La familia de Adrián Cuello y Andrea Rojas, quienes tienen cuatro hijos adolescentes (Agustina, Nahiara, Melina y Alexis) oriunda de Rosario, Santa Fe, contaron a Carlos Paz Vivo! la situación que viven actualmente en Villa Carlos Paz, desde que no pueden pagar el alquiler, tras el inicio de la pandemia.
Ambos son vendedores ambulantes y después del decreto del 20 de marzo que impuso el aislamiento social, preventivo y obligatorio en el país, como no pudieron salir a la calle a vender sus productos, el propietario del complejo donde se alojan, -ubicado en barrio Altos de San Pedro de la ciudad-, los obligó a irse del lugar, sin contemplar la situación especial, según denunció la mujer, Andrea Rojas.
“Nosotros vinimos a Córdoba desde Rosario el 8 de marzo con la idea de conseguir un alquiler fijo, permanente. Mientras tanto, pagábamos un hospedaje por día de $1.400, que mientras se podía trabajar, no había problema para pagarlo. Con mi marido, entre los dos, lográbamos juntar esa suma y más, trabajando por supuesto de la mañana a la noche”, contó Andrea.
Luego, relató cómo se fue deteriorando la relación con la persona que les alquilaba el departamento: “Comenzamos a tener problemas con el propietario desde que no le pudimos pagar más, dado que no podemos salir a trabajar. No entendió razones y empezó con amenazas telefónicas, audios de WhatsApp atemorizantes, gritos e insultos”.
Andrea manifestó que el propietario llamó a la Policía para desalojarlos. “Llegó una patrulla con dos policías de Carlos Paz y nos intimidaron. Si no desocupábamos el departamento esa misma tarde, nos iban a desalojar, dijeron. Esa misma noche mi marido salió tipo 19 hs para hacer un mandado y el portón -que es la única salida que tenemos- estaba con candado, nos habían encerrado, teniendo nosotros que llamar a la Policía para que vinieran y sacaran el candado”.
Por otro lado, Andrea aseguró que el propietario sacó la llave de la puerta a una de sus hijas a la fuerza, y desde ese día están sin llave. Luego les cortó la luz y el gas. “Seguramente tenga pensado cortarnos el agua”, dijo desesperanzada.
Derechos vulnerados
“Yo habría ido a cobrar el Ingreso Familiar de Emergencia, había comprado carne de pollo para tener para unos días y se me echó todo a perder por no tener luz, al igual que la insulina que había conseguido para mi hija diabética que está en Rosario, esperando que la vaya a buscar como habíamos quedado, de común acuerdo. Agustina ahora está con su abuela, es lo único que me deja tranquila de todo esto”, explicó la mujer dispuesta a no bajar los brazos, y a seguir adelante por su familia.
Andrea reflexiona en medio de la desesperación. “Nosotros no sabíamos nada de la cuarentena, nos sorprendió como a todos. No tenemos dinero para irnos a otro lado y tampoco para comprar comida de rotisería. Mis hijos se alimentan precariamente. Estamos cocinando cosas sencillas ya que tenemos que hacer fuego para todo: sopa, fideos, etc”.
Denuncia sin respuestas
Ante la situación, la familia acudió a la Justicia. “Ya hice la denuncia en la Unidad judicial. Mandaron un patrullero pero el propietario, que vive arriba junto a su madre y hermanas, cuando viene la Policía opta por no salir. La Policía llama dos o tres veces y como no salen se van, y así seguimos día tras día” descargó.
Por último, Andrea solicitó ayuda, dado que ya no saben a dónde recurrir. “Necesitamos que alguien nos dé una mano. Lo ideal sería poder irnos de acá, pero no tenemos otro lugar y tampoco queremos romper la cuarentena. Necesitamos que las autoridades colaboren con nosotros. No queremos morirnos de frío y hambre por no poder salir a trabajar como lo hicimos siempre”, pidió.
Asimismo, la familia necesita un calentador para poder cocinar y alimentos. “Es muy difícil prender fuego cada vez que tenemos que cocinar algo”, concluyó.
Para comunicarse con Andrea, es posible llamar al teléfono 351 8092640.