
En
una
cartelera
teatral
porteña
con
importantes
títulos
ahora
se
suma
Felicidades
en
el
teatro
El
Nacional.
Es
una
de
las
pocas
–tal
vez
la
única-
comedia
de
dramaturgo
nacional,
las
otras
propuestas
apostaron
a
éxitos
de
otros
países,
pero
Adrián
Suar
como
gestor
de
este
proyecto
vuelve
arriesgar
por
los
autores
argentinos.
En
el
elenco
están
Suar,
Griselda
Siciliani,
Benjamín
Vicuña,
Jorgelina
Aruzzi
y
Peto
Menahem.
Ellos
se
entrecruzan
con
dos
creadores
de
prestigio
internacional:
Mariano
Pensotti
y
Daniel
Veronese.
El
texto
y
la
puesta
en
escena
son
de
Pensotti,
sinónimo
del
grupo
Marea,
por
lo
cual
se
sumaron
algunos
de
sus
integrantes:
Mariana
Tirante
en
la
escenografía
y
Diego
Vainer
en
la
composición
musical.
Pero
como
los
compromisos
de
Pensotti
en
Europa
eran
varios
fue
Daniel
Veronese
quien
asumió
la
dirección
general.
Las
funciones
son
de
jueves
a
domingo,
con
doble
horario
los
sábados.
“El
espectáculo
lo
tenía
en
la
cabeza
–dirá
Adrián
Suar–
sabía
lo
que
quería
hacer
y
a
partir
de
ahí
fui
a
buscarlo
a
Mariano
Pensotti.
Le
llevé
un
embrión
de
propuesta
y
empezamos,
pero
fue
él
quien
la
escribió.
Durante
un
año
y
pico
nos
juntamos
y
armamos
una
estructura
de
una
posible
obra.
La
idea
era
que
él
también
la
dirigiera
pero
después
por
compromisos
ya
contraídos
solo
pudo
hacer
la
puesta
en
escena.
Por
eso
pensamos
en
Daniel
Veronese
para
la
dirección
de
actores”.
Esto
no
les
gusta
a
los
autoritarios
El
ejercicio
del
periodismo
profesional
y
crítico
es
un
pilar
fundamental
de
la
democracia.
Por
eso
molesta
a
quienes
creen
ser
los
dueños
de
la
verdad.
La
excusa
de
esta
nueva
ficción
es
un
festejo
de
cumpleaños,
donde
visitas
inesperadas
modificarán
la
noche.
En
el
elenco
se
palpa
armonía
y
amistad,
todos
han
trabajado
alguna
vez
juntos.
Es
interesante
sumar
la
mirada
del
actor
chileno,
al
que
ya
consideramos
argentino,
Benjamín
Vicuña,
sobre
nuestro
país,
cómo
nos
ve
quien
eligió
criar
a
sus
hijos
aquí:
“A
favor
es
un
profundo
amor
por
la
patria.
Y
en
contra
es
justamente
a
veces
una
distancia
y
una
desconfianza
en
el
otro,
ese
otro
que
debería
ser
la
patria.
La
potencia
de
Argentina
es
su
creatividad,
sus
riquezas
naturales,
pero
por
momentos
no
termina
de
despegar
o
de
volar
por
falta
de
confianza”.
Cada
uno
viene
de
protagonizar
éxitos,
como
Adrián
Suar
con
Inmaduros
(2023),
Griselda
Siciliani
con
Pura
sangre,
Peto
Menahem
con
Los
Bonobos
y
Jorgelina
Aruzzi
con
Casados
con
hijos
aunque
anticipa
que
volverá
en
junio
con
su
unipersonal
Animal
humano
los
miércoles
al
Apolo.
—¿Cómo
fue
trabajar
con
dos
directores?
SICILIANI:
Fue
maravilloso
porque
uno
(Mariano)
además
es
quien
escribió
la
obra,
partiendo
de
ahí
es
todo
mucho
más
profundo.
Además
es
alguien
a
quien
admiro
y
que
tenía
ganas
de
trabajar
desde
hace
muchos
años.
Después
sumar
a
Daniel
Veronese
con
quien
trabajé
en
La
forma
de
las
cosas
(2009)
y
fue
una
experiencia
maravillosa.
El
volver
a
reencontrarnos
fue
toda
felicidad.
Por
todo
esto
lo
percibo
como
un
lujo
total.
VICUÑA:
Fue
la
primera
vez
que
trabajé
con
dos
directores.
Pero
Mariano
(Pensotti)
además
es
el
dramaturgo
y
pensó
el
espectáculo.
Luego
con
Daniel
(Veronese)
como
un
director
general
que
puso
el
foco
en
la
actuación
y
en
la
dinámica
de
la
obra.
Me
pareció
que
es
un
modelo
diferente
y
creo
que
supimos
aprovechar
el
talento
y
las
características
de
los
dos.
Fue
un
trabajo
respetuoso
y
en
donde
se
complementaron.
ARUZZI:
El
equipo
que
se
formó
tiene
mucho
que
ver
con
la
química
que
se
armó.
Tuvimos
espacio
para
hablar
y
proponer,
más
allá
de
que
estamos
muy
sujetos
al
texto,
porque
es
una
comedia
y
no
podés
pasarte,
porque
se
cae
el
ritmo.
Fue
una
gran
experiencia
trabajar
desde
este
lugar
con
ellos
dos.
MENAHEM:
Tienen
dos
miradas
que
en
muchos
casos
fueron
muy
similares,
aunque
con
algunas
diferencias
y
creo
que
nosotros
cinco
las
aprovechamos
mucho.
Mariano
(Pensotti)
y
Daniel
(Veronese)
además
de
ser
personas
adultas
y
amigas
son
grandes
directores,
entonces
siempre
ponían
al
espectáculo
por
encima
de
la
diferencia.
Fue
fantástico
tener
muy
a
mano
al
autor.
—Imperan
las
comedias
en
la
actual
cartelera:
¿cómo
se
suman?
SUAR:
Dando
lo
mejor
en
este
espectáculo.
Conviviendo
con
el
resto
como
se
convive
desde
hace
años,
cada
uno
tiene
su
camino,
en
cada
propuesta,
porque
ninguno
se
parece
al
otro
universo.
Creo
que
hay
un
deseo
colectivo
de
pasar
un
buen
rato
sobre
el
escenario
y
hacerlo
pasar
a
la
gente.
V:
Primero
respeto,
admiración
por
mis
colegas
y
por
este
movimiento
teatral
que
es
asombroso.
Se
ve
solo
en
dos
capitales
más
en
el
mundo.
Hablo
del
público,
de
los
realizadores,
de
los
técnicos
y
de
los
intérpretes.
Es
muy
lindo
lo
que
sucede
y
lo
que
se
concentra
en
la
avenida
Corrientes
y
ni
hablar
del
teatro
en
todas
sus
escalas,
como
el
independiente
y
los
musicales.
Pero
a
mí
nunca
antes
me
había
tocado
actuar
frente
a
mil
espectadores
y
es
muy
emocionante
ver
lo
que
se
genera
en
el
público.
M:
Cuando
hice
Los
Bonobos
la
gente
nos
esperaba
muy
conmovida.
Nos
agradecía
y
subrayaba:
“Hacía
un
año
que
no
me
reía
así”,
ya
que
salíamos
de
la
pandemia.
Uno
se
siente
un
poquito
útil,
sabemos
que
no
vamos
a
cambiar
el
mundo,
pero
por
ahí
le
mejoramos
el
día
a
alguien.
Tal
vez
si
se
toma
el
hábito
de
ir
al
teatro
hoy,
mañana
va
a
leer
más
y
después
va
a
empezar
a
entender
las
cosas
de
otra
manera.
A:
Siento
que
el
teatro
es
la
expresión
más
genuina
y
a
donde
podemos
recurrir
cuando
hay
tan
poca
ficción
en
otros
lugares,
no
hay
ni
en
la
televisión
ni
en
el
cine.
El
escenario
siempre
es
un
espacio
fiel
y
Buenos
Aires,
toda
Argentina
tiene
un
público
que
ama
ir
a
ver
espectáculos,
se
identifica
y
los
recomienda.
—La
obra
propone
un
juego
de
verdad
y
mentira:
¿qué
les
provoca?
S:
Son
dos
caras
haciendo
la
misma
moneda.
Cuando
se
manifiestan
de
manera
hipócrita
la
verdad
de
la
mentira
y
uno
la
cubre
te
desespera.
La
obra
habla
un
poquito
de
convivir,
de
atravesar
y
estar
atrapado
en
la
mentira.
S:
La
verdad
para
mí
es
una
manera
de
vivir
y
me
da
mucha
libertad
el
no
ocultar,
ni
mentir,
ni
fingir.
Y
la
mentira
es
todo
lo
contrario.
M:
La
verdad
está
sobrevalorada
en
un
sentido,
cuando
alguien
se
confiesa
sin
filtro
y
te
hace
daño,
no
construye.
En
la
obra
se
habla
de
la
felicidad
en
ese
sentido,
tratemos
de
comunicarnos
o
de
estar
en
contacto
con
la
verdad
y
con
lo
que
queremos.
—¿Qué
es
la
felicidad?
S:
Por
algo
hacemos
esta
obra,
que
habla
de
eso
un
poco.
Son
temas
que
nunca
se
llegan
a
abarcar
del
todo,
tienen
muchas
capas
y
todos
sentimos
cosas
diferentes.
Mis
compañeros
dicen
la
felicidad
son
momentos.
No
sé
exactamente
¿qué
es?,
pero
sí
me
percibo
alguien
feliz,
con
un
estado
de
felicidad
bastante
constante
durante
toda
mi
vida.
Estoy
muy
agradecida,
aunque
con
momentos
oscuros
que
podemos
tener
todos,
pero
me
siento
bastante
cerca
de
la
felicidad.
S:
Aparece
como
un
wi-fi
que
viene
y
se
va.
Más
allá
de
los
momentos
creo
que
la
felicidad
es
tratar
de
estar
en
paz
con
uno
mismo,
en
la
medida
que
uno
va
estando
más
en
paz
y
con
la
mochila
más
liviana.
Con
menos
batallas
absurdas
que
todos
los
individuos
nos
proponemos,
a
medida
que
vas
creciendo
te
das
cuenta
que
son
menos
necesarias.
M:
Despojarse
un
poquito
del
egoísmo
y
pensar
que
la
felicidad
es
algo
que
sembramos
para
otros
también.
En
mi
caso
es
muy
cotidiano
porque
tengo
hijos,
entonces
es
como
normal.
A:
Creo
que
la
felicidad
es
un
estado
de
ánimo.
Siempre
pensamos
que
está
afuera,
por
llegar.
Si
tenés
todo,
lo
básico
y
estás
bien,
hay
que
tratar
de
poder
ser
feliz,
pero
creo
que
son
momentos.
El
estado
de
felicidad
del
alma
hay
que
trabajarlo
un
poco.