Independiente avanza. Sin un juego que termine de convencer, pero con efectividad, el Rojo superó por 1-0 en Avellaneda al discreto Guabirá, que desperdició un penal sobre el final, y se quedó con el grupo B para clasificar a los octavos de final de la Copa Sudamericana. Ahora, irá por el siguiente paso en la semifinal de la Copa de la Liga Profesional, el lunes que viene ante Colón.
Tiene un problema este Independiente de Julio César Falcioni que tendrá que resolver si es que pretende llegar lejos: cuando se encuentra con rivales que le ceden el protagonismo absoluto demuestra serias complicaciones para resolver los partidos. Le ocurrió en la noche de este miércoles ante un Guabirá que pisó el Libertadores de América con la clara consigna de cuidar su arco para despedirse de la manera más digna posible.
El conjunto boliviano se refugió en su terreno con un 5-3-2 bien definido y no se movió de eso. Poco le importó que la pelota estuviera siempre del lado rojo. Se preocupó por mantener el orden y no dejar espacio descubierto cerca de su área.
El local, entonces, tuvo que hacer un papel diferente al que está acostumbrado. Se siente cómodo para salir de contraataque el Diablo de Julio César; le resulta incómodo asumir la responsabilidad del papel protagónico. El déficit mayor lo tiene en los últimos metros. Sin huecos, se le hace difícil encontrar pasillos para generar filtraciones.
Eso se vio en este encuentro. No acusó fastidio por tener la posesión del balón y hacerlo circular de un lado al otro, pero sí se embrolló cuando al momento de apretar el acelerador para cambiar de ritmo. La superpoblación de gente en el área de Guabirá dejaba muy tapado a Silvio Romero, que no logró dominar un par de lanzamientos frontales, atajo utilizado para intentar penetrar.
Fabricio Bustos ideó la más clarita en el primer tiempo cuando picó una pelota para dejar cara a cara con el arquero a Sebastián Palacios, que no tuvo demasiado margen de maniobra ante la rápida reacción de Saidt Mustafá.
Tener a Alan Velasco anclado como extremo izquierdo no parece ser muy fructífero, teniendo en cuenta que la mejor versión de la joyita de la cantera se ve cuando se suelta por el medio, allí donde el propio Falcioni dijo que lo pondría cuando llegó…
Más allá de las dificultades para profundizar, Independiente jamás perdió el control del partido porque su adversario no salió del libreto defensivo. Guabirá apenas pasó la mitad de la cancha en un par de ocasiones y Sebastián Sosa intervino poco y nada.
La entrada de Andrés Roa le dio otras opciones. Un córner del colombiano derivó en el gol de Silvio Romero, que se la llevó por delante tras el rebote del arquero. Un penal de Sosa a Anderson Góngora aportó suspenso, pero Willian Alvarez la tiró afuera y selló el triunfo del Rojo.