Al
principio,
Ale
Sergi
arreglaba
unas
pistas
de
jazz
sobre
las
que
Juliana
Gattas
cantaba.
Comenzaron
a
presentarse
en
vivo
en
2001,
y
pronto
se
cambiaron
el
nombre
a
Miranda!,
en
honor
al
actor
Osvaldo
Miranda,
con
quien
se
encontraron
horas
antes
de
una
edición
del
festival
Buen
Día.
El
famoso
actor
accedió
a
conocerlos,
congeniaron
y
los
presentó
esa
noche
al
grito
de
“¡Con
ustedes,
los
Osvaldo
Miranda!”.
La
anécdota
quedó
como
un
pintoresco
malentendido,
pero
el
nombre
permaneció
como
había
sido
concebido.
Tan
solo
el
apellido
del
admirado
actor,
con
un
signo
de
exclamación
que
clamaba
presencia.
Pronto,
las
canciones
de
Miranda!
se
impusieron
en
una
escena
que
los
necesitaba.
Lo
primero
fue
un
demo
de
cuatro
canciones;
lo
siguiente
el
primer
disco:
Es
mentira,
editado
por
Secsy
Discos
y
el
canal
televisivo
Locomotion.
Eran
tiempos
convulsos
y
la
música
empezaba
a
sintetizar,
desde
la
escena
alternativa,
un
ansia
de
diversión
que
no
evitaba
los
carices
melancólicos
producto
de
la
crisis
económica
y
social.
Miranda!
fue
un
refugio
para
los
alternos,
pero
no
tardó
en
convertirse
en
un
fenómeno
nacional
y
luego
regional.
La
historia
de
por
qué
se
entregan
los
Premios
Gardel.
Esto
no
les
gusta
a
los
autoritarios
El
ejercicio
del
periodismo
profesional
y
crítico
es
un
pilar
fundamental
de
la
democracia.
Por
eso
molesta
a
quienes
creen
ser
los
dueños
de
la
verdad.
Reconocimiento.
Poco
más
de
veinte
años
después,
decidieron
revisitar
sus
clásicos,
aunando
fuerzas
con
otros
artistas.
Hotel
Miranda!
fue
un
concepto
de
varias
dimensiones:
las
versiones,
los
videos,
las
presentaciones
en
vivo,
las
reacciones,
todo
conspiró
a
favor
del
dúo.
Esta
semana
el
grupo
cerró
un
ciclo
virtuoso,
rodeados
de
colegas
y
con
el
Gardel
de
Oro
en
las
manos.
Además,
ganaron
“Gardeles”
al
Mejor
Álbum
Grupo
Pop
y
al
Mejor
Videoclip
Largo.
Emociones.
“Fue
una
noche
muy
emotiva,
la
verdad,
estoy
un
poco
abrumada”,
dijo
a
PERFIL
Juliana
Gattas.
—¿Qué
sensaciones
tenés
con
todo
esto?
—Sentimos
que,
al
tratarse
de
un
disco
de
versiones,
de
alguna
manera
nos
están
reconociendo
un
poco
toda
nuestra
carrera.
No
es
un
premio
al
disco,
sino
a
cada
show
que
hicimos,
a
cada
idea
que
tuvimos,
a
cada
proyecto
que
llevamos
adelante,
los
equipos,
los
videos,
las
giras,
los
shows
en
pubs,
en
discotecas
o
en
lugares
enormes.
por
las
dudas,
le
damos
una
gran
dimensión
al
premio
por
si
no
vuelve
a
suceder.
Y
eso
nos
emocionó
mucho
también.
—¿Algún
recuerdo
puntual
de
Miranda!?
—El
o
más
lindo
que
me
llevo
es
el
de
estar
con
con
tantos
músicos
que
admiro,
algunos
que
conozco
hace
años
como
David
Lebón
o
Lali
(Espósito….¡Ella
estuvo
hermosa,
tan
elocuente
y
sensible!
Todos
son
grandes
artistas:
Nicki
(Nicole),
Usted
Señálemelo,
Paco
y
Ca7riel
que
la
rompieron.
Y
todos
celebrando
que
podemos
hacer
lo
que
nos
gusta.
Y
al
hacerlo,
lo
defendemos
como
se
puede,
poniéndole
altura,
presencia
y
corazón.
—¿Alguna
actuación
que
recuerdes
más?
—Cuando
vi
a
David
Lebón
cantando
Desarma
y
Sangra,
con
un
cuarteto
de
cuerdas,
me
quebré.
Ver
a
David,
los
ojos
cerrados,
emocionado,
disfrutando,
sintiendo
los
arreglos
y
la
canción,
fue
un
momento
muy
difícil
de
transmitir
con
palabras.
De
ahí
en
más
no
paré
de
llorar.
Después
empezamos
a
ganar
premios,
a
subir
al
escenario
,y
cada
vez
que
me
saludaban
me
largaba
a
llorar.
Perspectiva.
Miranda!
representa
una
suerte
de
vórtice
entre
la
juventud
y
la
tradición.
Cultores
de
un
pop
artesanal,
que
siempre
se
permitió
los
claroscuros,
la
indagación
introspectiva
y
la
exteriorización
emocional,
lo
barroco
y
lo
minimalista,
con
pocos
grises
y
concesiones,
supieron
enamorar
con
su
constante
mirada
hacia
adelante.
Al
mismo
tiempo,
es
uno
de
los
últimos
bastiones
de
un
pop
que
no
abunda.
—¿Qué
fue
lo
primero
que
pensaste
al
ganar
el
oro?
—En
una
anécdota
que
fue
un
buen
bajativo
y
que
me
puso
todo
en
perspectiva.
Nosotros
ganamos
algunas
veces
a
mejor
álbum
pop.
Y
una
vez,
la
ceremonia
fue
en
el
Colón,
nos
dieron
el
premio
y
le
mandé
un
mensaje
a
mi
hija
quien
recién
tenía
celular:
“Ganamos!!!!”.
Así,
con
muchos
signos
de
exclamación.
Y
su
respuesta
fue:
“¿Me
traés
postre?”.
Eso
me
hizo
bajar
a
tierra.