La Corte Suprema de Estados Unidos anunció que mantiene temporalmente el acceso total a una píldora utilizada para la mitad de los abortos en el país, suspendiendo las restricciones al uso del fármaco que impusieron tribunales inferiores.
El máximo tribunal emitió una “suspensión administrativa” congelando los fallos de otras cortes hasta el miércoles por la noche para permitir que las partes presenten sus argumentos, informó AFP.
Horas antes, el Gobierno de Joe Biden había presentado un recurso de última hora ante la Corte Suprema solicitando que intervenga urgentemente para preservar el acceso a esta píldora, en otro giro en la batalla legal sobre los derechos reproductivos.
Al llevar el tema ante la máxima instancia judicial del país, la administración de Biden instó a congelar los fallos recientes que prohibirían o impondrían límites al uso del fármaco mifepristona.
“Las órdenes de los tribunales inferiores cambiarán el statu quo y alterarán el complejo régimen regulatorio que rige la mifepristona”, dijo la procuradora general, Elizabeth Prelogar, en un documento de 47 páginas.
“Ese resultado disruptivo dañaría profundamente a las mujeres, al sistema de salud de la nación, a la FDA (la agencia estadounidense reguladora de los medicamentos) y al interés público”, agregó.
En combinación con otro fármaco, la mifepristona se usa para más de la mitad de los abortos en Estados Unidos, y más de cinco millones de mujeres estadounidenses ya lo han tomado desde su autorización por parte de la FDA, el organismo que regula la medicina, hace más de dos décadas.
La saga judicial comenzó la semana pasada. Un juez federal en Texas, Matthew Kacsmaryk, ordenó el 7 de abril la prohibición nacional de la mifepristona en respuesta a una demanda de una coalición de grupos antiaborto que desafió la aprobación del medicamento por parte de la FDA en 2000.
El 12 de abril, la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito de Estados Unidos revocó parcialmente la decisión de Kacsmaryk: dijo que la mifepristona, también conocida como RU 486, debería permanecer disponible temporalmente en espera de una decisión definitiva. Pero limitó el acceso a las primeras siete semanas de embarazo, en lugar de 10, y bloqueó la posibilidad de distribuirla por correo.
Ahora, el Departamento de Justicia dijo que el fallo inicial de Kacsmaryk, un juez designado por el expresidente republicano Donald Trump, se basó en una “evaluación profundamente equivocada de la seguridad de la mifepristona” y también discrepó con la decisión del Quinto Circuito.
En su solicitud, el Gobierno pidió a la Corte Suprema, donde los conservadores tienen una mayoría de 6-3, una “suspensión” de la sentencia del Quinto Circuito “para preservar el statu quo”, a la espera de un examen del fondo del caso.
En este contexto, una de las dos empresas que comercializan mifepristona en Estados Unidos, el laboratorio Danco, también pidió de su lado la intervención de la Corte Suprema, advirtiendo que se corre el riesgo de crear un “caos regulatorio en todo el país”.
La compañía señaló que también el 7 de abril otro tribunal federal, ubicado en el estado de Washington, dictaminó que se debe mantener el acceso a la mifepristona, en respuesta a una demanda de 17 estados estadounidenses gobernados por demócratas.
Más de una docena de estados aprobaron leyes que prohíben o restringen severamente el aborto desde que la Corte Suprema anuló en junio de 2022 el histórico fallo Roe vs. Wade que había consagrado el derecho constitucional al aborto desde hacía casi medio siglo en todo el país.
Desde la revocación, los estados han tenido libertad para legislar sobre el tema.
El caso más reciente fue Florida, uno de los estados más poblados de Estados Unidos, donde el gobernador republicano Ron DeSantis promulgó el jueves una ley que prohíbe la mayoría de los abortos después de seis semanas, antes de que muchas mujeres sepan que están embarazadas.
Actualmente, el aborto ahora está prohibido en 15 estados del país. Sin embargo, existen opciones para las mujeres: las organizaciones se movilizan para suministrar píldoras abortivas desde el extranjero o desde otros estados, y también se venden en línea.
Una clara mayoría de estadounidenses apoya que se mantenga el acceso a abortos seguros, según indican una y otra vez las encuestas de opinión pública.