Murió Agustín Alezzo, reconocido director teatral

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Tras una línea informativa que el productor teatral, Carlos Rottemberg, tiró desde la cuenta de Twitter del Banco Comafi, el empresario notificó la triste noticia que dejará un gran vacío para el mundo del teatro. “Súbitamente, la peor noticia. Murió Agustín Alezzo”, recitó en la cuenta de dicho teatro comercial y recibió una catarata de respuestas tanto de colegas , como actores que se habían formado bajo el ala de su absoluto conocimiento sobre las artes dramáticas. 

Tenía 84 años y estaba internado en el Sanatorio La Trinidad es de hacía casi un mes y medio. Ingresó por un cuadro de infección urinaria y al ser sometido al hisopado protocolar para descartar COVID-19, para sumar una mala a su estado, Alezzo había dado con que su diagnóstico era positivo. 

El director teatral, recientemente, había recibido buenas noticias sobre el futuro de su escuela teatral, en la que formó a cientos directores y actores locales que pudieron desarrollar con más fuerza su talento, tras la imbatible técnica de uno de los hombres que marcó con pisada firme la formación de los artistas nacionales desde hace muchos años. 

Según trascendió, Alezzo no había manifestado síntomas de coronavirus antes de llegar al hospital, más allá de un leve estado febril. Por tal motivo, si bien tuvo necesidad de utilizar un respirador artificial durante unas semanas, ya se lo habían retirado, motivo por el cual el mismo Rottemberg publicó un tuit desde la cuenta de Multiteatro la semana pasada que detallaba: “Muy buena noticia… luego de más de un mes de internación en el sector de cuidados intensivos, el director teatral Agustín Alezzo fue trasladado hoy a una habitación común para continuar con su rehabilitación, superando el cuadro crítico que lo aquejaba”.

El eximio director teatral argentino, según le confirmó Rottemberg a Teleshow, estaba muy en las últimas horas. “Entró el 1 de junio al sanatorio y el 7 de junio pasó a terapia. Estaba muy bien estos días. Ayer hablé por teléfono con él, fue su mejor día. Esto fue una cosa repentina, sucedió a horas del mediodía. Es increíble. Me van a dar un parte médico para explicar lo que pasó. Pero la verdad es que la luchó toda. Dio positivo en COVID-19 el mismo día que entró y pasó más de un mes. Pero, en su mejor momento, tuvo una mala noche y murió”.

Alezzo estaba pasando un delicado momento, dado que al igual que todos, luchaba contra los avatares de la pandemia que dejó a todas actividades, y ni hablar la artística, en completa parálisis. En el caso de los teatros, fue uno de los principales rubros que tuvo que cerrar las puertas a causa del avance de coronavirus en el mundo y el abatimiento que generó eso con la llegada a nuestro país. En medio de ese contexto, desde su entorno, barajan la idea de que le podrían haber bajado las defensas, dado que por la cuarentena, el maestro de actores se vio obligado a parar la inauguración de la nueva sede de El Duende y tenía miedo de perderla por falta de ingresos. Sin embargo, el último mes se supo que a dirección del Instituto Nacional del Teatro (INT) había aprobado darle un premio honorífico a su trayectoria, que le permitirá sostener la Escuela de Formación Actoral que había fundado en 1966 y que sacó adelante a los mejores intérpretes de Argentina.

Recordemos que, en su extensa trayectoria, fue uno de los pioneros en la introducción del método Stanislavski en el teatro local, que consiste en activar el arte de la experimentación. Durante los ensayos, los actores que practican tal técnica deben buscar motivos internos para justificar la acción y la definición de lo que el personaje busca lograr en un momento dado. 

Sus mayores mentores fueron Alejandra BoeroPedro Asquini y tras muchos años de formación logró consolidar una larga y prestigiosa carrera. En los años setenta se puso al frente de grandes producciones como Las brujas de Salem, Romance de lobos, Botín, La rosa tatuada, Arsénico y encaje antiguo, Recuerdo de dos lunes, El Jardín de los cerezos, entre otros. En televisión dirigió Nosotros con Norma Aleandro y Federico Luppi y piezas de Henry James, Eugene O’Neill, Carlos Gorostiza, entre otros; y en la época de la dictadura fue incluído en la lista de los intelectuales prohibidos. Su partida será recordada por sus alumnos, como algo muy doloroso. Y para las generaciones que no pudieron ser partícipes de su conocimiento sobre el teatro, recibirán su legado con quienes tuvieron la posibilidad de incorporarlo. QEPD.

A.A

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