Las muertes y las infecciones por coronavirus en todo el territorio aumentaron a su nivel diario más alto desde principios de marzo
El Gobierno británico anunció este miércoles que no impondrá nuevas restricciones contra el coronavirus pese a que se prevé que los nuevos casos “podrían llegar hasta 100.000 al día” en el invierno boreal, tras el crítico aumento en las tasas de infecciones y la preocupante cantidad de muertes ocurridas en las últimas dos semanas.
“El invierno supondrá la mayor amenaza para nuestra recuperación” y “tal y como esperábamos, empezamos a ver este impacto”, reconoció el ministro de Sanidad, Sajid Javid, en conferencia de prensa.
Los nuevos casos “podrían llegar hasta 100.000 al día” en un país de 66 millones de habitantes, advirtió el funcionario, citado por la agencia de noticias AFP.
Las muertes y las infecciones por coronavirus en todo el territorio aumentaron a su nivel diario más alto desde principios de marzo.
Ayer se informaron otras 223 muertes en las 24 horas previas, lo que elevó el total de Reino Unido a 138.852, y casi 50.000 casos diarios más.
“Estamos vigilando detenidamente estos datos y por el momento no pondremos en marcha nuestro plan B”, precisó el ministro.
Este plan incluye el uso de tapabocas, el teletrabajo o los pasaportes sanitarios en algunos locales.
En cambio, por el momento, Javid prometió intensificar la campaña de vacunas de refuerzo, que fue muy criticada por su lentitud, y la inmunización de los adolescentes.
En ese sentido, anunció “haber firmado dos acuerdos históricos que aseguran cientos de miles de dosis de dos nuevos antivirales” de los laboratorios Pfizer y Merck, aún pendientes de aprobación para su uso.
“Si todos ponemos de nuestra parte, podremos darnos la mejor oportunidad posible en esta carrera, pasar este invierno y disfrutar de la Navidad con nuestros seres queridos”, agregó.
La conferencia de prensa del Gobierno se produjo luego de que Matthew Taylor, director ejecutivo de la Confederación del NHS, como se conoce al sistema de salud pública en el Reino Unido, instara a las autoridades a implementar el uso obligatorio del tapabocas, teletrabajo y la exigencia de certificados de vacunas para los clubes nocturnos.
Sin embargo, la preocupación aumenta desde hace días entre responsables sanitarios del país.
Algunos científicos atribuyen el actual deterioro al bajo nivel de vacunación entre los menores, a la reducción de la inmunidad en los ancianos que se vacunaron hace muchos meses o al enfoque muy liberal del gobierno.
Ayer, Neil Ferguson, miembro destacado del Grupo Asesor Científico para Emergencias (Sage), dijo que cree que el plan B podría implementarse en Inglaterra este invierno, pero es poco probable que haya un confinamiento como el impuesto en enero pasado.
Otro experto en virología de la Universidad de Leicester dijo a la prensa británica que este aumento era de esperar luego de que el Gobierno levantara todas las restricciones en Inglaterra en julio pasado.
Explicó que si bien las vacunas redujeron las tasas de hospitalización y muerte, la variante Delta “atraviesa fácilmente la protección del fármaco para causar una infección”.
Para el científico, es sorprendente que muchos hayan aceptado el actual aumento gradual de casos y muertes por coronavirus simplemente como “vivir con el virus” y una consecuencia inevitable de la apertura de la economía y las escuelas.
También la diputada liberal demócrata Layla Moran, dijo en un comunicado que el primer ministro Boris Johnson cree que puede seguir ocultándose detrás del exitoso lanzamiento de vacunas, pero está deshaciendo todo su arduo trabajo al proceder con la actitud descuidada de que esta pandemia se acabó.
Sumando a esta preocupación, Londres afirmó el ayer estar “vigilando muy de cerca” una nueva subvariante (AY4.2) que se propaga en el Reino Unido, sin que se sepa aún si es más contagiosa.
“Esta nueva variante se está extendiendo” pero “no hay razón para creer en este momento que suponga una amenaza mayor”, afirmó Javid.