Líderes de Europa celebraron hoy el 75 aniversario de la derrota de la Alemania nazi con actos sobrios y desprovistos de las habituales multitudes debido a la crisis del coronavirus, mientras que la ONU aprovechó la ocasión para denunciar que la pandemia ha desatado un “tsunami de odio y xenofobia” que es necesario detener.
“Debemos actuar ahora para fortalecer la inmunidad de nuestras sociedades contra el virus del odio. Por ello, hoy pido que no se escatimen esfuerzos para erradicar el discurso del odio en todo el mundo”, rogó el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, citado por la agencia de noticias EFE.
Con las medidas de prevención especiales por el coronavirus de fondo, Alemania recordó el final de la Segunda Guerra Mundial sin los tradicionales actos masivos en la Puerta de Brandeburgo.
En cambio, los cinco máximos representantes del Estado, el presidente Frank-Walter Steinmeier, la canciller Angela Merkel, los líderes de ambas cámaras del Parlamento y el titular Tribunal Constitucional, depositaron una ofrenda en el monumento erigido en memoria de las víctimas de la guerra.
En Francia, en tanto, la ceremonia se limitó a lo esencial y aunque las celebraciones siguieron el protocolo de todos los años, el París soleado de hoy y aún en confinamiento mostró las aceras de los Campos Elíseos vacías.
Ninguna autoridad llevaba barbijo bajo el Arco de Triunfo, donde el presidente Emmanuel Macron depositó una ofrenda floral acompañado de su primer ministro, Edouard Philippe.
En Rusia, uno de los países donde actualmente el brote de coronavirus crece más rápidamente, el tradicional desfile del Día de la Victoria en Moscú fue cancelado.
El presidente Vladimir Putin eligió, en cambio, utilizar el aniversario para tender puentes a través de telegramas con sus antiguos aliados, principalmente Reino Unido y Francia, con quienes la relación se mantiene tensa desde la anexión de la península ucraniana de Crimea.
Pero aún esta fecha, que suele ser una excusa para frenar la adrelina de las agendas políticas de las grandes potencias, no logró restarle importancia al avance de la pandemia de coronavirus y los esfuerzos de los estados por reabrir sus economías sin provocar nuevos brotes.
El gobierno español autorizó hoy que a partir del lunes gran parte del país abra bares y restaurantes y pase a la “fase 1” del plan de salida gradual del confinamiento, con la región de Madrid y Cataluña como grandes excluidas por ser las zonas más golpeadas por el brote que ya ha dejado más de 26.200 muertos.
En la fase 1 podrán abrir de forma parcial las zonas exteriores de bares y restaurantes (30%), estará permitido el contacto social con un máximo de 10 personas, y la apertura de comercios con asistencia limitada, y se deberá fijar una franja horaria para mayores de 65 años. También podrán abrir centros culturales, museos y bibliotecas.
A nivel territorial, la flexibilización abarca a toda Galicia, Asturias, Cantabria, el País Vasco, La Rioja, Navarra, Aragón, las islas Baleares, Canarias, Murcia, Extremadura, Ceuta y Melilla, gran parte de Andalucía, además de algunas zonas puntuales de Castilla La Mancha, Cataluña y la Comunidad Valencia.
En Estados Unidos, en tanto, pese a las recomendaciones de los expertos médicos, el presidente Donald Trump instó a los gobernadores a retirar las medidas anticrisis y reactivar cuanto antes sus estados, lo que provocó que hoy el jefe de gobierno de Florida, el republicano Ron DeSantis, anunciara una nueva flexibilización.
El alcalde dio luz verde para que el lunes reabra el condado de Palm Beach, uno de los tres más afectados por la pandemia, mientras que Miami-Dade, con la mayor cantidad de casos y muertes, espera abrir de forma tentativa algunos negocios, incluidos restaurantes, a partir del 18 de mayo.
DeSantis ya había autorizado la primera fase de la reapertura del resto de sus condados, una decisión criticada por legisladores de la oposición que sostuvieron que “es inaceptable reabrir el estado y exponer a la población a un mayor riesgo de infección”, cuando aún no se ha testeado a un sector significativo del estado.
En Reino Unido, donde los muertos superaron hoy los 31.000, también se escuchan críticas similares en la víspera del anuncio de una flexibilización del confinamiento que tiene planeado hacer el gobierno para el lunes.
“Estoy en contra de que se relajen las medidas del confinamiento por muy limitadas que sean. Tenemos un promedio de 600 muertes diarias, no como en España e Italia”, expresó en diálogo con Télam Eva Peña Charlón, jefa de planta en Neurocirugía del King’s College Hospital de Londres.
Tensiones similares se vivieron hoy en Francia, donde las autoridades se preparan para poner en práctica la primera fase del desconfinamiento la semana próxima con más de 26.000 muertos, o en Italia, donde la flexibilización ya comenzó a la par de una tendencia a la baja de los aumentos de fallecimientos diarios, que, sin embargo, siguen siendo altos.
Una escena política aún más compleja existe en Brasil, en donde algunas regiones mantienen su desafío al presidente Jair Bolsonaro y su decisión boicot a las cuarentenas.
Hoy el gobernador del estado de San Pablo, Joao Doria, anunció la extensión de la cuarentena total por el coronavirus hasta el 31 de mayo, mientras que la ciudad de Fortaleza se convirtió en la tercera metrópoli brasileña en adoptar el confinamiento obligatorio para frenar la propagación del brote, que ya dejó más de 9.000 muertos en el país.