La conjura de los necios

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Mike Judge lejos de ser una secreto sí es un forma de comedia que podría ser celebrada todavía más, incluso por aquellos que creen en celebrar los modos mercurianos de la comedia, aquellos que corroen la torpeza abundante en el mundo por estos días. Su máxima creación, por su sinceridad, se ha convertido en la referencia universal a la hora del adolesnte tatuado en el sillón: Beavis y Butt-head, esos jóvenes vírgenes muy a su pesar que representaban la estupidez que siempre consigue votos en Estados Unidos. Pero Judge no lo usaba como botón de muestra: su inteligencia, siempre, radica en usar a sus personajes como botón de detonación. Una ojiva nuclear de estupidez que solo irradia y aumenta aquello, valga la redundancia, estúpido en otros (sexos, clases sociales, raza, forma de ver el mundo y así la lista de, puaj, humanidades). Así, Beavis y Butt-head inventaron el streaming bobo antes que nadie (¿o se piensan que su comentario por encima de los videos musicales que florecían en la época no es un antecedente catódico de nuestros influencers y demás plagas virales?) y desde sus ficciones y sus observaciones paseaban por el nihilismo de los 90 cortos (de pantalones y de ideas). Ahora, Beavis y Butt-head recorren el universo implica el regreso de Judge a sus bobos predilectos. Y las sorpresas son muchas. 

Contra todo. Judge lanza en Paramount + su regreso a los personajes que hace 20 años refundaron la idiotez en la comedia. El mismo Judge lo dice sin pelos en la lengua: “2022 era el momento perfecto para que Beavis y Butt-Head volvieran. Siento que en nombre de la inteligencia, de la calidad, de esas ideas y no de esas reales cualidades, se genera mucho olvidable, mucho contenido descartable. No es grave. Pero en esa ola pensé ‘Bueno, quizás me dejan volver a Beavis y Butt-head’. Y la respuesta no fue equivocada. Siempre quise volver a ellos. Siento que quizás la estupidez de ellos sea algo puro en un mundo donde no quedan muchas cosas tan sinceras y todo esta pasado por diferentes filtros, por diferentes formas de mostrarse frente al mundo”. Y agrega: “Nunca pensé que iba a durar tanto, pero así son los años de las cosas ahora. Es decir, en una época estas cosas morían y ahí quedaban, y ahora parece que tendrán ciclos o que al menos esta generación vive así todo lo que ha visto en su vida. Pensar que cuando arranque pensé que nos quedabamos sin ideas a la segunda temporada, y ahora ellos se parecen más a una forma de ver el mundo, a un casco que me pongo y que siento puede aplicarse a muchas conversaciones actuales. Y quizás ahí te das cuenta que eran menos unos hijos de su época y más dos criaturas que todo lo pueden pisar, exponer y arruinar”.   

Los mejores bobos. Judge tiene un doctorado en este tipo de comedia. No solo Beavis y Butt-head son parte de su panteón: la serie King of the Hill, el clásico de culto Enredos de oficina, la tremendamente premonitoria La idiocracia y la salvaje Extract. O una serie feroz como Silicon Valley. Su cine siempre hace lo mismo: muestra con crudeza, que no caricatura, como podemos destruir el mundo (el nuestro, el de los demás, el real) sin ninguna otra cosa que simplemente ir a la oficina. Nuestras cárceles, aquello que creemos nos libera, aquello que llamamos vida (alquilar un espacio donde vivir, por ejemplo): Judge todo lo ve, y lo muestra, y lo aniquila sin evidencia. Beavis & Butt-Head recorren el universo es la antesala del regreso: Judge trabaja en una serie nueva con los patanes, y, vuelven a reclamar lo que les pertenece aplicado a la edad moderna. Ahora verán videos de YouTube, de TikTok y más. Judge insiste: “Se trata de mostrar que la reacción de Beavis y Butt-Head siempre apuntaba a las expresiones de la juventud. O expresiones juveniles. Quiero decir: aquel lugar donde los jóvenes sienten que los expresa. Los jóvenes o gente que se expresa como jóvenes; eso sí, todos fuera de la industria. Judge vuelve sobre eso: “Me pasa algo que no creí me iba a pasar: que la gente me diga que creció viendo mis creaciones. Siempre pensé iban a ser personajes que iban a pasar. Digo, de verdad, somos de una generación que ha visto caer a cosas que estaban muuuuy de moda. Ahora varias generaciones, o dos al menos, me hablan de mis creaciones como elementos que han fundado su sentido del humor. O que les prohibían ver y se convertía en su Santo Grial para espiar a escondidas. Eso me divierte. Ser ese tipo de objeto sí es algo que me causa un poco bastante de orgullo. Siempre hice el show siendo viejo, o al menos más viejo que mis personajes. Sus remeras dicen AC/DC y Metallica, dos referencias que en los años 90 ya eran viejas para muchos”.

El operativo retorno. “Siempre me han insistido con eso” cuenta Judge y suma “No ha existido un período de tres años de mi vida donde no se me acerquen con un intento de regreso, incluso hubo una propuesta de realizarlo con actores. Al parecer, ahí vuelve eso de lo que hablaba antes: su estupidez parece a pruebas de balas. Yo era feliz ya con el hecho de poder animar a estos dos patanes. Hoy veo la cantidad de dibujos animados para adultos que hay y me impresiona. La animación ha logrado un crecimiento que me sorprende, pero al mismo tiempo me genera mucha alegría. Hay que verlo así: sin ese crecimiento esta película no podría existir. No podría existir porque, por ejemplo, este film se realizó en plena pandemia. Por otro lado, porque sin esa demanda por la animación, nadie querría volver a ver a Beavis y Butt-Head”. 

Hay algo importante: Beavis y Butt-Head en el nuevo film no son otra cosa que aquellos Beavis y Butt-Head. Nada de versiones viejas. Nada de actualizarlos. Tal cual los dejamos en los años 90, y una breve aparición en la primera parte del siglo XXI. Judge: “Para mi era importante dejarlos ser lo que siempre fueron. Nada de modernizarlos o alguna pavada así. Lanzarlos contra este mundo así como siempre anduvieron: sin filtro y sin capacidad de reconocer los sentimientos de nadie. Sin pensar nunca mucho en nada. No por nada creo que es la película de ciencia ficción más estúpida jamás hecha. Eso sí, mi estupidez es intencional”. 

Si se piensa que Judge creó a los personajes para mostrar cuán dependientes de la TV eran los jóvenes y cómo aún así podían dar cuenta de la estupidez que los rodeaba, entonces el director tiene razón: no hay momento en la historia de la humanidad como hoy para escuchar dos adolescentes reirse como bobos frente a cualquier broma que pueda derivarse al terreno de la infantilmente sexual. Judge cierra: “Por supuesto que es un buen momento. Pero siempre somos un poco más bobo de lo que creemos, solo que ahora es mucho más fácil darnos cuenta de ello”.

Tontos y retontos

La idiocracia de Mike Judge fue una película maldita. Congelada por Fox, rescatada por Judge, ayudada por Robert Rodriguez, está fábula cuenta la historia de un Juan de los Palotes que debido a un experimento que sale mal queda congelado y despierta en un futuro donde, bueno, los hijos de primo dominan el planeta y él, mediocre en nuestra era (y a muchas honra), se convierte en el hombre más inteligente del mundo. Hoy parece una película que entendió el curso del mundo, de lo políticamente correcto y de los bobos gritando que tienen razón: “Fue una película bastante maldita, a la que todo le salió mal. Pero bueno, también muchos creen que vió muchas cosas que nadie vió. La verdad que no lo veo tan así, sobre todo considerando lo que pasó con las redes sociales. Yo solo veo todo lo que no pudimos hacer, lo mucho que costó todo, lo que no pudimos filmar. Una de las cosas graciosas es que los Crocs, los famosos Crocs, recién comenzaban. Y como nuestro presupuesto era muy ajustado, la diseñadora de vestuario me trajo un par y me dijo ‘mira esto: podemos conseguirlos baratos, nadie lo usa, y nadie nunca las va a usar: son unos zapatos feos llenos de agujeros’. Hoy los ves todos los días en la calle. Ella estaba convencida que nunca iban a ser populares. Después, sí, uno puede tomarlo como un film premonitorio, pero creo es una idea compleja. Hay algunas cosas, sobre algunas formas de funcionar de la sociedad. La idea de una sociedad intencionalmente hecha más tonta. Hay varias ideas ahí. A mi siempre me pareció era la contracara de 2001, lejos del diseño elegante e ir a un diseño grotesco basado en mucha gente estúpida reinando el planeta.

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