El Grupo Kukla, dedicado al teatro de títeres y muñecos, está liderado por Antoaneta Madjarova, oriunda de Bulgaria, pero radicada en la Argentina desde hace 29 años. Su obra ¡Música, maestro! puede verse, filmada, en funciones por streaming, los sábados de agosto a las 18. La entrada, de $ 300, se consigue a través de Modalidad Virtual.
La obra, capaz de atrapar a espectadores de todas las edades, recorre hitos de la música del mundo, desde un fantaseado origen entre cavernícolas hasta el hip hop, pasando por tradiciones sonoras de la India, la creación de la escala musical por el monje benedictino Guido D’Arezzo, el órgano barroco, la ópera, el jazz, Freddie Mercury y Charly García. Fue estrenada en 2013 en el Centro Cultural de la Cooperación y hasta hizo funciones en un festival en Hong Kong. Entre escenografía, títeres, máscaras, estructuras, vestuarios e interpretación en escena, participan numerosos artistas.
Compositores, partituras, piano, violín… todo es mostrado y narrado a través de objetos y títeres que cobran vida, lo que se realza a través del teatro negro. Esto es, según Madjarova, “más que una técnica de manipulación de títeres, una técnica de iluminación, en la que se utiliza la luz negra. Permite también usar el espacio en altura, en las profundidades; pueden aparecer y desaparecer cosas, transformarse; la escenografía se mueve y es dinámica; van y vienen los elementos escenográficos y da una sensación de Barroco, de lleno. Además, hay escenas con luz blanca, que le dan un descanso al ojo del espectador”.
Hay, asimismo, gran diversidad de títeres y máscaras, de distintos tamaños y técnicas: “Elvis Presley es mitad actor, mitad títere, con unas piernas postizas que le permiten movimientos increíbles de la cintura para abajo. Para Los Beatles, llegué a la síntesis: se reconocen las cuatro cabezas, y sus piernas/cuerpos son elásticos. Nunca trato de ir a la imitación de las proporciones humanas o animales, sino de ir a figuras más abstractas, porque en la síntesis puede surgir el humor. La esencia del teatro de títeres es dar vida a la materia inmóvil: una simple botella puede ser una doncella hermosa, pero puede ser también un capitán del ejército; un títere puede mirar sin tener ojos, puede hablar sin tener boca, puede escuchar sin tener oídos”.