Independiente se desangra. Gota a gota. O jugador a jugador. Gastón Silva había enviado el martes una carta documento al club en la que se consideraba jugador libre, y este miércoles por la mañana no participó del entrenamiento grupal por videoconferencia y se despidió de sus compañeros.
El defensor uruguayo hoy está afuera del plantel. Y podría no ser el único: son ocho los jugadores que exigieron a través de cartas documento que el club se pusiera al día con el atraso salarial. La puerta que abrió Silva, entonces, podría ser una salida de emergencia para Martín Campaña, Alexander Barboza, Lucas Romero y Silvio Romero, por ejemplo. El infierno dejó de ser encantador.
El monto de la deuda con el plantel es sideral: 190 millones de pesos. En el caso de Silva, por ejemplo, el atraso llega hasta el sueldo de noviembre del año pasado. Este conflicto generó un distanciamiento feroz entre futbolistas y dirigentes. Que el secretario general Héctor Maldonado haya dicho “hay jugadores que cobran en dólares y hace dos años que están de vacaciones en el club” no colaboró en un posible acercamiento de las partes.
La puerta que abrió Silva podría ser una salida de emergencia para otros jugadores, como Martín Campaña, Alexander Barboza, Lucas Romero y Silvio Romero
Maldonado y el secretario deportivo Jorge Damiani, encargados de negociar con los jugadores, se apoyan en un pacto: por intermedio de Agremiados habían acordado el 1º de junio como plazo para pagar la deuda. Si antes de esa fecha se ponen al día, argumentan, la decisión de Silva sería injustificada, lo que podría derivar en causas judiciales contra el jugador y el club que lo contrate.
La cuarentena afectó a Independiente como a ninguno de los otros clubes grandes. El parate del fútbol y la disminución de los ingresos aceleraron la explosión de una bomba que tenía la mecha encendida antes de que el mundo estuviera pendiente del covid-19. El gran interrogante ahora es con qué plantel arrancará Lucas Pusineri cuando la pelota vuelva a rodar. La pandemia llegó a Avellaneda y las consecuencias pueden ser devastadoras.
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