“Lo importante era mostrar su humanidad”

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La leyenda de Stan Lee no es solo la leyenda de la creación de Marvel: es también la creación de un modelo de marketing, de una forma de vender, de la creación de una comunidad” dice David Gelb, el director de Stan Lee, el documental disponible en Disney + que cuenta la vida del famoso co-creador del universo Marvel. Lo más impresionante es, precisamente, quien cuenta: la gran mayoría de los audios que se escuchan en el documental estrenado en Tribeca son precisamente del mismo Lee, fallecido hace algunos años y dueño del mote del creador del universo Marvel, la usina de personajes que se ha convertido en el imperio más grande Hollywood, son del propio Lee. Cuenta Gelb: “Una de las formas de generar un documental como nunca antes fue el acceso que nos dio la familia Lee a material que antes no se había visto nunca. Uno de los desafíos era ¿cómo contar a alguien que se ha contado durante toda su vida? ¿Cómo traer algo nuevo? Bueno, la primera base era entender que, sí, Stan Lee tenía una persona social, su personaje, su famoso personaje que vimos en películas, en entrevistas y más. Pero que había mucho más, había un hombre, con miedos, que fundó un género junto a otros nombres, que reescribió el mito del héroe para toda una generación, y que tenía ambiciones como narrador”.

—¿Cuál era tu conexión previa con Stan Lee?

—Soy lo que podría definirse como un geek, es decir, Stan Lee siempre fue un nombre gigante en mi vida. Su persona, su voz hablando, incluso antes de escucharla (leyendoló en sus páginas donde le hablaba a los lectores de Marvel) era parte de mi vida. Es imposible tener una vida en la cultura popular, global incluso, y no saber quien es Stan Lee. Es un hito, un ícono. Entonces, si es un hito hace décadas ¿cómo logró mostrar al hombre y todo lo que logró para que hoy los superhéroes sean lo que son? Porque algo es seguro, sin Stan Lee, más allá de las polémicas, los superhéroes no hubieran llegado a este grado de popularidad hoy. Ahí aparece el desafío: literalmente había horas y horas de material de Stan Lee. Hablo de miles de horas. Pero aún así, ¿cómo se procesa y se explica lo logrado? Lo importante era mostrar su humanidad.

—¿Cuál era entonces objetivo de una historia contada mil veces?

—Creemos que hay una historia no contada. Sabemos que está la historia del hijo de inmigrantes, del sobrino del dueño que salva la empresa, la del co-creador de personajes como Spider-Man o los X-Men, y el fundador de un nuevo tipo de fan, que define la modernidad del fan actual, que es germen si se quiere de comunidades. Alguien que cuenta los mejores orígenes de los superhéroes modernos, merece cuenten su historia de la mejor forma posible. Por eso era crucial su voz, que se sintiera como una memoria, como una narración personal, en primera persona. Me importaba mucho mostrar como la cultura americana, la que consumía, lo formó. Quería dar cuenta de que su inspiración fue importante para mucha gente, para millones. Lo que él y su cocreadores lograron fue única, y responde más a una grupo de personas trabajando juntas que a otra cosa. 

—¿Qué sentís descubrieron de Stan Lee que quizás no sospechaban?

—Stan Lee decía que el mundo que mostraba en Marvel era el mundo que estaba fuera de su ventana, es decir, el mundo que veía desde su despacho. El mundo en sí. Lo inspiraba la vida real, y los problemas reales, y eso es una parte crucial de todo lo que ha creado. El mundo real y sus problemas eran suficiente, y esa revolución formó a muchas generaciones de lectores y de autores. Los X-Men como una alegoría de los derechos de comunidades excluídas, como puede ser los derechos de los homsexuales o incluso el movimiento por los derechos civiles. Ese ejemplo viene de sus propios intereses. Lee fue parte de la creación del primer personaje de color negro. También de un personaje que generó un real identificación con el trabajador, como puede ser Spider-Man. Lee pudó traducir a una ficción aquello que le generaba preguntas del mundo. Por eso logró que sus personajes tengan esa popularidad, que sin importar la década sean populares, que muchísimo tiempo después sean algo que define mucho de la cultura popular. Hay que entender que ese logro es crucial y que ese logro tuvo un camino, que tuvo errores, que tuvo aciertos, que no fue un camino fácil. Es una historia única del siglo XX, de Estados Unidos, de un sujeto que cambió todo por completo a la hora de su medio.

La sensibilidad del narrador

“Lee era alguien muy sensible” dice David Gelb, y su búsqueda detrás del gigante prueba su afirmación. Y sigue: “Hay cosas que no lo dejaron nunca: siempre le preocupó el dinero, porque venía de una familia sin dinero. En un momento, recuerda cuánto lo preocupaba escuchar a sus padres discutiendo por dinero. Era alguien que amaba a su familia, y vivió tragedias personales que pocos conocen. Es fácil confundirlo con ese gigante del entretenimiento, porque siempre quiso ser visto de esa forma. Pero hubo muchos problemas, hubo problemas con sus co-creadores, con nombres como Jack Kirby y Steve Ditko. Nunca le fue indiferente el enojo que ellos tenían para con él. Siempre dijo querer darles crédito, pero también estaba seguro que él había sido fundamental creando algunos personajes. Todo eso, ese material que los fans amar discutir, le hizo daño. Al mismo tiempo, el miedo que la gente deje a los superhéroes, de perder su medio de vida. Era alguien que vivía con mucho más miedo del que demostraba, pero que también tenía el coraje de seguir”. Y suma: “Había algo crucial en Stan Lee: hablaba mucho de cree en sí mismo, en uno mismo. En apostar a lo que uno cree. Suena a un curso de autoayuda, pero hay que imaginar a alguien que toma aquello que la sociedad descartaba, cree que hay un relato ahí, lo empieza a contar, construye un mundo, ese mundo encuentra lectores y frente al miedo de que eso desaparezca, logra que sobreviva por décadas, y que nadie dude que esos personajes van a estara ahí por siempre. Es una enorme lección de vida”.