La vida agridulce de los ricos, revelada por Truman Capote, es el eje de la segunda temporada de Feud

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La
segunda
parte
de


Feud
,
de

Ryan
Murphy,

se
centra
en
la

disputa

entre

Truman
Capote
y
un
grupo
de
encumbradas
mujeres
de
la
sociedad
neoyorkina
.
Ya
están
disponibles
sus
ocho
episodios
de

Capote
Vs
de
Swans
en
Star
+
,
protagonizados
por
una
pléyade
de
caras
conocidas
encabezada
por
un
actor
británico
para
encarnar
al
autor
de

A
Sangre
Fría
:
nada
menos
que
Tom
Hollander,
de
destacada
trayectoria
en
el
cine.

Junto
a
él
están

Naomi
Watts,
Diane
Lane,
Chloë
Sevigny,
Calista
Flockhart,
Molly
Ringwald
y
Demi
Moore.

También
es
el
último
trabajo
de

Treat
Williams,

y
por
supuesto
una
vez
más
estuvo
excepcional.

0510_capote

Esto
no
les
gusta
a
los
autoritarios

El
ejercicio
del
periodismo
profesional
y
crítico
es
un
pilar
fundamental
de
la
democracia.
Por
eso
molesta
a
quienes
creen
ser
los
dueños
de
la
verdad.

Ellos
dan
vida
a
la
parte

rica
e
influyente
de
los
Estados
Unidos
,
con
conexiones
en
Europa
y
una
existencia
muy
privilegiada.
Casi
sin
que
se
den
cuenta,
se
les
mete

como
un
encantador
de
serpientes

en
ese
mundo
de
glamour,
del
cual
participa
encantado
y
acepta
todos
los
beneficios
gratis
que
le
trae.
Pero
al
que
también
observa
con
detenimiento
y
por
momentos
ridiculiza.

0510_capote

Pero
también
Truman
es
un
autor
sobre
temas
de
la
realidad
que

necesita
una
nueva
inspiración

para
superar
el
éxito
del
libro
sobre
los
asesinos
que
lo
puso
en
el
mapa.
Y,
como
se
siente
más
observador
de
ese
mundo
de
elite
que
partícipe,

terminará
escribiendo

(y
revelando)
las
vidas
privadas
de
esas
amigas
con
las
que
se
reúne
a
almorzar
en
La
Cote
Basque.
Así
llegará
la

traición

y
la

venganza

por
parte
de
las
poderosas
mujeres.
Ese
es
el
Feud
(enemistad)
que
refleja
esta
serie

ambientada
entre
los
años ’60
y ’80

(con
un
retrato
de
cada
época
impactante)
que
está
relatada
yendo
y
viniendo
en
el
tiempo,
para
presentar
la
situación
original
que
luego
evoca
el
autor,
así
como
su
declive
personal
y
relaciones
amorosas
(que
no
todas
le
hacen
bien).

Los
primeros
episodios,

dirigidos

por
el
cineasta

Gus
Van
Sant,

tienen
un

clima

y
una

estética

general
que

trasportan

al
espectador

a
esa
época
dorada

de
damas
que
crearon
las
galas
como
la
del
MET
y
que
estaban
todo
tiempo
en
las
páginas
de
sociales
de
las
revistas.
El
tono,
las
posturas,

la
necesidad
de
ser
perfectas
que
se
les
nota,

incluso
las
pequeñas
vendettas
que
van
consiguiendo,
las
saca
del
lugar
de
seres
inalcanzables
y

el
guión
nos
permite
ver
sus
flaqueza
y
humanidad.

Está
basado
en
el
libro
de
Laurence
Leamer.

0510_capote

Y
cada
actriz,
a
veces
irreconocible
en
la
caracterización,
cumple
ajustadamente
su
rol
y
se
pone
al
servicio
de
la
historia.
Aquí
merece
una

mención
especial
Hollander,

que
lejos
está
del
sacerdote
casadero
de
Orgullo
y
Prejuicio
para

convertirse
en
un
diminuto
hombre
rubio,
muy
amanerado
y
con
voz
aflautada,

que
sedujo
al
poderoso
grupo
cuyas
miserias
luego
reveló
en
Plegarias
Contestadas.

0510_capote

Quizás
el
espectador
se
sienta
atraído
por

un
mundo
prácticamente
desconocido,

así
como
de
hechos
y
personalidades
que
no
eran
tan
populares
en
la
Argentina
como
lo
fueron
Joan
Crawford
y
Bette
Davis,
las
protagonistas
de
la
pelea
de
la
primera
y
magnífica
temporada.
También

puede

pasar
que
resulte

lenta

o
tengamos
que
pasar
más
de
seis
episodios
para
enterarnos
de
hacia
adónde
va
la
historia,
en
vista
de
la

cantidad
de
personajes
y
años

que
se
ofrecen
a
consideración.
Pero
lo
cierto
es
que
es
más
que
un
buen
entretenimiento,
incluso
es
una
información
histórica
sobre
un
ambiente
que
ya
no
se
repetirá.

 

PD/ff