Son muchos los creadores teatrales que ante la imposibilidad de subirse a un escenario buscaron la manera de seguir actuando, de seguir llevando a cabo su actividad. Entre ellos hay dos que se arriesgan a hacer vivos vía Zoom, la herramienta que permitió la conectividad en pandemia. Ellos son Whisky Gatos Azul Jazz de Lourdes Invierno, los sábados y Consorcio. Un juego inmersivo de Santiago Legón los domingos, ambas a las 21, producidas por SPI – Salas PanInmersivas, con entradas por alternativa teatral ($ 300).
“Somos artistas multidisciplinares –confesará Santiago Legón– que en abril vimos todas nuestras giras, talleres y funciones suspendidas por tiempo indefinido. Vimos en Zoom un lienzo expresivo con sus recursos y límites a explorar. Se estrenó primero Consorcio, fue punta de lanza para Whisky y para todas las obras de SPI junto a Fran Cantó. De repente Greta Berghese podía hacer su papel de Consuelo en Consorcio desde Córdoba. Gabie podía hacer toda la imagen de SPI desde Barcelona, Ada Valdez dirigir desde San Juan y Tomás Carreño actuar desde Lima/Perú. Pudimos ser parte del Festival Internacional de Teatro Virtual #Resquicio con sede en Puerto Rico con nuestras piezas Era Marea y Giroscopio. Nuestras producciones han girado por el mundo sin movernos y siempre son en vivo”. Y suma: “Creemos que el compartir el mismo tiempo conectados a un mismo espacio virtual genera una comunicación intransferible que se vincula con lo efímero, lo que nace y muere en el instante. El mismo vértigo de la falla técnica reaviva el fuego del juego que enciende a los intérpretes a estar despiertos y conectados. SPI además de un espacio creativo ya es una familia enorme de artistas independientes, que han generado seis obras de artes escénicas virtuales. Conservamos la creatividad despierta para seguir teniendo el abrazo colectivo con la platea presente de manera virtual y sostener el juego vivo”.
En Whisky Gatos Azul Jazz además de Lourdes Invierno actúan Daniel Toppino, Lucrecia Gelardi y Santiago Fondevilla. “La recepción del público es muy buena –subraya Invierno, dramaturga e intérprete– agradecen lo efímero del vivo. Las devoluciones que recibimos es que se olvidan del Zoom, porque se traspasa la pantalla. Subrayan el nivel de la iluminación, vestuario y puesta en escena. Agradecemos que se conecten y que se borren los prejuicios de la virtualidad. Cuando se produce algún imponderable de conectividad se lo utiliza como recurso, se genera la improvisación, igual que cuando algo imprevisto sucede en el teatro presencial. La capacidad es de noventa pantallas y se entiende que hay un mínimo de dos personas, lo que duplica la platea”.
“Cualquiera pensaría que una persona de setenta años –agrega Legón– se resistiría a trabajar desde un dispositivo electrónico, pero todos se embarcaron en esta aventura con puro coraje y ganas de jugar y aprender. (En el elenco están Greta Berghese, Mariana Brusse, Cecile Caillon, Diego de Paula, Gustavo Maggi, José María Marcos y Constanza Scotto). Siento que es importantísimo el valor del humor y la risa como expresión humana en tiempos de pandemia. Es un trampolín para enfrentar lo que nos sucede con una mirada amable, profunda y reflexiva”.