El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo este martes que desea “una solución” a la crisis en torno a Ucrania, pero acusó a Washington de usar a Kiev como un “instrumento” contra Moscú, luego que el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, exigiera a su par ruso una retirada inmediata de las tropas apostadas en la frontera de esa exnación soviética.
“Espero que al final encontremos una solución, aunque no sea fácil”, afirmó el mandatario ruso en una conferencia de prensa, tras haber recibido en Moscú al primer ministro húngaro y aliado, Viktor Orban.
En su primera declaración de fondo sobre los esfuerzos diplomáticos entre Occidente y Moscú en semanas, Putin señaló que “el principal objetivo de Estados Unidos es contener a Rusia”, y que usa a Kiev como un “instrumento” para arrastrar a los rusos “a un conflicto armado” y golpearlos “con las más duras sanciones”.
Sin embargo, no mencionó las decenas de miles de soldados desplegados en la frontera con Ucrania a fines de 2021, que provocaron llamados de Estados Unidos y la OTAN a retirarlos por temor a una invasión rusa de ese país europeo.
#Kremlin: Meeting with Prime Minister of Hungary Viktor Orban https://t.co/awN2aJNscN pic.twitter.com/SK8MVECwNl
— President of Russia (@KremlinRussia_E) February 1, 2022
Unas acusaciones rechazadas por el Kremlin, que denunció actividades hostiles de la alianza militar cerca de su territorio y reclamó garantías para que no siga expandiéndose hacia sus fronteras, a la vez que le exigió un repliegue militar a las posiciones de 1997, antes de sus sucesivas ampliaciones en Europa del Este.
Rusia rechaza cualquier nueva adhesión de los países del antiguo bloque soviético, especialmente Ucrania, al argumentar que la dejaría rodeada de enemigos y abriría la puerta a que la OTAN despliegue misiles que podrían llegar a Moscú en cuestión de minutos.
Washington rechazó estas peticiones en una carta la semana pasada, pero dejó la puerta abierta para discutir otros temas, como el despliegue de misiles o los límites recíprocos de las maniobras militares.
“El principal objetivo de Estados Unidos es contener a Rusia”Vladimir Putin
“Estamos analizando las respuestas escritas recibidas de Estados Unidos y la OTAN (…) pero está claro que las preocupaciones de Rusia han sido ignoradas”, manifestó Putin.
Según el mandatario, la negativa de Estados Unidos y la OTAN defiende “el derecho de cada Estado a elegir libremente cómo quiere garantizar su seguridad”, pero desconoce el principio de que “nadie debe reforzar su seguridad a expensas de otros”, según reportó la agencia de noticias AFP.
Las declaraciones de Putin se dieron poco después de que su canciller, Serguei Lavrov, mantuviera una conversación telefónica con su par norteamericano, en nuevo intento de rebajar las tensiones que amenazan con desatar una nueva guerra en Europa.
La charla entre Blinken y Lavrov
El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, exhortó a su par de Rusia, Serguei Lavrov, a retirar de inmediato las tropas de la frontera con Ucrania, mientras que el canciller ruso lamentó que Washington y sus aliados occidentales rechazaran las exigencias de Moscú contra la expansión de la OTAN hacia Europa del Este y la adhesión de naciones exsoviéticas a la alianza.
“El secretario de Estado enfatizó la voluntad de Estados unidos, bilateralmente y junto con aliados y socios, de continuar un intercambio sustantivo con Rusia sobre preocupaciones de seguridad mutua”, señaló un comunicado del Departamento de Estado norteamericano, tras la llamada entre ambos funcionarios.
Según la nota, Blinken instó a “la desescalada rusa inmediata y la retirada de tropas y equipos de las fronteras de Ucrania”, a la vez que subrayó las “consecuencias rápidas y severas” que tendría una nueva invasión de dicho país e instó a Rusia a seguir un “camino diplomático”.
Lavrov, por su parte, declaró que Rusia da por concluida la coordinación a nivel internacional de su postura hacia las respuestas de Estados Unidos sobre las garantías de seguridad formuladas por Moscú.
“Insistiremos en una conversación honesta y en una explicación honesta de por qué Occidente no quiere cumplir sus obligaciones o quiere cumplirlas selectivamente y exclusivamente a su favor”, dijo el diplomático ruso, quien deploró que Washington tienda a centrarse en “asuntos importantes pero secundarios”.
Pese a las divergencias, reveló que su homólogo estadounidense coincidió en señalar en que esta cuestión representa un “tema para seguir conversando” con Rusia, según reprodujo la cadena Russia Today.
El llamado entre Blinken y Lavrov pretendía rebajar las tensiones desatadas a fines de 2021 cuando Rusia comenzó a apostar a decenas de miles de tropas en su frontera con Ucrania, lo que motivó llamados de Estados Unidos y la OTAN a retirarlas por temor a una invasión rusa de ese país europeo.
Sin embargo, el Kremlin negó rotundamente esas intenciones y acusó a la alianza militar de desarrollar actividades hostiles cerca de su territorio y reclamó garantías para que no siga expandiéndose hacia sus fronteras.
Rusia rechaza cualquier nueva adhesión de los países del antiguo bloque soviético, especialmente Ucrania, al argumentar que la dejaría rodeada de enemigos y abriría la puerta a que la OTAN despliegue misiles que podrían llegar a Moscú en cuestión de minutos.
Esta conversación es la primera entre las dos potencias rivales desde que Estados Unidos y la OTAN dieron la semana pasada a Rusia su respuesta por escrito a las demandas formuladas, también por escrito, a mediados de diciembre por el Kremlin.
En esta misiva el Gobierno del demócrata Joe Biden rechazó las demandas de seguridad de Rusia, pero abrió la puerta a negociaciones sobre el despliegue de misiles y los límites recíprocos de los ejercicios militares.
Según dijo un alto funcionario del Departamento de Estado a periodistas, el próximo paso será la entrega por parte de Moscú a Washington, en una fecha indeterminada, de una “respuesta formal” validada por el presidente ruso Vladimir Putin a la carta enviada la semana pasada.
Una vez que se entregue la respuesta formal rusa, las diferentes partes podrán hablar sobre cómo sigue el proceso, precisó.
Si bien Moscú niega rotundamente las acusaciones sobre una invasión a Ucrania, dicho funcionario -que pidió el anonimato- indicó que Lavrov no dio “ningún indicio” de una inminente desescalada de Moscú en la frontera con Ucrania durante su llamada con Blinken.
“Seguimos escuchando esas garantías de que Rusia no planea invadir, pero ciertamente cada acción que vemos dice lo contrario, con la acumulación continua de tropas y armas pesadas moviéndose hacia la frontera”, dijo el diplomático, según reportó la agencia de noticias AFP.
“Si el presidente Putin no tiene la intención de una guerra o un cambio de régimen, dijo el secretario (Blinken) al ministro de Relaciones Exteriores Lavrov, entonces este es el momento de retirar las tropas y las armas pesadas”, sentenció.
En el intercambio, Blinken instó “a la desescalada rusa inmediata y la retirada de tropas y equipos de las fronteras de Ucrania”, aunque también exigió “seguir un camino diplomático”, según un comunicado difundido por el Departamento de Estado.
Lavrov, por su parte, declaró que Rusia da por concluida la coordinación a nivel internacional de su postura hacia las respuestas de Estados Unidos sobre las garantías de seguridad formuladas por Moscú.
“Insistiremos en una conversación honesta y en una explicación honesta de por qué Occidente no quiere cumplir sus obligaciones o quiere cumplirlas selectivamente y exclusivamente a su favor”, dijo el diplomático ruso, quien deploró que Washington tienda a centrarse en “asuntos importantes pero secundarios”.
Si bien en el llamado Blinken reiteró la amenaza de sanciones “rápidas y severas” en caso de una ofensiva rusa, también subrayó que su país quería “continuar un intercambio sustantivo con Rusia sobre preocupaciones de seguridad mutua”.
En ese sentido, Lavrov reveló que su homólogo estadounidense coincidió en señalar en que hay razones para discutir las preocupaciones del Kremlin en materia de seguridad, según reprodujo la cadena Russia Today.
Rusia rechaza cualquier nueva adhesión de los países del antiguo bloque soviético, especialmente Ucrania.
“Blinken estuvo de acuerdo en que hay razones para continuar el diálogo. Veremos cómo va”, espetó.
Esta conversación fue la primera entre las dos potencias rivales desde que Estados Unidos y la OTAN dieron la semana pasada a Rusia su respuesta por escrito a las demandas formuladas, también por escrito, a mediados de diciembre por el Kremlin.
Según dijo un alto funcionario del Departamento de Estado a periodistas, el próximo paso será la entrega por parte de Moscú a Washington, en una fecha indeterminada, de una “respuesta formal” validada por el presidente Putin a la carta enviada la semana pasada.
Una vez que se entregue la respuesta formal rusa, las diferentes partes podrán hablar sobre cómo sigue el proceso, precisó.
Si bien Moscú niega rotundamente las acusaciones sobre una invasión a Ucrania, dicho funcionario -que pidió el anonimato- indicó que Lavrov no dio “ningún indicio” de una inminente desescalada de Moscú en la frontera con Ucrania durante su llamada con Blinken.
“Seguimos escuchando esas garantías de que Rusia no planea invadir, pero ciertamente cada acción que vemos dice lo contrario, con la acumulación continua de tropas y armas pesadas moviéndose hacia la frontera”, dijo el diplomático, según reportó la agencia de noticias AFP.
En tanto, el Gobierno ucraniano continúa recibiendo apoyo de diversos países occidentales y este martes recibió la visitas de los primeros ministros de Polonia y de Reino Unido.
En una conferencia conjunta con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, el premier británico, Boris Johnson, consideró este martes “vital” que Rusia dé un “paso atrás” y elija el camino de la diplomacia”, tras advertir que existe un “peligro claro” e “inminente” de una intervención militar rusa en Ucrania.
“Estamos dispuestos a dialogar, por supuesto, pero las sanciones están preparadas”, advirtió.