“Ella entró en el corazón de la gente y logró empatía”

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Sabes
cómo
lo
llamó
yo?
Elegancia
punk…”
dice
Mina
Serrano,
y
habla
sobre
Cris
Miró,
la
artista
trans
que
pateó
el
tablero
en
Argentina
a
la
hora
de
percepción
de
género,
tanto
en
el
espectáculo
como
en
la
sociedad.
La
serie
Cris
Miró
(Ella)
acaba
de
estrenar
en
MAX
y
Flow,
y
es
una
sensación.
La
misma
Serrano
insiste:
“Hay
algo
que
desde
la
extrema
elegancia,
corrección,
e
inteligente,
se
atrevía
a
voltear
el
tablero
y
decir
¿por
qué
yo
no
puedo
estar
aquí?
¿Por
qué
no
puedo
conseguir
esto?
Y
eso
es
lo
fundamental
en
Cris,
esa
osadía,
pero
esa
osadía
desde
la
apertura,
de
la
gracia”.
De
hecho,
es
la
misma
Serrano
la
que
ha
sabido
capturar
algo
en
que
estaba
en
los
ojos
de
Miró,
que
logran
iluminar
como
grandes
eternos
nombres
de
espectáculo
siempre
fueron
rancios
medidores
de
cierta
intencional
mediocridad
(la
verdad
de
verdad
algunas
de
nuestras
divas:
son
formas
ancianas,
incluso
cuando
eran
jóvenes,
de
percibir
el
mundo,
reafirmando
siempre
el
status
quo,
el
populismo
que
tanto
desprecian,
desde
la
homogeneización
de
ideas
siempre
peligrosas,
siempre
al
borde
de
imponer
algo
sobre
determinado
segmento
de
la
sociedad).
Serrano
sostiene:
“Lo
de
la
mirada
es
un
poco
un
trabajo
invisible,
que
no
lo
focalice
en
la
mirada
como
tal:
simplemente
trate
de
respirar
como
ella,
más
bien
en
estar
en
una
esencia
próxima
a
ella.
Esto
que
se
dice
de
la
mirada
se
traduce
en
ello.
¿Quieres
que
te
diga
una
cosa?
Las
otras
personas
que
me
han
dicho
eso
son
su
familia
y
su
mejor
amiga.
Es
algo
que
no
se
puede
explicar.
Creo
que
tiene
que
ver
con
estar
en
sintonía
con
su
esencia”.

—¿Qué
recordás
de
la
primera
escena
que
filmaste?

—La
primera
escena
fue
una
escena
muy
sencilla,
en
la
casa
familiar.
No
es
del
capítulo
1.
La
última
escena
que
grabé
es
del
capítulo
1
y
es
cuando
me
como
un
bocadillo.
Es
un
final
apoteósico.
Y
el
único
bocadillo
que
me
comí
en
todo
el
rodaje,
porque
estaba
a
dieta. 

Esto
no
les
gusta
a
los
autoritarios

El
ejercicio
del
periodismo
profesional
y
crítico
es
un
pilar
fundamental
de
la
democracia.
Por
eso
molesta
a
quienes
creen
ser
los
dueños
de
la
verdad.

—¿Qué
sentís
diferencia
a
Cris
Miró?

—Ella
es
la
que
trascendió.
La
llaman
la
primera.
No
es
así.
Hubo
otras
vedettes
trans
antes,
y
personas
trans
en
los
medios
que
trascendieron
antes
que
ella,
como
Vanesa
Show.
No
porque
las
otras
no
la
tuviesen,
pero
Cris
tenía
una
capacidad
o
una
forma
de
abordar
las
situaciones
que
la
hacía
entrar
en
el
corazón
de
la
gente
y
la
hiciese
empatizar
con
ella.
Y
creo
que
tiene
que
ver
con
esto
que
hablamos,
con
esta
tranquilidad,
con
esta
calma,
que
desprendía,
con
esta
inteligencia,
con
este
saber
estar
que
tenía.
También
con
su
humor.
Ella
era
sensible,
era
vulnerable,
era
transparente:
eso
es
difícil
de
hacer.
Cuando
eres
una
persona
que
representa
una
minoría
en
los
medios,
recibes
tanto
rechazos
que
lo
mejor
es
blindarse,
estar
a
la
defensiva.
El
hecho
de
estar
abierta
y
estar
transparente
a
la
mirada
de
la
gente
es
un
acto
muy
difícil.
Eso
es
lo
que
hizo
que
la
gente
conectasé
con
ella
y
espero
que
haga
que
la
serie
sea
vista
por
gente
que
esta
ajena
a
la
temática,
que
quizás
no
sean
parte
de
la
comunidad
LGBT.
Todos
van
a
conectar.
 
 —¿Qué
llevaste
a
tu
Cris?

—Es
una
cualidad
que
ella
tenía,
pero
que
en
mí,
por
el
contexto
en
que
nací,
por
el
contexto
en
que
he
vivido,
es
una
relación
en
cuanto
a
nuestra
identidad
muy
natural,
muy
fluida,
muy
orgánica.
A

me
gustaba
que
tenía
una
relación
con
la
belleza,
con
la
feminidad,
muy
tranquila,
muy
orgánica.
No
estaba
obsesionada
por
un
canón
concreto,
sino
que
ella
aceptó
su
cuerpo.
Estaba
muy
en
contacto
con
su
cuerpo
tal
y
como
era.
Creo
que
en

eso
se
manifiesta
más.
No
todas
las
transiciones
son
de
a
a
b,
de
la
noche
al
día.
También
hay
gente
que
somos
más
graduales,
más
fluidas,
y
vemos
la
identidad
de
esa
manera.
Está
bien
mostrar
esa
diversidad,
y
que
cada
persona
vea
que
una
puede
ser
como
lo
ve
y
como
lo
siente.