El ejército ruso recibió este sábado la orden de ampliar su ofensiva sobre Ucrania, a pesar de una creciente protesta internacional, bajo la excusa de que Kiev rechazó las negociaciones de paz.
“Todas las unidades han recibido la orden de ampliar la ofensiva en todas las direcciones, de acuerdo con el plan de ataque”, indicó el Ministerio de Defensa en un comunicado.
Los combates llegaron durante esta jornada a las calles de Kiev en el tercer día de la invasión rusa y el presidente ucraniano Volodimir Zelenski aseguró que su ejército “mantiene el control” de la capital y sus alrededores, aunque se dispuso un toque de queda hasta el lunes, mientras varios países aceleraron el envío de armas para asistir a los locales.
“Repelimos con éxito los ataques de los enemigos. Los combates continúan en numerosas ciudades y regiones del país, pero es nuestro ejército el que controla Kiev y las localidades claves en torno a la capital”, afirmó el mandatario en un video subido a las redes sociales.
Las fuerzas ucranianas lograron “desbaratar el plan” ruso, añadió, y acusó a las tropas extranjeras de atacar zonas residenciales y de intentar destruir las instalaciones eléctricas.
En ese sentido circularon videos e imágenes de un gran edificio residencial de Kiev impactado por un misil ruso que destruyó al menos cuatro pisos, destrozó la fachada y cubrió de escombros la calle.
“Kiev, nuestra espléndida y apacible ciudad, sobrevivió a una nueva noche de ataques de las fuerzas terrestres rusas y a los misiles. Uno de ellos impactó en un inmueble residencial en Kiev”, indicó el ministro de Relaciones Exteriores ucraniano Dmytro Kuleba.
Los informes dan cuenta de enfrentamientos en distintos puntos de la capital y hubo reportes de misiles cerca del aeropuerto de Zhuliany, una de las dos terminales aéreas comerciales de la ciudad.
El alcalde capitalino extendió el toque de queda hasta el lunes a las 8 (las 3 en la Argentina), y advirtió que cualquier persona que esté en la calle entre las 17 y las 8 va a ser considerada enemiga.
“Todos los civiles que estén el calle durante el toque de queda van a ser considerados como miembros de grupos de sabotaje y de reconocimiento del enemigo”, indicó Vitali Klitschko.
Los combates en el resto del territorio se mantienen en ciudades clave como Odesa, Jerson y Mykolaiv.
Un total de 198 civiles ucranianos murieron y más de mil resultaron heridos desde que el jueves Rusia comenzó su ataque a gran escala contra su vecino, indicó el ministro de Salud de Ucrania, Viktor Liashko, en Facebook.
Decenas de militares ucranianos también perdieron la vida, mientras que del lado ruso no se brindó ninguna información al respecto. Kiev afirma infligir duras bajas al ejército invasor.
La toma de Melitopol
El ejército ruso aseguró por su parte haber tomado Melitopol, lo que sería la primera gran ciudad controlada por Moscú desde el inicio de la invasión.
Ubicada a unos 730 kilómetros al sudeste de Kiev y a unos 50 kilómetros del mar de Azov, es la segunda mayor ciudad de la región de Zaporiyia, limítrofe con Donetsk, una de las dos provincias ucranianas -la otra es Lugansk– separatistas prorrusas.
Rusia reveló que atacó instalaciones militares de Ucrania con misiles de crucero navales y aéreos y afirmó que ya había destruido o inutilizado 821 objetivos castrenses ucranianos entre tanques, vehículos blindados y sistemas de misiles antiaéreos.
“Durante la noche, las fuerzas armadas de la Federación Rusa lanzaron un bombardeo con armas de precisión de largo alcance, usando misiles de crucero navales y aéreos contra infraestructuras militares de Ucrania”, sostuvo el vocero del Ministerio de Defensa, Igor Konashenkov, en declaraciones televisadas.
A su vez, Donetsk y Lugansk reportaron bombardeos de tropas ucranianas “con municiones prohibidas por los acuerdos de Minsk”, que causaron siete civiles muertos y 15 heridos en las últimas 24 horas, según la agencia de noticias rusa Sputnik.
En Mostyska, cerca de la frontera polaca, miles de ucranianos intentaban dejar el país, formando un colapso en la carretera de hasta 20 kilómetros, constató la agencia de noticias AFP. Ante el embotellamiento, algunos exiliados se dirigían a pie a la frontera, arrastrando sus bolsas y maletas en medio de la fría noche.