Más de 150 heridos por enfrentamientos entre palestinos y policías israelíes en Jerusalén
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Más de 150 heridos dejaron los enfrentamientos entre manifestantes palestinos y policías israelíes en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, los primeros disturbios del inicio del Ramadán que ocurren en un contexto de temor a que se produzca una escalada en los territorios palestinos ocupados.
Un total de “153 heridos palestinos fueron trasladados” a hospitales de Jerusalén y “decenas” fueron atendidos en el lugar, dijo a la agencia de noticias AFP un responsable de la Media Luna Roja palestina.
Por su parte, la policía israelí informó de tres heridos entre sus efectivos.
Según una ONG de defensa de los presos palestinos, unas 400 personas fueron detenidas.
La Explanada de las Mezquitas es el tercer lugar santo del islam, está situada en la Ciudad Vieja de Jerusalén Este y los judíos se refieren al lugar como el Monte del Templo. Este punto es escenario habitual de enfrentamientos entre policías israelíes y manifestantes palestinos.
El año pasado, durante el mes del Ramadán -como en esta ocasión- hubo manifestaciones nocturnas en Jerusalén y disturbios en la Explanada de las Mezquitas que terminaron con una guerra de once días entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamás, que controla la franja de Gaza.
Testigos en el lugar indicaron que los palestinos lanzaron piedras contra las fuerzas de seguridad israelíes y que hubo disparos de balas de goma y lanzamiento de granadas aturdidoras hacia los manifestantes.
Posteriormente “decenas de jóvenes alborotadores encapuchados”, algunos con la bandera de Hamas, “iniciaron una procesión” por la Explanada de las Mezquitas y lanzaron piedras contra el Muro de los Lamentos, indicó la policía israelí.
“No tenemos ningún interés en que el Monte del Templo se convierta en centro de violencia. Esto perjudicaría a la vez a los musulmanes del lugar y a los judíos del Muro de los Lamentos”, comentó el ministro israelí de Seguridad pública Omer Bar-Lev, miembro de la heterogénea coalición del primer ministro Naftali Bennett.
Los incidentes no solo tuvieron lugar en áreas descubiertas de la Explanada sino también dentro de la propia mezquita de Al Aqsa, tercer lugar más sagrado del islam y al que las fuerzas de seguridad israelíes raramente acceden.
“La ocupación (nombre dado a Israel por los palestinos) sabe que la mezquita Al Aqsa es una línea roja que no debe cruzarse”, declaró Omar Al Kiswani, director de Al Agsa.
La agencia oficial de noticias palestina, Wafa, informó que decenas de policías israelíes entraron a la mezquita y “atacaron a miles de fieles musulmanes” que estaban rezando en el lugar.
Las fuerzas de seguridad de Israel, por su parte, señalaron que “violentos alborotadores” se atrincheraron dentro de la mezquita y continuaron “incitando a la violencia”.
La muerte esta madrugada de un menor de 17 años producto de las heridas sufridas el jueves en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelíes elevó a siete la cantidad de palestinos fallecidos en episodios violentos en Cisjordania en los últimos dos días.
Hasta este viernes, la ciudad de Jerusalén había quedado al margen de los principales incidentes de las últimas semanas, que incluyeron cuatro graves ataques en Israel y múltiples operaciones militares en territorio cisjordano.
La Unión Europea (UE), Estados Unidos y los países árabes condenaron el “ataque contra fieles” musulmanes y responsabilizaron a las “fuerzas de ocupación israelíes” de la situación en la Explanada de las Mezquitas.
“Hacemos un llamado a todas las partes a la moderación, a evitar la provocación y la retórica”, afirmó el vocero de la diplomacia estadounidense, Ned Price, en un comunicado.
Francia, por su parte, reclamó la “máxima moderación”, mientras que Catar, que ha mediado entre Israel y los palestinos en el pasado, expresó su “enérgica condena” del “ataque a los fieles” musulmanes.
El secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abulgheit, subrayó que “los ataques israelíes contra fieles desde la madrugada representan una continuación de la serie de abusos y provocaciones israelíes con el objetivo de dividir Al Aqsa, espacial y temporalmente”, según un comunicado del organismo panárabe.
“Se toleran las continuas incursiones de colonos y las bandas extremistas, mientras que a los palestinos se les impide practicar sus rituales, amenazando con inflamar la situación de manera peligrosa”, aseveró.