“Estoy acostumbrada a trabajar de una manera integral”

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Debutó en diciembre, Villa Carlos Paz y asegura Anita Martínez que su unipersonal titulado “Humor para toda la familia” sigue esta premisa. Hace funciones de miércoles a domingos en el Teatro del Sol I. Martinéz: “Es una variedad de todo lo que vengo haciendo –subraya– un compilado, pero sumé coreografías pensando en los más chicos, porque a Córdoba viene mucha familia”.

—Figuras como autora, directora, coreógrafa, iluminadora e intérprete…

—Estoy acostumbrada a trabajar así, integralmente. Tengo esa concepción. Hago muchas giras, viajo siempre sola, pongo luces y sonido. De todos modos es un error mío, siempre hay detrás un equipo enorme de gente. Cuando llegué al teatro en Carlos Paz me encontré con que tengo sonidista e iluminador. Hay una producción grande y no estoy acostumbrada. Soy muy artesanal, me gusta hacerme todo, incluso me coso mis propios vestuarios y hago los títeres que se ven.

—¿Primero fuiste bailarina?

—Sí, empecé a los cinco años. Intenté entrar tres veces al teatro Colón, en una época donde de mil postulantes ingresaban sólo dos. Como me veían condiciones los maestros me becaban. Pude hacer una carrera bailando clásico, pero después necesité trabajar y empecé en la televisión. Arranqué como bailarina y de hecho cada vez que puedo bailo, porque a mí me fascina. Siento que la danza es transformadora y tiene un nivel de superioridad estético.

—¿Hay que sumar que también sos maquiladora y titiritera?

—Soy muy orgánica. Amo esto, tengo una pasión por estar arriba del escenario y todo me parece que podés enriquecerlo. Creo que al hacerlo tiene mucho agregado, el aprender te ayuda mucho a valorar el trabajo de las diferentes áreas del teatro. Cuando le ponés el cuerpo entendés más de qué se trata. Me gusta trabajar con pocas cosas arriba del escenario, pero que sean ilustrativas y nos iluminen. Hay todo un mundo de títeres, a veces se cree que son solamente para los niños, pero el universo para el adulto es muy grande. Me encanta aprender. Soy una emprendedora serial.

—Hiciste varios espectáculos con textos de María Elena Walsh: ¿por qué?

—Soy una apasionada de María Elena. A mí me cuesta mucho hacer espectáculos para niños que no sean con la temática de ella. Es perfecta, sus canciones y esa poesía que tenía. Me atraviesa totalmente. Fue una mujer, una pensadora que hoy la necesitamos. Extraño mucho esas reflexiones y también esa forma de ver la infancia.

Siempre trato de hacerle un homenaje en mis espectáculos. Su mundo es inspirador y hay que mantenerlo siempre vivo. Nosotros somos todos chicos intentando volver.

—¿Hoy te parece que es más difícil hacer humor?

—Creo que el humor exorciza todo. Deberían pensar en lo que necesita el espectador. A mí la verdad que me gustaría poner la televisión y reírme un poco. Hoy te sentás y son todos programas con panelistas hablando de lo mal que estamos. Me parece que debe haber una soga que nos traiga a un mundo mejor, para eso también está el arte. Tanto el teatro, el cine, las plataformas, pero la televisión tiene casi como hasta la obligación de demostrar que puede haber un universo de fantasía, donde haya risas y no todo sea crisis.

— Estuviste en “Patinando por un sueño”, cuatro “Bailando” y “Corte y confección”. ¿Cómo es tu relación con los realities?

—Me parece que estamos mutando hace tiempo hacia una televisión medio reality. En el año 2014 cuando nosotros ganamos el “Bailando” me ayudó un montón. Pudimos cumplir el sueño de los perros, conocimos un montón de rescatistas y proteccionistas de todo el país. Se trabajó para que saliera la ley que protege a los galgos y se terminara con las carreras. Hubo mucho positivo. Se demostró que hay otra forma de hacer un reality: sin desnudarse o armando peleas.

Ir para adelante

Desde 1998 con la obra Pijamas el paso por los escenarios de Anita Martínez es frecuente. El más reciente fue Madres por dos temporadas. Cuando se le pregunta por la exposición que le da la televisión y cómo enfrenta las devoluciones de los distintos jurados, afirma: “El verdadero, el gran jurado de todo, es el público. Más allá de que soy súper respetuosa y nunca me engancho con las devoluciones. Obviamente que si dicen cosas lindas, las agradezco, como toda narcisista. Pero está comprobado que el mejor jurado es la gente, por más que te pongan los máximos puntajes y tengas las mejores palabras, pero si el público no te eligió, no va. Creo que esa es la más difícil de todas las pruebas. Siempre pienso en el objetivo final que es el público: si se rieron y la pasaron bien”.  

Recuerda: “Nosotros fuimos a Carlos Paz un año con el Bicho Gómez porque hacemos muy buena pareja, pero en este 2024 él está haciendo un éxito Tom, Dick y Harry, en Multiteatro y obviamente no quiso bajarse. Siento que no es frecuente la dupla que hacemos con él, no hay muchas parejas hombre/mujer haciendo humor y bailando, en el país, ni el mundo. No aparecen.” 

“Estuve como tantos, casi tres años casi sin trabajo. Hoy para mí todo es un milagro. La pandemia me castigó muchísimo psicológicamente, pero me sirvió para darme cuenta qué es lo que quiero para mí. Quiero trabajar e ir para adelante. Amo la vida y estoy agradecida. Aprendí que hay que vivir el ahora y empujar mucho para que te vaya bien”, finaliza.