El primer cargamento de cereales ucranianos exportados desde el inicio de la invasión rusa, que zarpó en el marco del acuerdo firmado entre Ucrania y Rusia para aliviar la crisis alimentaria global desatada por la guerra, llegó este martes a aguas turcas tras sufrir un retraso por el mal tiempo en el mar Negro, informaron las autoridades locales.
El barco Razoni, con bandera de Sierra Leona, zarpó el lunes del sureño puerto ucraniano de Odesa con 26.000 toneladas de maíz destinadas a Líbano y pasará la noche anclado en alta mar tras arribar a aguas turcas.
Se espera que el miércoles sea inspeccionado por un equipo internacional en la entrada del Bósforo, precisó el Ministerio de Defensa turco, citado por la agencia de noticias AFP.
La inspección solicitada por Moscú, que quería asegurarse de la naturaleza del cargamento, será “realizada por una delegación compuesta por representantes turcos, rusos, ucranianos y de la ONU”, precisó a la prensa el almirante turco Ozcan Altunbulak.
El militar es el jefe del Centro de Coordinación Conjunta (CCC), integrado por funcionarios turcos, ucranianos, rusos y de la ONU cuya tarea es garantizar que los navíos logren sacar los granos de Ucrania.
Se espera que la vuelta a los mercados mundiales de granos de Ucrania y Rusia, dos de los mayores exportadores de trigo, cebada y girasol, mejore un poco el escenario de “creciente inseguridad alimentaria” en el mundo.
Las inspecciones integran los acuerdos firmados por Ucrania y Rusia y mediados por la ONU y Turquía en junio para permitir la salida de 22 millones de toneladas de cereales ucranianos bloqueadas por la guerra iniciada el pasado 24 de febrero, y mitigar así una crisis alimentaria e inflacionaria mundial.
Altunbulak dijo que se seguía adelante con “preparaciones y planes” para que otros barcos salgan de puertos ucranianos, informó la agencia de noticias turca Anadolu.
El lunes, entre especulaciones sobre el futuro del embarque, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, pidió “no hacerse ilusiones de que Rusia simplemente se abstendrá de intentar interrumpir las exportaciones ucranianas” en su habitual discurso nocturno.
El acuerdo de Estambul del 22 de julio, que también permite a Rusia exportar sus cereales y fertilizantes, contempla que los buques naveguen por corredores seguros tras salir de Odesa y de otros dos puertos ucranianos sobre el mar Negro.
El Ministerio de Defensa turco dijo que otros barcos zarparán tras este primer envío.
Otros 16 buques, todos bloqueados por la guerra, se encuentran atracados en Odesa en espera de su turno, dijeron autoridades ucranianas.
En un informe actualizado sobre seguridad alimentaria, el Banco Mundial (BM) advirtió este martes que el cargamento del Razoni apenas modificará el escenario de “creciente inseguridad alimentaria” en todo el mundo, dominada por los “precios récord” que gatillaron “una crisis global que conducirá a millones de personas más a la pobreza extrema”.
El informe citó como causas de la crisis a la guerra en Ucrania, los problemas en las cadenas de suministros internacionales y los persistentes efectos de la pandemia de coronavirus.
De todos modos, se espera que la vuelta a los mercados mundiales de granos de Ucrania y Rusia, dos de los mayores exportadores de trigo, cebada y girasol, mejore un poco la situación.
Continúan los bombardeos en el Donbass
Sin embargo, el avance en el desbloqueo de las exportaciones de granos impedidas por la guerra no estuvo hasta ahora acompañado de una distensión en el terreno militar, especialmente en el este y el sur de Ucrania, donde continuaron los bombardeos rusos.
Autoridades ucranianas informaron este martes de la muerte de tres civiles la noche del lunes en ataques rusos en la región del este de Ucrania conocida como Donbass, que Rusia busca conquistar con una gran ofensiva.
Algunos de los bombardeos más intensos se registraron en la ciudad de Bajmut, en la provincia de Donetsk, una de las dos que conforman el Donbass.
“Los rusos están nivelando Bajmut con ataques masivos desde tierra y aire”, dijo el gobernador de Donetsk, Pavlo Kirilenko, en declaraciones a canales de televisión de Ucrania en las que subrayó que los ataques continúan hora a hora “lo que deja a los civiles pocas posibilidades de sobrevivir”.
Por otra parte, las fuerzas ucranianas iniciaron este martes la evacuación compulsiva de más de 200.000 residentes de una provincia del este del país que Rusia busca conquistar con una vasta ofensiva por aire y tierra que dejó gran destrucción y cientos de víctimas, informaron autoridades.
“La evacuación obligatoria de Donetsk comenzó”, dijo Irina Vereshchuk, ministra ucraniana para la Reintegración de los Territorios Ocupados por Rusia.
“Hay mujeres, niños, personas mayores y otras con movilidad reducida o muy limitada. Cada uno tiene que ser acomodado y recibir ayuda”, precisó en un mensaje difundido a través de su cuenta de Telegram y reproducido por la agencia de noticias Europa Press.
Donetsk es una de las dos provincias que forman la región ucraniana del Donbass, que es fronteriza con Rusia y en la que se habla mayoritariamente ruso.
Debido a su ofensiva militar en la región, lanzada en abril, Rusia controla la mitad de Donetsk y la totalidad de Lugansk, la otra provincia que integra el Donbass.
La región del Donbass está en crisis desde 2014, cuando en medio de un levantamiento popular que forzó la salida del entonces presidente, Viktor Yanukovich -cercano a Rusia-, los prorrusos de la región se alzaron en armas y declararon su independencia, desatando fuertes enfrentamientos armados con europeístas.
Desde abril, Rusia busca conquistar esa región, de gran importancia estratégica por su acceso al mar Negro y a la península de Crimea, anexada por Moscú en 2014.