River no detiene su marcha. Y, de a poco, el equipo se está convirtiendo en la máquina que Martín Demichelis pretende. Ganó siete partidos consecutivos en la Liga. No le hicieron ningún gol en esos encuentros. Y le sacó una ventaja de 6 puntos sobre su inmediato perseguidor (San Lorenzo) y de 16 a Boca. De todos modos, si bien el equipo de Micho se perfila para dar la vuelta olímpica, todavía falta un largo recorrido de 15 fechas para el final del campeonato.
El gran momento futbolístico de River está sustentado en números históricos. El Millonario no comenzaba una liga local con 10 victorias en las primeras 12 fechas (tiene dos derrotas) desde el Apertura 1991 con Daniel Passarella como entrenador. En aquel momento (terminó campeón) logró 10 triunfos y 2 empates.
Por otro lado, es la tercera vez en toda su historia que River logra 7 victorias seguidas con la valla invicta y la primera durante la era profesional. Los antecedentes ocurrieron en la era amateur, la primera en 1921 y la última en 1929, hace 94 años.
El arranque de Demichelis, a su vez, es el segundo de mejor marca de la historia, detrás de Carlos Peucelle, el ideólogo de La Máquina. De 15 partidos dirigidos (12 de la Liga, 1 de Copa Libertadores, 1 por Trofeo de Campeones y 1 por Copa Argentina) Micho ganó 12 y perdió 3. Es decir que cosechó el 80 por ciento de los puntos hasta el momento.
Al margen de los números y las estadísticas, en River hay una idea de juego marcada, en la que se combina un equilibrio entre la solidez defensiva y la apuesta por ser ofensivo y buscar constantemente el arco de enfrente. Pasó contra Newell’s, por ejemplo. Tal como manifestó Demichelis, el equipo fue solidario para defender y reducir espacios entre la defensa y el mediocampo y después, con los cambios (los ingresos de Suárez, Barco, Beltrán y Solari) fue a buscar el partido.
River cuenta con un plantel de jerarquía. Puede armar dos once titulares, tranquilamente. Y muchos de los que son suplentes podrían ser titulares en cualquier otro equipo del fútbol argentino. A su vez, los que entran pueden ganar un partido y del mediocampo hacia adelante hay calidad para manejar la pelota y aportar buenas resoluciones en ataque.
Para sostener la valla invicta, más allá del gran trabajo defensivo, tiene a un arquero de categoría, que es campeón del mundo. Franco Armani mantuvo 103 veces el arco en cero desde que está en River (enero del 2018), una cifra que ya lo tiene en el tercer lugar de la historia, por detrás de dos gigantes como el Pato Fillol (158) y Amadeo Carrizo (183). Y en los 123 partidos que jugó entre condición de visitante y campo neutral, no le hicieron goles en 57, es decir en el 46,3%.
En River hay, además, una continuidad de todo lo bueno que se edificó durante el ciclo de Marcelo Gallardo. Con un equipo protagonista, de juego asociado, de buen trato por la pelota y que trata de doblegar a su rival a partir del dominio del balón y del territorio, más allá de que a veces pueda hacerlo y otras veces no, como pasó también en Rosario, donde hubo pasajes en los que no tuvo el balón. En esos momentos, hay una predisposición a presionar para intentar recuperar rápidamente la pelota.
Otra cuestión importante es que hay una línea clara en el club sobre el rumbo a seguir. Con una filosofía que se respeta, tanto dentro como fuera de la cancha, con una conducta y que remite a un estilo de gestión muy profesional. Y una transformación continua que se ve reflejado en acciones y obras, que hacen que haya tranquilidad y orden. Que hace que los jugadores se dediquen exclusivamente a jugar y al cuerpo técnico a desarrollar su trabajo y guiar a los futbolistas.
“Este no es mi River, es el River de la gente, que no deja de apoyar y de llenar el Monumental. Hay que ser cautos, no hay ningún campeón con 30 puntos. Es muy larga esta temporada. Eso le digo a los hinchas”, afirmó Demichelis, quien más allá de la euforia por el triunfo en Rosario sobre Newell’s en la útlima jugada del partido, le puso cautela al gran momento que vive River.
Más allá de esta luna de miel que vive River, está bien que Demichelis vaya despacio. Porque esto es fútbol. Y si bien su equipo sacó una buena ventaja sobre sus perseguidores, para encontrar un equipo que siendo líder tras 12 fechas terminó siendo campeón, hay que remontarse a la Liga 18-19, que ganó Racing.
En la 19-20. los líderes eran Argentinos y Lanús, con 25 puntos, y el campeón fue Boca con 48; en la 2021, Talleres, con 26 puntos y luego dio la vuelta olímpica River, con 54 puntos y en la del año pasado, Atlético Tucumán lideraba con 25 puntos (uno más que Gimnasia) y el ganador del torneo fue Boca, que estaba a siete unidades de los tucumanos y terminó con 52 puntos, dos más que el subcampeón (Racing) seis más que Atlético.
Hasta que los números no sean definitivos, no se puede descorchar. Por caso, le pasó a Marcelo Gallardo en su primer torneo local como entrenador Millonario. Su equipo sacó una ventaja importante en el torneo Transición 2014 pero en el último tramo se quedó y Racing le birló el título, luego de que el Muñeco apostara un pleno por la Copa Sudamericana, la que terminó ganando después de eliminar a Boca en semifinales. Por eso, River no debe confiarse. Aunque tiene motivos de sobra para ilusionarse.