Cuatro hermanos con el futbol en el ADN

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Que los cuatro hermanos de una familia desarrollen la misma actividad profesional es tan curioso como poco común. Pero si se trata de dos hermanas y de dos hermanos que nacieron en Suiza, que son hijos del ex futbolista Oscar Antonio Gissi y que actualmente están jugando en clubes argentinos, todo es más sorprendente aún. Por eso, y aunque a ellos poco les importe, Dylan, Kevin, Shadya y Maylis Gissi saben que son el único caso en el fútbol argentino y, según ellos mismos afirman, en el mundo entero. “Algún día de estos nos vamos a anotar en el Libro Guinness de los Récords”, dicen entre risas antes de resumirnos cada una de sus trayectorias.

El más experimentado. “Cuando jugaba en la filial de Atlético de Madrid pedí unos días de vacaciones para venir a visitar a mi familia y como mi viejo trabajaba en las inferiores de Estudiantes de La Plata y conocía al coordinador le pedí permiso para entrenarme. Después se dio todo muy rápido, hubo un interés por parte de ellos y Alejandro Sabella dio el Ok para que me quedara. Esa fue mi primera incursión en el fútbol argentino”, cuenta Dylan (28), quien tras hacer las inferiores entre los Etoile Carouge y Basel, de Suiza, debutó profesionalmente en Xamas e integró el Seleccionado Sub 21 de dicho país. Mientras que en Argentina, además de la casaca del Pincha, lució las de Olimpo (donde anotó sus primeros tres goles en el fútbol argentino), Rosario Central, Defensa y Justicia y Patronato. Actualmente juega en la de Atlético Tucumán, donde lleva convertido un gol. “Soy el primer suizo en marcar goles en el fútbol argentino”, cuenta ante la mirada atenta de sus hermanos.

Las hermanas sean unidas.  El caso de Shadya (26) y de Maylis (23) es todavía más sorprendente ya que prácticamente hicieron sus carreras juntas. Aunque el presente las encuentra separadas: Shadya juega en Defensa y Justicia, mientras que Maylis no para de marcar goles en Independiente. “Mirá lo loco de nuestra historia, que si bien es la primera vez que los cuatro jugamos en un mismo país, en el caso de las mujeres, es la segunda vez en nuestras carreras que no vestimos la misma camiseta. Después, el destino quiso que siempre estuviéramos juntas y eso nos unió aún más”, dispara la delantera y actual goleadora del Rojo. 

“Empezamos a jugar en Suiza y en 2013 nos vinimos a la Argentina para jugar juntas en Independiente, al año nos separamos por primera vez porque Maylis pasó a San Lorenzo, y en 2016 nos volvimos a juntar para jugar en España. Y el año pasado, cuando regresamos a Argentina, íbamos a jugar las dos en Independiente pero por un problema que tuve con mis papeles tuve que fichar para Defensa y Justicia. Igualmente, no perdemos la esperanza de volver a jugar juntas”, relata Shadya.

De Arsenal al mundo. Actualmente en Deportivo Morón, Kevin hizo sus primeras armas en el fútbol suizo y después de un breve paso por la tercera de Arsenal de Sarandí volvió a su país natal para debutar en Primera división con la camiseta de Servette. Pero su destino final estaba en Argentina: tras jugar en España, Italia, Letonia y Uruguay, regresó para vestir la casaca de Independiente Rivadavia de Mendoza y, finalmente, recalar en Morón. “Pasé por muchos clubes de Europa pero ahora tengo la suerte de estar jugando otra vez en el fútbol argentino y de vivir cerca de mis tres hermanos. Cuando podemos nos juntamos para tomar mate o comer un asado. El más complicado es Dylan, que vive en Tucumán, pero se las ingenia para visitarnos. Gracias al legado de nuestro viejo, el fútbol siempre nos mantuvo muy unidos. Ahora, más que nunca”, cierra el goleador de Deportivo Morón.