En tiempos de distanciamiento social, y cuando no podemos visitar ámbitos que solíamos hacer con frecuencia, debemos recaer en los amigos que, aprovechando su localía, disfrutan de las bondades de las lagunas de su partido. Ellos nos trasmiten lo vivido, y nos hacen desear estar en su lugar, sintiendo la explosión de un pique y desatando sana envidia. Tres Arroyos y Laprida son zonas ricas en todo tipo de pesqueros, que transitan fase 5 y sus pescadores pueden recorrer de punta a punta cada sitio de pesca.
Quillalauquen
El segundo ámbito que destacamos en la zona fue Quillalauquen, un espejo de agua muy cuidado y administrado por el Club de Pesca y Caza Laprida. Posee 120 hectáreas, con costas de barrancas bajas de tosca, y algunos suaves declives de tierra. No tiene ni afluentes ni emisarios, y su nivel ha mejorado en los últimos meses con las recientes lluvias, aunque le falta para su nivel óptimo. Hasta allí fue nuestro amigo Martin Esponda, de PAE Pesca, colaborador y referente de los pesqueros de la zona, quien, tras inscribirse previamente a través de la página de Facebook del club, se hizo de su lugar para pescar el domingo, clásico día de apertura del espejo, junto a algunos feriados. Es normal que en pocos minutos se agoten los 65 cupos disponibles para la pesca de orilla, única habilitada por el momento. La pesca se realiza de 8 a 16 hs, únicamente para lapridenses y para pescadores que se ubiquen en el rango de 16 a 65 años, no pudiendo hacerlo aquellos que integran grupos de riesgo.
Martin nos cuenta que pesco en toda la jornada muy lindas piezas, desde los primeros lances hasta que se retiraron. Los mejores resultados se dieron en las líneas de fondo, o semifondo, con alguna boya elevadora, ya que es clave levantar los anzuelos del lecho barroso de la laguna, teniendo más pique en aquellos cebos más cercanos al plomo. De carnada utilizaron plateada viva y filets de magrú, rindiendo muchas veces, el coloreado de las mismas. Las piezas en gran cantidad superaron los 500 gramos y en el sector dónde realizaron la pesca, las capturas más grandes superaron los 800 gramos.
La Arenera
Por último, nos vamos al sur bonaerense, donde nos encontramos con la laguna La Arenera, un agreste espejo de unas 550 hectáreas en forma alargada a pocos kilómetros de Claromecó, ubicado entre los médanos y al que accedemos por un entoscado muy bien señalizado. Nuestros amigos del Club de Pesca, quienes administran el sector explotado para la actividad, nos mantienen informados semana a semana. Se puede pescar embarcados, como de costa, donde es clave meter el plomo bien adentro, buscar el viento en contra e intentar con generosas carnadas para buscar el matungo. En los aparejos, hubo quienes pescaron con las clásicas líneas de flote con puntero, otros a fondo, semi fondo y también se usan mucho, con viento de espalda, unas navegadoras palito tamaño 50 mm, que caminan en búsqueda del centro de la laguna y amplían las posibilidades de pesca. El frío, como en todas las lagunas de la zona, condicionó la actividad, pero se las ingeniaron para pinchar unos 8 a 10 pejerreyes que anduvieron entre los 400 y 800 g, teniendo en cuenta, que los grandes están, como aquel que pescara en mayo, Cristian Colo Mansilla, que metió un pejerrey de 3,230 kg, todo un peso pesado.
La Tigra
Arrancamos la recorrida por laguna La Tigra, un ámbito ideal para quienes agudizan todos los sentidos en búsqueda del pejerrey, y en donde hay premio para quienes hacen bien los deberes. Esta vez fue César Larsen, amigo y compañero de pesca en los campeonatos provinciales, quien nos transmitió lo vivido a través de imágenes, videos y un relato que nos traslada imaginariamente a este ámbito ubicado a 20 km de la ciudad de Tres Arroyos. Martin Zubillaga, propietario de uno de los pesqueros, y conocedor como pocos de los mejores puntos de la laguna oficio de guía. Para llegar, pasamos la ciudad de Tres Arroyos, y nos vamos a encontrar a nuestra derecha la ruta provincial 85, la cual tomaremos y seguiremos por ella unos 10 km, hasta encontrar, sobre mano izquierda, el ingreso de tierra a la laguna, de unos 2 km, con carteles indicadores sobre la ruta. Este espejo no cuenta con ninguna instalación, no hay baños, ni bajada de lancha, todo lo tiene que hacer el pescador, bajarse la lancha y al final de la jornada subirla.
César y Martín eligieron una jornada agradable, dentro del fuerte invierno que transita el centro sudeste bonaerense, bajando la embarcación sobre el mediodía y encarando al medio de la laguna. El dato de pesca no era el mejor, ya que, en estas zonas, con los fríos intensos el pique se complica. Es importante navegar con cautela, tratando de hacer el menor ruido posible, ya que el pejerrey es muy asustadizo, y más, el de buen porte. Al llegar al punto de pesca, rápidamente armaron los equipos, utilizando cañas de 4,20 m, reeles cargados con multifilamento de 0,12 mm y nailon de 0,26 mm. Usaron dos tipos de aparejos, uno el tradicional paternóster, que trabaje entre los 2,5 a 3 m, y líneas de dos boyas, similar a la que usamos en La Brava en Balcarce, con anzuelos N° 1/0 y bajadas que iban de los 2,5 a 3 m, algo reforzadas para no perder esas piezas inolvidables que por ahí se dan. Entre las carnadas, siempre rinde una mojarra viva grande, un filet colgado de dientudo al natural, que le da movimiento y volumen al encarne o bien el filet del mismo peje, pero esta vez, se llevó las palmas la doble mojarra, una pasada por el anzuelo, y la otra colgando. No hay que desestimar las carnadas coloreadas, ni tampoco, la anchoa, muy usadas en los pesqueros del centro sudeste bonaerense.
Recorrieron todo el ámbito, logrando una o dos piezas en cada parada. Parecía ser un día errático, donde los buenos pejes no aparecían, pero sobre el epílogo, pudieron dar con un pique aceptable de flechas de plata. Nunca fue una laguna fácil, es un ámbito donde no vamos a hacer la cuota, más bien, nos vamos a ir con una docena de pejes entremezclados. Hay que saber trabajarla, llevar buena variedad y calidad de carnadas, moverse y tomarse el trabajo de medir profundidad en cada sector elegido para trabajar las carnadas cerca del fondo. La laguna está superpoblada de pejerrey de todo tamaño, desde juveniles hasta piezas que superan holgadamente el kilo, pero con el frío, siempre se aletargan y hay que buscarlos más. Los pescadores que estuvieron pescando de orilla, en la mañana el pique fue nulo, mejorando en la tarde, donde pudieron lograr algunas extracciones.
A estar atentos, te mostramos hoy tres pesqueros que no podés dejar de tener en cuenta cuando se levante la cuarentena, y si no, agendalos para la próxima temporada. Muchos kilómetros del AMBA, pero un esfuerzo que valdrá la pena, con portes sobresalientes y la posibilidad del pejerrey de tu vida.
Contactos:
- Laguna La Tigra: Campo Zubillaga Tel.: (02983) 64-4118; Campo Santa Irene, Tel.: (02983) 38-1952
- Laguna Quillalauquen: Tel.: (02284) 65-6436
- Laguna La Arenera: Tel.: (02983) 50-3822