El nuevo Mago de Oz nacido en China

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Google?” fue la respuesta de Glen Keane a su esposa cuando ella, preocupada, le consultó donde llevaría sus 38 años de experiencia en Disney. Keane era leyenda, y sigue siéndolo, del medio: a los 25 años, ya trabaja en el estudio del tío Walt junto a tres de los famosos “Nine Old Men”, los apóstoles en el reino Disney, los animadores detrás de clásicos como Pinocho o Blancanieves. Y ahí, Ollie Johnston, uno de los sabios, le dijo: “Vos vas a cambiar la animación”. Y hoy, en 2020, recién hoy, Glen Keane dirige su primer largo animado, la producción original de Netflix recién estrenada Más allá de la Luna. Y su vida otra vez cambia. 

Keane ya imprimió sus huellas creativas en la historia de la animación. ¿El pelo de Pocahontas flotando al viento? ¿Ariel cantando hacia la superficie? Pocas creaciones de la segunda edad dorada de Disney no fueron diseñadas por Keane. Su mano está en todos esos clásicos. Literalmente. Y aún así, se fue. Y se fue, sí, a Google, y ahí empezó, como ya lo había hecho junto al hoy caído en desgracia John Lasseter (otro egresado, como Keane, de CalArts, la nave nodriza de los creadores animados de la generación que empezó a trabajar en los años 80), a explorar. Mezclaba la animación 2D, aquella a la que en sus narices le decretaron la muerte (cuando Disney se golpeó y feo en la frente gracias a El caldero mágico) con la animación 3D (que Keane ya manejaba cuando, otra vez, Disney se la dio en la jeta comercialmente con El planeta del tesoro, que ya mostraba su dominio mezclando ambas técnicas) .¿Recuerdan el baile de La bella y la bestia? Eso es Keane, su búsqueda y su talento. De hecho, le cuenta a PERFIL que “la Bestia esta basada en mí, en mi furia de adolescente y mis enojos, cuando revoleaba cosas”. Keane se fue, experimentó y terminó junto a Kobe Bryant, la fallecida leyenda del basquet, haciendo el corto Dear Basketball, que les hizo ganar un Oscar. 

Keane se rie cuando se le consulta por aquel mito de Disney que le dijo que iba a cambiar la animación: “Creo que recién hoy lo entiendo. No hablaba de mejor calidad, sino en aplicaciones, en la forma de aplicar la animación. De expandir, de mantenerla viva. Creo que no lo sabía ni él eso pero estoy seguro que eso era lo que estaba diciendo. Aplicar el saber y la pasión a terrenos nuevos”.

¿Qué es entonces la animación para Keane y como aparece eso en Más allá de la Luna? Keane: “En la animación estas entreteniendo a la gente. Y lo haces desde que empieza la imagen, desde el primer fotograma, porque cada recuadro es crucial, cada recuadro muestra lo que queres contar, lo que pusiste a cientos de personas a crear. Un dibujo nunca es solamente un dibujo en la animación. Siempre hay que pensar en la audiencia. Mucho de lo que hace la animación tiene que ver con el entretenimiento, sea desde las lágrimas a la alegría. Con que cada imagen diga, capture, sea coherente y sea nueva. Cuando sabes lo que espera el público, eso te da mucho poder como director. Nunca tenés que darles lo que esperan. Si el cohete a la luna no despega, mejor”. 

Más allá de la Luna es una película radical, diferente, incluso aunque se vea industrial. Cuenta la historia de Fei Fei, una niña de China que sale a la búsqueda de la leyenda de la diosa de la Luna (más popular que el mismo Papá Noel por aquellos lares) y con esa excusa se convierte en un musical, en un el hogar de cientos de imágenes nuevas, de una libertad que Disney, Pixar o Dreamworks no logran en sus intentos bienpensantes. “Fei Fei es la razón por la que realmente quería hacer eso” dirá Keane y suma: “Quería compartir lo que sentí cuando fue a China por primera vez. En un pueblito de China. El olor, la vida, los colores, la energía, la dinámica, la diversión. La cuestión milenaria, de generaciones, que aparece de repente. Y eso vive al lado de un tren que levita gracias a la energía magnética, y esa convivencia me impresionó. Quería que a su manera fuera El Mago de Oz, es decir, tomar un momento, un lugar, una cultura, y generar todo aquello que la imaginación puede hacer con lo que considera maravilla en un momento dado del mundo. Y hacerle honor al guión de Audrey Wells”. 

La despedida. Audrey Wells, la guionista, es crucial en el corazón de esta película. La guionista sabía que iba a fallecer, y por eso le era crucial contar una historia que cuando su hija la viera sintiera que ella estaba ahí. Y no solo eso. Que también se abriera al mundo, que no cierre su corazón, que sienta la libertad de decirle mamá a otra persona, que sienta ganas de literalmente ir a la Luna. Keane: “Nunca tuve la más mínima intención de cambiar ni una palabra de lo que Audrey había escrito. Leyendo el guión, durante los primeros momentos de la lectura, Audrey estaba viva y trabajamos mano a mano durante un año. Incluso dos meses antes de su muerte, todavía hacíamos correcciones. Su paciencia, su calma, su fe en este film fueron cruciales, y creo que fueron la clave que lo hace sentir tan sentido, tan sincero, que nace tanto del corazón. Ella quería decirle a su hija que siga, que su amor iba a seguir ahí, pero que no se se cierre. Cada vez que me perdía en el proceso me hacía la pregunta “¿qué haría Audrey?”.

Keane está muy feliz con su relato musical, de varias canciones originales, y tiene porque: “Necesitamos historias nuevas. Yo sentí cosas nuevas aquí. Pude trabajar con una generación que decía se había inspirado en mis trabajos. Y lo cierto es que yo aprendí de ellos, casi como un internado a la inversa. Y la historia de China, y el equipo de Oriente. Entonces sentí que así debería ser la animación ahora, con la inspiración circulando de ambos lados, de los que trabajamos hace años y de los nuevos, de cultura que desconocemos y respetarlas y escucharlas y ver los mundos parecidos a Oz que hay ahí. Siento que la conexión que hoy es posible genera un instante único si queremos generar relatos que tengan lo mejor de todos los involucrados”. 

LA IMAGINACION INDUSTRIAL EN SU MEJOR INSTANTE

Por suerte, Audrey Wells, la guionista del film, que falleció antes de su forma final, llegó a ver una versión de la película. Y se sorprendió por su despliegue.Tenía razón: las ideas visuales del film son pirotécnicas y sentidas, bordean la real sorpresa, el despliegue enorme y el diseño personal. ¿Cómo se llegó a esa construcción de la vida en Luna de criaturas varias? Keane: “Le lleve al equipo de producción una imagen de tapa de The Dark Side of the Moon. Era importante que para mí el instante en el cual pisaban la luna y necesitaba hacer muy gráfico. Entonces, la idea de una luz que atraviesa un prisma, y se disparan ahí colores, el arco iris, se me hizo muy poderosa”. Keane insiste con aclarar algo: “Esta película es distinta. No es ‘un director americano yendo a un estudio y contando una historia de China’. No es un punto de vista. Esto se originó en China, y son ellos contando desde su punto de vista y aprovechando mi experiencia en el medio. Y esto es algo realmente importante, es donde me gustaría que vaya el futuro: una cultura que puede generar una película que sienten muestra su cultura. Los equipos de China, gran parte del proceso, fueron cruciales: es un film marinado en la cultura china”. Keane suena feliz y entusiasmado: “La animación puede ser tanto, pero tanto, más de lo que es hoy. ¿Qué pasaría si nombres de las artes como Michelangelo o Rodin pudieran hacer su película animada? Y más  importante ¿qué pasa si nos perdemos a esos nombres, a sus versiones actuales, en la animación por no ser realmente globales?”.