El Vaticano confirmó este sábado que el arzobispo de Bolonia, el cardenal Matteo Zuppi, encabezará una misión de paz para Ucrania.
“Puedo confirmar que el papa Francisco ha encomendado al Cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, la tarea de dirigir una misión, de acuerdo con la Secretaría de Estado, que contribuirá a aliviar las tensiones en el conflicto de Ucrania, en la esperanza, nunca desestimada por el Santo Padre, de que esto pueda abrir caminos de paz”, planteó este sábado el vocero papal Matteo Bruni a través de un comunicado.
Según Bruni, “actualmente se están estudiando los tiempos de esta misión y sus modalidades“.
El arzobispo de Bolonia tiene larga experiencia en mediaciones internacionales a partir de su cercanía con la comunidad católica San Egidio, con la que tuvo roles en los procesos de paz de Mozambique en 1992 y luego en el desarme definitivo del grupo separatista vasco ETA.
La Santa Sede confirmó así que Zuppi irá a Kiev, como habían planteado medios italianos esta semana, aunque por el momento no precisó si Claudio Gugerotti, prefecto del Dicasterio de las Iglesias Orientales, irá a Moscú como parte de la misma negociación.
Gugerotti, que desde 2022 reemplazó al argentino Leonardo Sandri en el Dicasterio del diálogo con las Iglesias de Europa oriental, ya fue nuncio (embajador vaticano) en Georgia, Armenia y Azerbaiyán nombrado por Juan Pablo II, y luego en Bielorrusia y en Ucrania por designación de Francisco.
La búsqueda de un plan de paz por parte del Vaticano había sido revelada por el Pontífice a inicios de mayo al regresar de una visita de tres días a Hungría, aunque se mantenía “en reserva”.
La semana pasada y en el marco de una gira europea, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski visitó al Papa para una reunión de 40 minutos en la que quedó de manifiesto la negativa de Kiev a una mediación que sentara a Moscú en la misma mesa, aunque no se descartó un plan de paz que tendiera puentes por separado.
La Santa Sede buscará ayudar a Ucrania en la restitución de niños que Kiev denuncia que fueron llevados por la fuerza a Rusia, en lo que el propio Francisco definió como una tarea “humanitaria”.