Los republicanos inician un tenso proceso para ratificar a una jueza para la Corte Suprema

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La magistrada fue nominada por el presidente Trump

La magistrada fue nominada por el presidente Trump

En un feriado nacional y en medio de la creciente tensión política del último tramo de la campaña electoral, el oficialismo republicano inició este lunes en el Senado el proceso para ratificar a la jueza nominada por el presidente Donald Trump para reemplazar a la fallecida Ruth Bader Ginsburg en la Corte Suprema y garantizar una mayoría conservadora.

Salvo por una sorpresa de último momento o una explosión de casos de coronavirus que obligue a frenar el proceso, la confirmación de la nominada de Trump, Amy Coney Barrett, se da por segura. Los republicanos tienen los votos para confirmar a esta jueza de apelaciones ultraconservadora, quien con apenas 48 años obtendrá una silla de por vida en la máxima instancia judicial y fuente de jurisprudencia de Estados Unidos.

Frente a este escenario, la oposición demócrata había pedido, primero, retrasar el proceso de ratificación hasta después de la asunción del Gobierno y el Congreso electos en los comicios del 3 de noviembre próximo, y luego demandó posponer el debate dado que tres senadores republicanos dieron positivo de Covid-19 y están en aislamiento.

Sin embargo, el presidente de la Comisión de Justicia de la cámara alta, el republicano Lindsey Graham -que se juega su banca en una elección muy cerrada, según los últimos sondeos- decidió avanzar con su plan y realizar hoy la primera de las cuatro audiencias, el preludio establecido antes de la votación en comisión.

Una de las críticas más duras de la oposición hoy en la comisión la hizo la senadora y candidata a la vicepresidencia, Kamala Harris.

“Esta audiencia convocó a más de 50 personas dentro de una habitación cerrada durante horas mientras nuestra nación enfrenta un virus letal que se trasmite en el aire. Esta comisión ignoró todos los pedidos de sentido común para garantizar la seguridad de las personas -por ejemplo no pedirle a todos los miembros que se hagan una prueba-, pese al brote de coronavirus que hay entre senadores de esta comisión”, sentenció la candidata, que participó virtualmente.

Las críticas de los demócratas se multiplicaron luego de que se comprobara que el acto en la Casa Blanca en el que Trump presentó formalmente a Barrett como su nominada, provocó la mayor cadena de contagios de Covid-19 hasta ahora en el Gobierno y el círculo cercano al mandatario.

Hoy, en la Comisión de Justicia, Harris, además, acusó al oficialismo de querer apurar la ratificación de la nominada de Trump, la jueza Barrett, para terminar de eliminar la reforma de salud promulgada por el expresidente Barack Obama, la misma que los republicanos no lograron reemplazar en el Congreso en estos años.

“Los republicanos finalmente se dieron cuenta que la Ley de Cuidado Asequible es demasiado popular para derogarla en el Congreso, entonces ahora están tratando de esquivar la voluntad de los votantes y hacer que la Corte Suprema haga su trabajo sucio”, acusó, en referencia al caso sobre este tema que el tribunal debe dirimir en las próximas semanas, según el canal de noticias CNN.

La senadora Dianne Feinstein, la legisladora demócrata de mandato más extenso de la comisión, lanzó la misma advertencia: “La cobertura de salud de millones de estadounidenses está en juego con esta nominación”.

Ante la lluvia de críticas de todos los miembros opositores de la comisión, el titular, Graham, repitió una y otra vez que la audiencia contaba con todas las medidas de seguridad necesarias y defendió su decisión de iniciar de inmediato el proceso.

“No hay nada inconstitucional en este proceso. Hay una vacante que ocurrió por la pérdida trágica de una gran mujer y vamos a ocupar esa vacante con otra gran mujer. En definitiva, el Senado está cumpliendo con su deber constitucional”, concluyó el senador y titular de la comisión, pese a que en 2016, hacia el final del Gobierno de Obama, argumentó que el entonces presidente demócrata no podía nominar a un juez para la Corte Suprema en un año electoral y debía esperarse hasta que asumiera el próximo mandatario.

Graham ahora, sin embargo, asumió el pedido de Trump de acelerar el proceso de ratificación y aprobar a Coney Barrett antes de las elecciones.

Barrett está bien vista en los círculos cristianos tradicionales por su oposición al aborto y una adhesión al concepto de pareja como la unión “de un hombre y una mujer”, según una carta enviada al Papa en 2015.

Católica practicante, madre de siete hijos, una vez dijo tener por “causa” servir al “reino de Dios”.

Pero la magistrada, con una reputación de hacer argumentos jurídicos minuciosamente trabajados, afirma que sabe distinguir sus convicciones personales de su labor como jueza.

En su declaración de apertura, hoy, aseguró que siempre estará “agradecida por el camino que abrió” la fallecida jueza Ginsburg, un ícono de la lucha por la igualdad de género, pero dejó claro que comparte la visión originalista -la interpretación lo más literal posible de la Constitución- que marcó al también fallecido juez conservador y uno de sus mentores, Antonin Scalia.

“Su filosofía judicial era directa: Un juez debe aplicar la ley como está escrita, no como el juez desea que esté escrita. Algunas veces ese enfoque implica resultados con los que uno no está de acuerdo”, explicó la nominada.

La segunda audiencia para su ratificación comenzará mañana a las 10 hora argentina.