El defensor jugó su último partido en el Ciclón en el 4-1 sobre Estudiantes de Mérida por la Sudamericana y en la próxima temporada jugará en España.
Después del adiós repentino de Andrés Vombergar, quien ejecutó la cláusula gatillo en su contrato y emigró libre a Emiratos Arabes Unidos, hubo otra importante despedida en San Lorenzo. Federico Gattoni tuvo una noche más que especial el martes en el triunfo por 4-1 ante Estudiantes de Mérida que le dio al cuadro de Boedo la épica clasificación a los playoff de la Copa Sudamericana. El defensor central jugó su último partido vestido de azulgrana, se emocionó hasta las lágrimas y oficializó su salida.
Su caso era diferente al del delantero de origen esloveno. Gattoni había sido vendido al Sevilla de España a principio de año por 1,5 millones de dólares tras un conflicto con la renovación de su contrato. El club andaluz lo compró y le dio permiso para permanecer hasta el 30 de junio en el elenco comandado por Ruben Darío Insua. Y es por eso que ante los venezolanos dijo chau.
“Nunca me voy a olvidar cuando con 6 años llegué a la Ciudad Deportiva cargado de sueños e ilusiones. Hoy me toca despedirme lleno de aprendizajes, experiencias y momentos únicos. Estoy agradecido con cada persona que formó parte de este camino. Gracias a mi familia, mi novia y amigos por haber sido mi motor todos estos años y gracias de corazón a cada hincha que estuvo ahí, tirando para adelante pase lo que pase. Inolvidable noche pasamos ayer (por el martes), no tengo palabras. Siempre San Lorenzo, todos juntos. Hasta que nos volvamos a encontrar”, escribió el jugador de 24 años en sus redes sociales.
Gattoni se formó en San Lorenzo y en total disputó 95 encuentros y marcó 8 goles con la camiseta azul y roja. Fue capitán de la mano del Gallego Insua, pero perdió la cinta cuando entró en un ida y vuelta con la dirigencia por la renovación de su vínculo, que nunca se llegó a extender ya que la dirigencia debió aceptar el ofrecimiento del Sevilla para que no se fuera en libertad de acción.
Cuando se escuchó el pitazo final y se consumó la clasificación en un Nuevo Gasómetro efervescente de alegría, Gattoni rompió en llanto y fue abrazado por todos sus compañeros y por el entrenador.
Antes, había protagonizado una situación tensa: agarró la pelota para patear el penal en el final del primer tiempo, pero Insua envió al capitán Augusto Batalla para que le ordenara que se lo cediera a Adam Bareiro, el encargado de ejecutar siempre desde los 11 metros. Gattoni aceptó sin chistar y no hubo mayores discusiones.
El 4-1 final, claro, redondeó una jornada ideal para el Ciclón y para Gattoni, que se va con la satisfacción de la tarea cumplida. El 4 de julio viajará a Estados Unidos para unirse al plantel del Sevilla que realizará en Norteamérica la pretemporada.