Fredy
Guarín,
exfutbolista
colombiano
de
37
años
que
en
Europa
destacó
en
Saint-Étienne,
Inter
de
Milán
y
Oporto,
reconoce
su
adicción
al
alcohol
en
una
entrevista
concedida
a
la
revista
‘Semana’.
“Lo
mío
fue
durante
20
años
entregarme
al
fútbol
y
es
lo
que
yo
sé
hacer.
Tampoco
me
preparé
para
otras
cosas.
Quedé
como
desamparado
y
tomé
decisiones
que
no
fueron
buenas”,
reflexiona
el
de
Puerto
Boyacá.
Guarín,
que
en
2011
estuvo
en
la
órbita
del
Real
Madrid,
reconoce
que
“la
verdad
fue
que
me
desvié”
y
que
“mi
decisión
fue
aferrarme
al
alcohol”.
No
sé
qué
pueda
llegar
a
pasar
en
mi
vida
“Cometí
muchos
errores,
tomé
malas
decisiones,
herí
a
mucha
gente,
hice
sentir
mal
a
mis
allegados,
a
mi
círculo
social
y
familiares
porque
el
alcohol
siempre
fue
el
peor
detonante
para
todo
lo
que
vieron
ustedes”,
apuntó
el
ex
de
Atlético
Huila,
Envigado
FC,
Boca
Juniors,
Shanghái
Shenhua,
Vasco
da
Gama
y
Millonarios.
Fredy
Guarín: “Soy
alcohólico,
lo
reconozco
y
soy
un
adicto
en
recuperación”
A
la
pregunta
de “¿Usted
es
alcohólico?”
la
respuesta
de
Fredy
Guarín
fue
contundente: “Ciento
por
ciento.
Soy
alcohólico,
lo
reconozco
y
soy
un
adicto
en
recuperación.
Pero
aprender
es
de
gran
motivación”.
Yo
fui
alcohólico
social
durante
varios
años
y
estando
activo
en
el
fútbol.
Ahí
empezó
mi
proceder
y
tomé
malas
decisiones
“Yo
fui
alcohólico
social
durante
varios
años
y
estando
activo
en
el
fútbol.
Ahí
empezó
mi
proceder
y
tomé
malas
decisiones.
Cuando
salí
de
Millonarios
fue
el
punto
más
profundo
que
toqué
porque
durante
estos
últimos
tres
años
caí
en
el
fondo
de
mi
adicción.
Ya
no
daba,
había
perdido
mi
dignidad,
mi
círculo
social
cercano,
la
confianza
de
seres
queridos
y
de
lo
más
importante
y
valioso
que
yo
tengo,
que
son
mis
tres
hijos.
Perdí
muchas
cosas
de
valor
sentimental”,
recuerda
el
centrocampista
que
llegó
a
ser
58
veces
internacional
con
Colombia.
Llegó
un
punto
donde
ya
no
podía
más
seguir
con
esa
forma
de
vida
y
me
tocó
pedir
ayuda
porque
lo
intenté
varias
veces
Pero
Fredy
Guarín
ve
la
luz
al
final
del
túnel
de
su
adicción
al
alcohol: “Llegó
un
punto
donde
ya
no
podía
más
seguir
con
esa
forma
de
vida
y
me
tocó
pedir
ayuda
porque
lo
intenté
varias
veces,
pero
había
recaído.
Me
tocó
rendirme
y
entregarme
a
mi
ser
superior,
a
unos
profesionales
con
los
que
estoy
trabajando
para
poder
remediar
muchas
cosas.
Recuperar
la
confianza
tanto
mía,
como
la
de
mis
hijos,
la
de
mis
familiares.
Proyectarse
y
aceptar
fue
lo
principal.
No
podía
solo
y
me
dejé
ayudar.
Estoy
en
ese
proceso.
Con
toda
seguridad
le
puedo
decir
que
este
es
el
definitivo.
Ya
le
toqué
la
puerta
al
diablo
y
no
es
lo
mejor”.