La nueva escena del jazz argentino, reflejada en un estupendo libro

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“Fernando Ríos ha escrito el libro que necesitábamos para conocer el nuevo jazz argentino” (Sergio Pujol)

Al seguidor de la música de jazz también le gusta leer sobre el género. Hasta aquí no existía un libro que reflejara lo novedosa y rica en cantidad y calidad de compositores que es la escena del jazz argentino desde comienzos de este siglo. Acaba de aparecer un material que documenta ese fenómeno con gran cantidad de datos y con rigor periodístico, a la manera de una especie de guía del jazz argentino.

El libro es del periodista especializado Fernando Ríos y se titula ‘Un panorama del Nuevo jazz argentino (2000-2020)’. Tiene prólogo del destacado crítico y escritor Sergio Pujol y fue editado recientemente por Gourmet Musical.

La escena porteña.
A fines de la década del ‘90, el país empezaba a sumergirse ya en la crisis de la convertibilidad del menemato y las artes, en general, también padecían ese proceso. El jazz porteño, que siempre tuvo una escena pequeña pero pujante, no escapaba al contexto.

Sin embargo, en 1997, apareció el Jazz Club Buenos Aires, en el paseo La Plaza, en plena avenida Corrientes, para darle espacio a los músicos emergentes de lo que luego cristalizaría en una camada de compositores de una complejidad y una destreza técnica y estética jamás vista hasta ahí.

Lo novedoso era que estos músicos se dedicaban mayoritariamente a componer jazz y no solo a interpretar standards. Querían tocar sus propias composiciones que, en general,  transitaban por el jazz moderno.

El guitarrista Guillermo Bazzola, los trompetistas Enrique Norris y Juan Cruz de Urquiza, los saxofonistas Carlos Lastra y Ricardo Cavalli, más los pianistas Ernesto Jodos y Adrián Iaies, eran los principales músicos que, desde ese momento, tocaban y registraban música propia, en el lenguaje afroamericano por excelencia: el jazz.

Lo que fueron plasmando tenía, a veces, cierto color local, con aires de géneros populares argentinos. A veces, resonaba algo de tango, o de alguna música folklórica, o también algo de rock.

El autor Fernando Ríos desmenuza esa escena en el libro, a lo largo de más de dos décadas, recostándose sobre los compositores del jazz moderno y dejando de lado dos vertientes muy transitadas en la escena local: el jazz tradicional y la fusión. Ríos viene haciendo un seguimiento casi diario de este rico proceso de la escena porteña desde hace tiempo y lo refleja en el portal Argentjazz.com.ar

“La investigación y la escritura (del libro) fue un trabajo que demandó poco más de dos años”, dice Fernando Ríos, quien eligió un orden cronológico para desplegar su relato. Ríos destaca algunos hitos del proceso: “la puesta en marcha de la Tecnicatura de jazz en el Conservatorio Manuel de Falla, la presencia creciente de las mujeres instrumentistas, los nuevos sellos discográficos, la lenta agonía del cd, el streaming y las nuevas formas de escucha (on-line), y hasta la aparición de la pandemia”.

El libro contiene también una discografía, en la que se relevaron unos 800 discos de casi 200 músicos argentinos, en orden alfabético, operando como una suerte de guía, al final del volumen, para descubrir autores y su obra y disfrutar escuchando el nuevo jazz argentino.

El reflejo del jazz cordobés.
La escena cordobesa es parte de este proceso creativo. Desde 2008, el pianista Eduardo Elia y el contrabajista Cristian Andrada encabezan una camada de músicos con varios discos de composiciones propias cada uno.

El material de Ríos los refleja, así como también a músicos del interior de Córdoba que se radicaron en Buenos Aires, como el destacado trompetista Mariano Loiacono y su hermano Sebastián (saxofonista). Ambos son de Cruz Alta y vienen codéandose hace tiempo no solo con lo mejor del jazz argentino, sino también, a veces, con figuras del ámbito internacional.

Otro jazzeros cordobeses reflejados en el libro son el bajista Milton Arias, los guitarristas Darío Iscaro y Osvaldo Brizuela, el saxofonista Martín Dellavedova y el extraordinario dúo del contrabajista Gustavo Lorenzatti con el trompetista Santiago Bartolomé.

También se resalta, con justicia, la importancia que tienen para la escena local, el Festival Internacional del género que se hace en noviembre, desde 2009, y la inédita experiencia del Córdoba Jazz Camp, un campamento de aprendizaje del lenguaje jazz, donde diversos instrumentistas de primer nivel nacional e internacional capacitan e interactúan con músicos y estudiantes.

Este libro es para quienes disfruten del jazz, así como también de escuchar la creativa nueva escena del género en Argentina.

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