
¿Opinar
sobre
mi
Escarabajos?
Sería
suponer
que
el
autor
sabe
lo
que
escribió,
desmintiendo
lo
que
Borges
propone
sobre
la
escritura,
palabras
que
remiten
a
otras
palabras
que
perdieron
el
contacto
con
el
recuerdo
de
los
hechos,
objeto
irreductible
al
lenguaje
articulado
o
alfabético.
Es
decir
que
el
texto
siempre
es
una
manifestación
del
inconsciente
cuyo
sentido
no
puede
sino
estar
velado
para
el
autor
por
lo
indescifrable,
haciendo
que
sea
el
espectador
quien
proyecta
sus
“sombras
de
la
caverna”
sobre
el
lienzo
desplegado
en
el
escenario
y
articula
un
sentido
revelador
para
el
mismo
autor.
Por
otra
parte,
como
dijera
un
amigo
con
buen
sentido
del
humor
crítico,
un
autor
pretendiendo
hablar
de
su
obra
es
tan
aburrido
como
una
madre
hablando
de
su
hijo.
Puedo
en
cambio
contar
algo
de
la
historia
de
Escarabajos.
Esto
no
les
gusta
a
los
autoritarios
El
ejercicio
del
periodismo
profesional
y
crítico
es
un
pilar
fundamental
de
la
democracia.
Por
eso
molesta
a
quienes
creen
ser
los
dueños
de
la
verdad.
Fue
escrita
en
complicidad
con
mi
gran
amigo
Hugo
Urquijo,
ambos
psicoanalistas
decididos
a
no
renunciar
a
nuestra
vocación
artística.
Fue
mi
primera
obra
estrenada
y
la
primera
experiencia
como
director
de
Hugo.
Corría
1975,
eran
tiempos
de
una
aterradora
Triple
A
parapolicial
ensañada
con
la
cultura
a
la
que
consideraba
terreno
de
“adoctrinamiento
comunista”.
No
eran
tiempos
propicios
para
revelar
el
ida
y
vuelta
entre
la
violencia
familiar
y
la
violencia
política.
Nos
arriesgamos.
En
realidad,
ni
siquiera
pensamos
en
no
estrenar.
Audacia
sumada
a
otras
que
nos
forzaron
a
ambos
a
exiliarnos
luego
del
golpe
del
76.
Escarabajos
se
estrenó
en
el
mítico
Teatro
Payró
de
Jaime
Kogan,
y
su
repercusión
fue
grande.
Contó
a
su
favor
con
un
talentoso
elenco,
Alicia
Berdaxagar,
Víctor
Hugo
Iriarte
y
Mario
Alarcón.
Luego
mi
obra
tuvo
varias
versiones
en
Argentina
y
el
exterior.
Citaré
la
excelente
dirigida
por
Daniel
Marcove,
director
de
varias
de
mis
otras
obras,
con
Ingrid
Pelicori,
Mario
Alarcón
y
Martín
Slipak.
A
casi
cincuenta
años
de
su
estreno,
el
Centro
Cultural
de
la
Cooperación
propuso
reestrenarla,
dada
su
dramática
vigencia,
repitiendo
la
dirección
de
Hugo
Urquijo.
En
los
preparativos
Hugo
me
hizo
llegar
su
opinión
sobre
la
obra:
“¿Nace
la
violencia
social
en
la
violencia
familiar?
¿O
es
esta
un
reflejo
de
aquella
en
el
seno
de
las
relaciones
entre
padres
e
hijxs?
Escarabajos
trata
sobre
cómo
entre
las
cuatro
paredes
de
una
familia
burguesa
de
apariencia
normal
se
juegan
las
mismas
relaciones
de
poder,
de
sumisión,
de
extorsión,
de
manipulación
que
en
el
mundo
exterior
dominado
por
un
sistema
capitalista
basado
en
la
codicia
y
la
competencia,
el
Otro
como
latente
enemigo
del
que
desconfiar.
Y
llegado
el
caso,
a
destruir.
Marta,
Oscar
y
Rubén
luchan
por
mantenerse
a
flote
apelando
a
sus
recursos
más
aptos
para
la
descarnada
supervivencia,
aunque
no
ignoran
que
alguien
saldrá
herido.
Y
así
volverá
a
ser
una
y
otra
vez.
Eso
se
llama,
hoy,
estar
vivos.
¿Vivos?”.
Sorpresivamente,
Hugo
murió
dejando
un
vacío
irreparable
en
el
teatro
argentino.
Decidimos
seguir
adelante
con
el
proyecto,
ahora
se
le
sumaba
un
sentido
homenaje
a
su
primer
director.
Escarabajos
se
presenta
en
el
Centro
Cultural
de
la
Cooperación,
avenida
Corrientes,
los
sábados
a
las
20,
con
un
elenco
de
lujo,
Victoria
Onetto,
Nelson
Rueda,
Eoy
Rossen,
dirigidos
por
Juan
Manuel
Correa,
música
en
escena
de
Nacho
Esbó.
La
propuesta
se
enriqueció
con
la
incorporación
como
asesor
del
gran
Héctor
Calmet,
quien
fue
el
escenógrafo
de
la
primera
versión.
*
Dramaturgo,
escritor,
político,
historiador
y
médico
especializado
en
psiquiatría
y
psicoanálisis.