Colón y Newell’s se parecen en un rasgo central: son prolijos en la propuesta. Pero dentro de esa particularidad que los hace similares, hay otro detalle que los une: por momentos parecen dos equipos tibios, sin profundidad o capacidad de daño en territorio ajeno. Todo, más allá de este 1-1 que no deja conforme a ninguno.
No hubo excepción en Santa Fe entre el campeón de la última Copa de la Liga y este Newell’s de Fernando Gamboa, inevitablemente un equipo en formación. Lo mostrado en el primer tiempo dio cuenta de eso. Se repartieron la pelota (52% fue la posesión de Colón) y el campo. Pero en el ámbito de las llegadas o de los tiros peligrosos al arco fue más el conjunto visitante: pateó ocho veces, tres fueron al arco y uno terminó en un golazo de volea de Facundo Mansilla -esa torre de 190 centímetros, que el entrenador eligió para un puesto que conoce en detalle, el de marcador central).
No se repartieron brillos, pero el encuentro resultó entretenido. No se destacó por fricciones sino por pases precisos, más allá de que en la mayoría de los casos no generaron preocupaciones para los arqueros (Leonardo Burian y Alan Aguerre). También en ese segundo tiempo que se pareció a un decorado, al margen del penal (mano de Lema) convertido por Farías.