Ucrania negó este miércoles haber estado detrás del atentado con explosivos del año pasado contra los gasoductos ruso-alemanes Nord Stream, y Rusia, que sospecha de Estados Unidos, dijo no creer en nuevos informes de prensa que afirman que el ataque fue cometido por un grupo proucraniano en represalia por la invasión rusa de Ucrania.
En Ucrania, en tanto, en su tercera visita al país desde el comienzo de la invasión, el secretario general de la ONU, António Guterres, dijo este miércoles que es “crucial” prorrogar el acuerdo sobre las exportaciones de cereales ucranianos alcanzado con Rusia el año pasado, que es vital para el suministro mundial de alimentos y expira el 18 de marzo.
En el frente de guerra, el grupo paramilitar ruso Wagner aseguró haber conquistado la parte este de Bajmut luego de meses de asedio y combates en torno a esa ciudad oriental ucraniana, cuya conquista abriría la puerta a Rusia para avanzar sobre las únicas dos grandes ciudades aún en control de Ucrania en esa región.
Los gasoductos Nord Stream 1 y 2, que llevan gas ruso y corren por debajo del mar Báltico desde Siberia a Alemania, están en el centro de tensiones geopolíticas desde que Rusia redujo el suministro de gas a Europa, en una aparente represalia contra las sanciones occidentales tras la invasión de Ucrania iniciada en febrero de 2022.
El 26 de septiembre de 2022 se detectaron en ellos cuatro escapes que liberaron decenas de miles de toneladas de metano al mar frente a la isla danesa de Bornholm. Un informe danés-sueco concluyó que las fugas fueron causadas por explosiones submarinas correspondientes a cientos de kilogramos de explosivos. La voladura fue un duro golpe económico para Rusia y Alemania, cuyos gobiernos inauguraron conjuntamente los gasoductos en 2011 y 2012.
Estados Unidos, que se opuso a su construcción desde el principio, ha suplido en gran parte la demanda de gas licuado europea, a falta del gas ruso.
Repercusiones mediáticas
Este martes, medios de Estados Unidos y Alemania afirmaron, citando a diversas fuentes, que los gasoductos fueron volados por un grupo proucraniano. El Gobierno alemán pidió cautela ante estas informaciones.
El diario alemán Die Zeit y las emisoras públicas alemanas ARD y SWR informaron en la noche del martes que investigadores alemanes pudieron reconstruir en gran medida cómo se sabotearon los oleoductos de Rusia a Alemania la noche del 26 de septiembre de 2022.
Citando a varios funcionarios anónimos, los medios de comunicación informaron que cinco hombres y una mujer utilizaron un yate alquilado por una empresa de propiedad ucraniana en Polonia para llevar a cabo el ataque. La Fiscalía General de Alemania confirmó hoy que se registró un barco en enero.
El diario estadounidense New York Times también informó ayer el martes, según información de inteligencia del Gobierno, que un grupo proucraniano estuvo detrás de las explosiones, pero que el presidente Volodimir Zelenski no tuvo responsabilidad.
Estados Unidos es el principal aliado y proveedor de armas de Ucrania para resistir la invasión rusa iniciada en febrero de 2022.
El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, cuyo país también suministra armas a Ucrania, dijo que leyó las noticias “con gran interés”, pero advirtió que no se deben sacar conclusiones apresuradas.
“Necesitamos diferenciar claramente si fue un grupo ucraniano que actuó por orden de Ucrania o (…) sin el conocimiento del gobierno”, dijo a periodistas en Suecia, informó la agencia de noticias alemana DPA.
En Alemania, en tanto, la Fiscalía General dijo que los investigadores registraron un barco sospechoso de haber transportado explosivos utilizados en el incidente. El allanamiento tuvo lugar entre el 18 y el 20 de enero por “sospechas de que el barco en cuestión podría haber sido usado para trasladar explosivos” que detonaron en los gasoductos.
Los investigadores todavía están indagando para determinar la identidad de los responsables y su motivación, agregó la nota.
Rusia, que ha acusado del ataque a los “anglosajones”, dijo que las informaciones eran una operación de prensa. “Está claro que los autores del ataque quieren desviar la atención. Está claro que se trata de un golpe mediático coordinado”, dijo Dmitri Peskov, vocero del presidente ruso, Vladimir Putin.
El ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, aseguró este miércoles que su Gobierno no estuvo involucrado en las explosiones. “No se trata de nuestra acción”, afirmó.
En Ucrania, en tanto, Guterres llegó este miércoles a Kiev y se reunió con Zelenski, y luego dijo a periodistas que era “crucial” renovar el acuerdo de exportación de granos ucranianos por puertos ucranianos sobre el mar Negro alcanzado en julio de 2022 por Rusia y Ucrania con la mediación de la ONU y de Turquía.
“Me gustaría subrayar la importancia crucial de prorrogar el acuerdo antes de que expire el 18 de marzo y crear las condiciones para hacer el mejor uso posible de la infraestructura de exportación”, declaró.
Según señaló, el acuerdo ha permitido la exportación de 23 millones de toneladas de cereales ucranianos por puertos del mar Negro, que estaban hasta entonces bloqueados en los puertos debido a la invasión rusa.
“Ha contribuido a reducir el costo mundial de los alimentos y ha prestado una ayuda crucial a las poblaciones que también pagan un alto precio por esta guerra, en particular en los países en desarrollo”, subrayó.
Ucrania reclamó el martes esfuerzos internacionales para mantener abierta las vías marítimas en el mar Negro usadas para el transporte de sus cereales.
Estados Unidos ha pedido a Rusia renovar el acuerdo. Rusia, por su parte, asegura que no se cumple la parte de este acuerdo que debía permitirle exportar fertilizantes sin sanciones occidentales.
En el plano militar, en tanto, el grupo paramilitar ruso Wagner aseguró haber tomado la parte oriental de la ciudad ucraniana de Bajmut, que podría caer “en los próximos días” después de meses de combates, según el secretario general de la OTAN.
“Las unidades de Wagner tomaron toda la parte oriental de Bajmut, todo lo que está al este del río Bajmutka”, afirmó el jefe del grupo, Yevgueni Prigozhin, en una grabación divulgada por su servicio de prensa.
Ante el temor de que las fuerzas ucranianas que defienden la ciudad queden cercadas, el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que no podía “descartar que Bajmut caiga finalmente en los próximos días”.
La caída de Bajmut dejaría “el camino libre” al Ejército ruso en el este de Ucrania, advirtió el presidente Zelenski, quien esta semana había ordenado el refuerzo de las unidades desplegadas en la ciudad de la provincia de Donetsk.
Después de Bajmut, los rusos “podrían ir más lejos, podrían ir a Kramatorsk, podrían ir a Sloviansk, el camino estaría libre”, dijo Zelenski, mencionando las únicas dos grandes ciudades que aún siguen bajo control de Ucrania en Donetsk.
La de Bajmut ya es la batalla más larga y más sangrienta de la guerra.
La ofensiva de las tropas de Wagner le supuso grandes pérdidas, como admitió el propio Prigozhin. Rusia parece controlar el acceso a la ciudad por el norte, el sur y el este, dejando a los ucranianos una única vía de salida por el oeste. Por ello, desde hace semanas se especula con una retirada táctica de las tropas ucranianas.