradas por nicaragüenses, hondureños, guatemaltecos, haitianos, venezolanos y salvadoreños, como también por inmigrantes africanos que se valen de toda una operatoria clandestina que promete a los viajeros llegar a su destino a través de distintas alternativas, pero que en muchos casos termina mal.
En estos últimos casos, el Instituto Guatemalteco de Migración, junto a las fuerzas armadas y de seguridad de ese país -tanto policías como militares- endureció los controles en la localidad fronteriza de Corinto para verificar que las personas que quieren entrar a su territorio “cumplan con los requisitos”; de no hacerlo se les rechaza el ingreso y se los obliga a regresar a Honduras.
Hace un año, en enero de 2021, una caravana de migrantes integrada por alrededor de 7000 personas llegó hasta Guatemala pero al llegar allí fue reprimida por centenares de soldados con palazos y gases lacrimógenos, por lo cual se vieron obligados a retornar a Honduras, país que desde hace tiempo se convirtió en el clásico lugar de partida para estas travesías.
Las autoridades migratorias estadounidenses, al igual que la United States Border Patrol, suelen derrumbar la ilusión de las familias que ansían establecerse en ese país, con bloqueos en la frontera como también con la persecución en territorio de EEUU una vez cruzado el borde, para lo cual los migrantes suelen pagar a guías clandestinos que en la jerga se conoce como “coyotes”.