Enzo Pérez, el jugador fetiche, cerebro y todoterreno de River que no para de darle soluciones a Gallardo

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Enzo Pérez está llamado a tener grandes proezas en River. Es cierto que ninguna superará la de este año cuando fue al arco ante Independiente Santa Fe por la Copa Libertadores cuando el equipo de Marcelo Gallardo se quedó sin arquero tras el brote de coronavirus que sufrió. Pero ante Sarmiento volvió a cambiar de posición y luego le terminó dando el gol del triunfo al conjunto Millonario.

“Me cargan porque todos los partidos hago algo nuevo, pero durante toda mi carrera futbolística siempre puse por delante el equipo para poder ayudar. Y es bueno porque me hace jugar siempre”, afirmó entre sonrisas Pérez.

El mendocino le dio un triunfo importante a este equipo diezmado de Marcelo Gallardo que jugó en Junín ante Sarmiento. Cerca del final del encuentro, el volante central devenido en líbero en el Eva Perón, fue a buscar una pelota parada y terminó trabando y empujando la pelota a la red para darle la victoria al conjunto Millonario para seguir prendido en el campeonato local.

Para nosotros fue un desahogo por las dificultades que tuvimos para armar el equipo. Jugamos con tres números cinco de centrales y le pusimos predisposición y voluntad. Me quedo con los tres puntos que logramos, hemos hecho un gran esfuerzo y pusimos al grupo por encima de todo para sacar este partido adelante”, expresó Pérez, emocionado y con una sonrisa en su cara tras el partido.

No tenía la camiseta puesta. Se la había dado a uno de los jugadores de Sarmiento, que se la había pedido. Tenía una campera encima y mucha felicidad por su gol y por el triunfo del equipo. Enzo volvió a poner el cuerpo y el corazón. Incluso, para no caerse, ya que en el gol de Sarmiento había quedado mal parado. Primero, en la ventaja que le sacó Jonathan Torres en una corrida larga. Y después al no entenderse con Enrique Bologna para sacar la pelota tras el débil remate de Alanís.

A pesar del gol de Sarmiento, Enzo siguió metido y enfocado y levantó su rendimiento. Tuvo la misma fortaleza que mostró en la previa para aceptar cambiar de posición y pararse como líbero, con la cinta de capitán. Y exhibió mucha entrega, actitud y amor propio a esa camiseta que tanto quiere.