El test rápido necesario para obtener el certificado costará ocho euros para las personas de 12 a 18 años y 15 euros para los mayores de edad
Clientes y comerciantes de Roma destacaron este viernes la entrada en vigencia del denominado “pase verde” sanitario que a partir de este viernes solo permitirá a personas vacunadas o que acrediten no tener coronavirus el acceso a bares, restaurantes, museos y otros eventos en espacios cerrados, y que en septiembre se extenderá a las escuelas y universidades y al transporte de larga distancia.
“Es una tranquilidad para todos”, describió ante Télam Massimo, uno de los encargados del restaurante Osteria dei Pontefice, a metros del Vaticano, donde uno de los empleados controla desde primera hora que cada uno de los clientes tenga su “pase verde” para poder entrar a consumir.
El certificado, que se descarga al teléfono y ofrece un código QR, es gratuito y estará al alcance de las personas que tengan al menos una dosis de vacuna contra el coronavirus, a quienes se hayan recuperado de la enfermedad en los últimos seis meses y a quienes se hagan un test con resultado negativo con un máximo de 48 horas de antigüedad.
Para los vacunados tiene una duración de nueve meses desde que se completa la inmunización y para los que demuestren anticuerpos frente a la Covid-19, la vigencia será de seis meses.
Para quienes infrinjan las normas o no realicen los controles, se impone una sanción de entre 400 y 1.000 euros
Para facilitar el acceso al “pase verde”, el Gobierno anunció este jueves que el test rápido necesario para obtener el certificado costará ocho euros para las personas de 12 a 18 años y 15 euros para los mayores de edad, al menos hasta fines de septiembre.
“Vacúnense y sigan las reglas”, pidió este viernes el premier Mario Draghi en un encuentro con la prensa parlamentaria durante el que apoyó la implementación del “pase verde”.
“Hay que estar seguros de que hemos hecho todo lo posible para evitar que la pandemia se agrave”, agregó el premier, a raíz del nuevo decreto que prorroga la obligación del “pase verde” a partir de septiembre para profesores, estudiantes universitarios y para quienes utilicen el transporte de larga distancia.
En los Museos Vaticanos, el segundo lugar más visitado de toda Italia hasta antes de la pandemia, la española Julia Conde hacía fila para entrar, con su QR descargado a la espera de pasar el control dispuesto en el ingreso principal.
“El pase verde nos da tranquilidad porque nos permitirá disfrutar de las actividades más relajados”, analizó ante la consulta de Télam, más allá de que dentro de los museos se seguirá exigiendo el uso obligatorio de barbijo.
“Vacúnense y sigan las reglas”, pidió este viernes el premier Mario Draghi.
Según plantearon a Télam las autoridades, ninguna de las cerca de 4.500 personas que acudieron este viernes a los Museos, todas con reserva previa y un crecimiento frente a las 1.200 diarias de inicios de mayo, tuvieron problemas para ingresar.
En los bares y restaurantes de los alrededores vaticanos, uno de los epicentos turísticos de Roma, las postales ofrecían en las primeras horas de vigencia del pase verde la novedad de varios encargados o empleados en las puertas de los locales dotados de la App oficial para leer el QR de los admitidos, Verifica C19.
De todos modos, como el decreto solo hace referencia a quienes se sienten dentro de los locales, el tradicional “café en la barra”, que es una postal clásica de las mañanas italianas, quedó exento de la obligatoriedad del certificado, explicaron varios propietarios a Télam.
El “pase verde” también es obligatorio desde este viernes para cines y teatros, aunque las capacidades máximas de los lugares se duplicó y podrán hospedar hasta 5.000 personas al aire libre y 2.500 bajo techo siempre y cuando se mantenga la denominación de “zona blanca” que ya tienen las 20 regiones del país.
Para los vacunados, el pase tiene una duración de nueve meses desde que se completa la inmunización
Para eventos deportivos y competiciones en las “zonas blancas”, la capacidad permitida no puede exceder el 50% del máximo autorizado en exteriores y el 25% en interiores. En la zona amarilla, la capacidad permitida no puede pasar el 25% y, en cualquier caso, el número máximo de espectadores no puede superar los 2.500 para exteriores y 1.000 para interiores, todos con “pase verde” obligatorio.
Para quienes infrinjan las normas o no realicen los controles, se impone una sanción de entre 400 y 1000 euros tanto al operador como al usuario, con la amenaza de cierre de hasta 10 días si los comercios cometen tres infracciones.
Las reacciones negativas, impulsadas por grupos antivacunas y de ultraderecha, tienen desde este viernes algunos refugios en la web, como por ejemplo con el grupo Io Apro (yo abro), que difunde a través de aplicaciones de mensajería celular listas de restaurantes, gimnasios y bares en los que no se pide el “pase verde” entre sus casi 14.000 suscriptores.
Desde el 1 de septiembre, anunció este jueves el Gobierno, el “pase verde” se hará obligatorio también para el personal docente de todos los niveles, para estudiantes universitarios y para aviones, trenes y buses entre regiones.
Este viernes, el Ministerio de Salud informó 6.599 nuevos casos de coronavirus en las ultimas 24 horas, con una tasa de positividad de 2,7 casos cada 100 test hechos a nivel nacional, en línea con los números de la semana, además de 24 muertes.