La dirigencia de Independiente mostró muy pocos reflejos para manejar la economía del club, endeudado en 2.800 millones de pesos. Y tampoco tuvo luces en los últimos mercados de pases. Pero resulta increíble el caso de Federico Martínez, el delantero uruguayo que llegó hace 4 meses al club. En relación costo-beneficio, el Rojo salió perdiendo: se pagó un préstamo de 300 mil dólares, pero jugó apenas 13 partidos y metió un solo gol. Ayer, se rescindió su contrato porque Hugo Moyano no estaba dispuesto a desembolsar 1.350.000 dólares por el pase y tampoco era posible pagar su sueldo.
En este contexto, Martínez aceptó y volvió a Liverpool de Montevideo. Desde el otro lado del Río de La Plata había llegado hasta la Argentina para vestir la camiseta de Rosario Central. Jugó poco y nada. Volvió a Uruguay y Lucas Pusineri lo pidió para reforzar el equipo. Julio César Falcioni lo tenía en cuenta. Sin embargo, la Comisión Directiva decidió finalizar el vínculo con el atacante de 24 años.
En el acuerdo, Independiente se quedó con una plusvalía del 10% sobre una futura venta por encima de los 3 millones de dólares.
Otro delantero que le dio rédito a Independiente es Diego Churín. Adquirido por Gremio de Porto Alegre en 1.500.000 dólares pagados a Cerro Porteño, a la tesorería de Avellaneda ingresarán 37.500 producto del 2,5% del mecanismo de solidaridad.
Esperan por Herrera
En tanto, el Emperador espera por la llegada de Jonathan Herrera, quien mañana aterrizará en la Argentina proveniente de Malasia. El delantero de 29 años había sido adquirido por el Johor, pero dos semanas después apareció Independiente y decidió pegar la vuelta a cambio de 200 mil dólares.
Eso sí, no estará disponible para jugar el sábado, desde las 19.20, con Gimnasia. En tanto, Falcioni aguarda por la recuperación de Alan Velasco, quien sufrió un edema por sobrecarga al nivel del músculo sóleo izquierdo. Fabricio Bustos, en cambio, volverá al equipo ya sin rastros del Covid-19.