Ni vencedores ni vencidos. Patronato y Gimnasia tuvieron un rendimiento muy bajo en Paraná y, en un deslucido partido, terminaron igualando 0 a 0. El empate castigó más al equipo platense, que con un hombre de más durante una hora no supo sacar diferencias. La igualdad dejó sin chances de clasificar a los de Paraná, últimos en la Zona 6, y expectante al Lobo, que deberá mejorar si pretende pensar en la Fase Campeonato.
El arranque del partido exhibió un juego cortado, friccionado, deslucido. Y aunque los dos se mostraron muy apretados en el medio, Gimnasia fue el que contó con las primeras insinuaciones luego de un mal rechazo de Chimino: Eric Ramírez recibió la pelota y en cortada dejó mano a mano a Carbonero que, tras eludir a Sappa, remató pero el palo derecho le ahogó el grito.
Dos minutos más tarde hubo otra buena jugada elaborada por Gimnasia con una sucesión de toques que arrancó con Víctor Ayala y derivó a la izquierda para Matías García. El buscapié del 10 encontró a Ramírez entrando de frente, pero su remate se fue por arriba del travesaño.
Con el paraguayo Ayala y Paradela comandando los ataques, y con Carbonero por derecha y Matías García por izquierda, el Lobo se hizo ancho y complicó al local, al que durante toda la primera parte le costó enhebrar juego. Así las cosas, el arco de Broun siempre le quedó muy lejos.
El juego friccionado se hizo más intenso. Sobre todo después que el árbitro no viera una mano dentro del área de Mancilla y privara de un penal al local. Esto elevó la temperatura del partido y algunos minutos después, a los 31, una dura patada de atrás de Leandro Marín sobre Eric Ramírez en propio campo de Gimnasia hizo que Echavarría, de manera acertada, le mostrara la tarjeta roja y dejara al local con 10.
Pierna fuerte, discusión desmedida, mucho nerviosismo y poco juego asociado entregó la foto de los últimos minutos de la primera parte, con un Gimnasia algo superior que no supo como desnivelar a pesar de contar con un hombre de más.
En el complemento, Miloc ocupó en defensa el lugar dejado por Marín y Luna entró por el desteñido Dettler en el medio. Con Barreto más tirado al mediocampo y Arias de punta, Patronato movió las piezas, pero como en la primera etapa, careció de explosión en el ataque. La apuesta fue clara: ordenados en el fondo y apostar a alguna contra.
Los ingresos de Matías Pérez García y Lucas Barrios le dieron algo más de movilidad a Gimnasia, pero las ideas de ataque brillaron por su ausencia. Sólo un cabezazo de Carbonero a las manos del arquero y un tiro de media distancia de Ayala llevaron algo de ilusión. Pero estuvieron muy lejos de inquietar realmente a Patronato.
Recién a los 35 una buena jugada entre García y Ramírez terminó con un bombazo del delantero que Sappa pudo desactivar. Muy poco para un equipo que jugó con un hombre de más durante una hora de partido.
A falta de un minuto fue la única llegada de Patronato. Un blooper entre dos volantes de Gimnasia dejó con campo libre a Rivero, que con una larga corrida se sacó de encima la salida desesperada de Broun y, cuando le quedó el arco libre, demoró el remate y le permitió a Morales recuperarse y mandarla al córner.
Un partido, al cabo, con muy poca elaboración y sin ideas. Con un 0 a 0 tan justificado como desilusionante.