Cuando el tsunami del coronavirus modificó la vida de todos los argentinos, cada rubro debió apelar al ingenio para sortear la consecuente crisis laboral. Y si bien los restaurantes son uno de los pocos comercios que no paralizaron su actividad, el hecho de poder hacerlo sólo a través del Delivery dejó a muchos con sus persianas cerradas.
Ese fue el caso de La Mar y Tanta, ambos especializados en cocina peruana y pertenecientes a una cadena internacional que regentea uno de los grandes chefs del país incaico, Gastón Acurio (52). Como parte de esa sociedad, Roberto García Moritán (45), empresario, economista y marido desde fines del 2019 de Carolina Pampita Ardohain (42), supo enseguida que quedarse de brazos cruzados no era la solución. Consciente junto con sus socios de que la cuarentena iba a durar más de lo que se creía, y que la “estructura de costos obligaba a reactivar la facturación y a poner en marcha el negocio”, decidieron que la prioridad era cuidar al personal. Y se plantearon los caminos a seguir: “Un día antes de que se dictara la cuarentena cerramos los dos locales. Nos juntamos con los gerentes y empleados para comprometernos en el esfuerzo, y hasta les recomendamos que fueran criteriosos en administrar sus ahorros, ya que el parate podía ser muy traumático. Queríamos prepararnos para sostener la estructura, y la llegada de la Semana Santa, con todo lo que se consume pescado en esos días, fue una oportunidad para probar nuestro músculo con el Delivery. Para nosotros, antes del coronavirus, ese era un negocio marginal, ya que nuestra prioridad era el cliente que venía al restaurante. Así asumimos el desafío de probar la capacidad operativa”, explicó “Robert” sobre la puesta en marcha de los servicios puerta a puerta, que en la Semana Santa se limitó a la cevichería La Mar.
Para sorpresa de los comensales, muchos de ellos se encontraron con que la persona que tocaba el timbre y les traía el pedido era ni más ni menos que el marido de “Pampita”. Una situación que se viralizó rápidamente y que para el protagonista significó “transmitir un mensaje inspirador a través del ejemplo. No soy de los que piensan que una Pyme se dirige desde la oficina o desde casa. Eran días de mucho temor, y los empleados necesitaban símbolos que los inspirara. Quería que sintieran nuestra compañía, y que sepan que de ésta salimos todos juntos y a la par, en equipo. Todos los socios nos diversificamos en distintas tareas, nuestra única preocupación es poder pagar los salarios”, justificó. Y dejó en claro que llevar la comida a domicilio lo gratificó: “Voy a hacer todo lo que sea necesario para que todos los empleados puedan llegar a fin de mes”.
Dados los buenos resultados que tuvo la iniciativa, a partir del pasado jueves 16 se instrumentaron los servicos de Delivery (de jueves a domingo) en los dos restó. Ambos trabajan cocina Nikkei, un segmento que requiere de mayor cuidado por su delicada preparación: “Tiene algunas complejidades, es un mundo en si mismo. Los productos que vean afectados su calidad no los vamos a trabajar”, precisó. Presidente de la ONG Asociar, con la que ayudan a villas y barrios populares en la lucha contra el coronavirus, además de trabajar en propuestas para solucionar los conflictos económicos que se preveen, Moritán calcula que las primeras reaperturas de restaurantes podrían darse, con algunas restricciones operativas, para “finales de mayo”. Y dice estar sorprendido por la capacidad de adaptación de sus hijos y los de “Pampita” ante este insospechado mounstruo llamado cuarentena: “Yo la paso con ‘Caro’ y los hijos de ella, pero todos los días hablo con mis hijos, los ayudó en cuestiones escolares a la distancia y charlamos de todo. Ellos tienen una mirada y una capacidad diferente para sobrellevarla, las nuevas generaciones son las que van a motorizar todo”, subrayó.
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