Al menos 200 personas murieron y 400 resultaron heridas en una ofensiva militar de parte de Azerbaiyán en el enclave de Nagorno Karabaj, según un nuevo balance de los separatistas armenios, y que depusieron este miércoles las armas para comenzar a negociar este jueves la “reintegración” de esta región del Cáucaso que escapa al control del Gobierno azerbaiyano desde hace más de tres décadas.
El anuncio supone una importante victoria para el presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, en su ambición de tomar el control de este disputado territorio predominantemente controlado por armenios, que ya originó dos guerras, una en los años noventa del siglo pasado y otra en 2020, donde Azerbaiyán recuperó parte del territorio.
“Azerbaiyán restauró su soberanía como resultado de exitosas medidas antiterroristas en Karabaj”, dijo Aliyev en un discurso televisado.
En su discurso, dijo también que “apreciaba” el hecho de que Armenia haya demostrado “competencia política”, en referencia a qué no quiso acudir en ayuda de los armenios de Arsaj.
“Las unidades armenias ilegales han comenzado el proceso de retirada de sus posiciones. Aceptaron nuestros términos y comenzaron a entregar las armas”, dijo Aliyev en su discurso televisado.
Esta vez, un asalto militar azerbaiyano de 24 horas bastó para derrotar a los armenios, acorralados por la potencia de fuego del enemigo y escaso apoyo del Gobierno de Ereván.
“Hay al menos 200 muertos y más de 400 heridos”, dijo el defensor de los derechos de Nagorno Karabaj, Gegham Stepanian, en las redes sociales, en un nuevo balance desde el inicio de la ofensiva.
Entre los fallecidos hay al menos diez civiles, incluidos cinco niños, y entre los heridos hay otros 40 civiles, entre ellos 13 niños.
Anahit Manassian, un funcionario armenio a cargo de la protección de los derechos humanos, dijo que el sistema de salud estaba “paralizado” en el enclave, lo que impide que los residentes reciban “primeros auxilios”.
“Los derechos fundamentales de las personas son ampliamente violados”, agregó, acusando a Azerbaiyán de una “política genocida”.
Se concluyó “un acuerdo sobre un cese completo de las hostilidades” desde el miércoles a las 13 (las 6 en la Argentina)”, indicaron las fuerzas armenias en un comunicado.
Según la misma fuente, el acuerdo se alcanzó tras la mediación de las tropas rusas de mantenimiento de la paz desplegadas en la región desde el conflicto de 2020, reseñó la agencia de noticias AFP.
En declaraciones difundidas por la televisión de Estado, el presidente ruso, Vladimir Putin, había dicho que esperaba una “solución pacífica” al conflicto.
Este miércoles, Putin sostuvo una charla telefónica con el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián y declaró que las negociaciones entre Azerbaiyán y Nagorno Karabaj previstas para el 21 de septiembre se realizarán con la mediación de las fuerzas de paz rusas, comunicó el Kremlin.
La conversación telefónica se efectuó a instancias de las autoridades de Armenia.
“Putin (…) aplaudió el acuerdo sobre el cese del fuego logrado con la participación del contingente de paz ruso. Además, destacó que las negociaciones entre los representantes de Bakú y Stepanakert (capital de Nagorno Karabaj) se realizarán con la mediación de las fuerzas de paz rusas”, señaló el comunicado.
En tanto, el ministro de Exteriores de Armenia, Ararat Mirzoyán, comentó este miércoles haber hablado con el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, sobre la necesidad de una intervención internacional urgente en Nagorno Karabaj.
“Durante la conversación con Blinken insistí en la necesidad de una intervención internacional urgente para detener la agresión a gran escala de Azerbaiyán contra Karabaj”, publicó Mirzoyán en su cuenta en la red social X (antes Twitter).
El ministro señaló que “urge impedir los esfuerzos por desestabilizar el Cáucaso del Sur”.
El acuerdo firmado el miércoles y confirmado por Azerbaiyán prevé, “la retirada de las unidades y militares restantes de las fuerzas armadas armenias” y “la disolución y el desarme completo de las formaciones armadas del Ejército de Defensa de Nagorno Karabaj”.
Los activistas armenios aceptaron además mantener este jueves en la ciudad azerbaiyana de Yevlakh discusiones sobre la “reintegración” del territorio a sus vecinos.
Azerbaiyán dijo que quiere una “reintegración pacífica” del enclave y la “normalización” de las relaciones con Armenia.
Además, prometió a las fuerzas armenias en Nagorno-Karabaj “un paso seguro”.
El primer ministro armenio Pashinyan, que el martes denunció “una agresión de gran envergadura” con fines de “limpieza étnica”, dijo que era importante que las hostilidades cesen.
Señaló además que su país “no participó” en la redacción de los términos de la tregua y aseguró que Armenia no tiene unidades militares en la región desde agosto de 2021.
El conflicto anterior duró seis semanas en el otoño de 2020 y terminó con una derrota militar armenia.
Pashinian, a quien sus oponentes acusan de ser responsable de esa derrota, denunció llamados a un “golpe de Estado”.
En esa oportunidad se registraron choques entre manifestantes que exigían su dimisión.
Por el lado de Azerbaiyán, el asesor para asuntos de política exterior Hikmet Hajiyev anunció que el plan para la reintegración de la población armenia de Nagorno Karabaj “está listo”.
“Nuestro plan de reintegración social y económica está listo. Fue preparado por los departamentos correspondientes”, dijo Hajiyev en una rueda de prensa para los representantes del cuerpo diplomático acreditado en Bakú, recogió la agencia de noticias Sputnik.
El martes por la noche, las autoridades armenias anunciaron la evacuación de más de 7.000 civiles de 16 localidades, mientras que el contingente de paz ruso evacuó a más de 2.000 civiles de las zonas más peligrosas.
Sin embargo, según Stepanian, la cifra ascendía hoy a “más de 10.000 personas” que fueron “desplazadas de sus hogares originales” a otras áreas de Nagorno Karabaj.
Estas personas no tienen “alimentos, medicamentos o productos de higiene básicos adecuados”, agregó, denunciando una “catástrofe”.
Antes de que se conociera la noticia de la tregua, diversas voces habían pedido que cesara la violencia.
El papa Francisco, por ejemplo, exhortóeste miércoles a las partes a cesar los enfrentamientos y buscar una solución pacífica.
“Pido a todos los implicados y a la comunidad internacional que callen las armas y hagan todo lo posible por encontrar soluciones pacíficas por el bien de la gente y el respeto de la dignidad humana”, dijo el Papa al intervenir en la plaza de San Pedro en el Vaticano.
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, llamó “al fin inmediato de los combates”.
Rusia, garante del alto el fuego pactado en 2020, urgió a “las partes en conflicto a detener inmediatamente el derramamiento de sangre, cesar las hostilidades y evitar las víctimas civiles”.