Aunque haya sido el más inolvidable por lo malo, el de la peste, el del #QuedateEnCasa y el miedo a salir y contagiarse, el que durante meses no ofreció nada para ver salvo partidos viejos y –sobre todo– en el que Diego nos dejó, 2020 no dejó de ser un año. Quizás el peor de los años. Un año horrible, pero año al fin y al cabo. Y en estos 12 meses, aunque todo haya quedado tapado, hubo deportistas de la Argentina que se destacaron. Que dejaron una huella o una marca. Veamos.
Messi, entre el burofax y la 10 de Newell’s. Leo nos acostumbró, casi desde que debutó en Barcelona, en 2003, a ser el protagonista de cada año. Siempre había algún gol inolvidable, algún torneo ganado o algo que lo destacaba por sobre el resto. En este 2020 acaba de suceder –superó a Pelé en la cantidad de goles para un mismo equipo–, pero sin embargo sus momentos más significativos fueron dos que no tuvieron que ver con el juego en sí: primero cuando intentó irse del Barça, algo que no pudo concretar por las trabas contractuales que puso el club, y después cuando homenajeó a Maradona con la camiseta 10 de Newell’s que utilizó Diego en 1993. Esa foto, la 10 de Diego mimetizándose con la 10 de Leo, es sin dudas una de las fotos del año.
La resurrección de Tevez. Después de la final de la Libertadores en Madrid contra River que vivió desde el banco de suplentes, Carlitos hasta había anunciado su retiro para 2019. Parecía que su carrera estaba terminada. Pero 2020 empezó de un modo inverso: más activo, mejor físicamente y haciendo goles decisivos para que Boca se quedara con la Superliga. Después vino la pandemia y el parate. Y desde que se volvió a jugar, fue clave para que Boca avanzara en esta Libertadores.
Mara Gómez. Fue un triunfo que valió mucho más que tres puntos de un campeonato. Fue ganarle a la historia y a la discriminación. El 7 de diciembre, la delantera debutó con la camiseta de Villa San Carlos y se convirtió en la primera jugadora trans de la Primera División femenina de Argentina. Atrás quedaron argumentos que se van desplomando con el correr del tiempo. Mara no saca ventaja deportiva. Solo quería jugar y que no se lo impidieran por su condición sexual.
Los Pumas. El seleccionado argentino de rugby se autodestruyó en menos de una semana. Primero por el no homenaje a Maradona. Y segundo, luego de que se conocieran los tuits racistas y xenófobos de su capitán, Pablo Matera, Guido Petti y Santiago Socino. Si bien eso tapó todo, antes Los Pumas habían logrado algo histórico: ganarle por primera vez a los All Black. Fue 25-15 en Sidney.
Podoroska. En medio de la pandemia, cuando necesitábamos héroes y heroínas, apareció una chica de Rosario que se entrenaba en la casa de familia y peloteaba contra un colchón. Nadia Podoroska, contra todo pronóstico, llegó hasta las semifinales de Roland Garros, generó un boom en medio del aislamiento y se metió entre las primeras cincuenta del ranking WTA, cuando había empezado el torneo francés en la posición 258. Ahora le quedan dos caminos: sostener ese crecimiento o caerse, como le sucedió a Clarisa Fernández, quien luego de haber llegado a la semi de Roland Garros en 2002 no pudo mantener esos logros.
Schwartzman. Con Del Potro ausente por lesión, el Peque tuvo un año consagratorio. Terminó este 2020 como número 9 del ranking ATP –en noviembre llegó a estar octavo– y con todo para mejorar en 2021. ¿Por qué? Porque este año no ganó títulos. Llegó a las finales en Córdoba, el Máster de Roma y en Colonia. A las semis de Roland Garros. Y jugó el Torneo de Maestros (Nitto ATP Finals) en Londres. Todo por crecer.
Campazzo. Volvimos a tener un argentino en la NBA. Y aunque será imposible igualar o acercarse a lo que hizo Manu Ginóbili durante sus 16 años en San Antonio, la llegada de Facundo Campazzo a los Denver Nuggets es un motivo de alegría para el deporte nacional. Es cierto que la franquicia no lo está ayudando mucho: Facu empezó jugando poco y encima por momentos lo posicionan como alero, no como base. Habrá que esperar, con la certeza de que los Nuggets están lejos de los equipos con más nivel de la NBA.
Haaland y el primer gol después del freno mundial. De repente, la Bundesliga rompió todos los récords de audiencia. Se vio en 200 países del mundo, y todos guardamos en nuestra memoria ese festejo de gol, al mejor estilo PlayStation, de Erling Haaland, el delantero noruego del Borussia Dortmund que marcó el primer gol en el clásico ante el Schalke 04, luego del parate mundial por la pandemia de covid-19.
El Bayern: una máquina alemana. Ni los millones qataríes del Paris Saint Germain, ni los de los árabes del Manchester City, ni el Real o el Barcelona. El mejor equipo de Europa fue el Bayern Munich, que valorizó algo que se había relativizado en el último tiempo: puso el funcionamiento del equipo por sobre las figuras. Con solidez, dinámica, creatividad y efectividad, se impuso ante los ojos del mundo y conquistó su sexta Champions.
Diego: porque todo termina ahí. No hay anuario posible de este 2020 sin que aparezca Maradona. Desde el 25 de noviembre, el día de su muerte, el día en que dejó de ser mito para volverse leyenda, su imagen empezó a ser visible como nunca antes. Diego está y se reproduce en forma de mural, de tatuaje, de canción, de calles, de estadios o de stickers de WhatsApp. En forma de llanto, plegaria o rezo. Diego siempre vuelve: y ahí estará, para recordarnos cada vez que haga falta, que en este año nefasto, el de la peste y la muerte, lo perdimos. Justo a él, que creíamos que nunca nos iba a dejar.
Compartí esta Nota