Sin
pasar
por
los
cines,
llega
este
viernes
19
de
julio
a
Disney
+
la
épica
película
La
Joven
y
el
Mar,
que
cuenta
la
historia
real
de
Trudy
Ederle,
la
primera
mujer
que
logró
cruzar
a
nado
los
38
km
del
Canal
de
la
Mancha,
que
separan
a
Francia
de
Gran
Bretaña,
y
cambió
el
lugar
de
la
mujer
en
las
competencias
de
los
Estados
Unidos
y
del
mundo.
Es
una
película
preciosa,
altamente
recomendable,
que
dura
más
de
dos
horas
pero
la
trama
justifica
esa
duración.
Está
basada
en
el
libro
de
Glenn
Stout
(con
guión
de
Jeff
Nathanson),
dirigida
por
el
noruego
Joachim
Rønning,
quien
también
la
produjo
junto
a
la
protagonista
y
al
creador
de
éxitos
Jerry
Buckheimer
(el
de
las
sagas
de
Piratas
del
Caribe
y
CSI).
¿Por
qué
vienen
estas
menciones
ahora?
Pues
para
explicar
la
calidad
del
producto
que
estoy
recomendando,
encabezado por
una
joven
actriz
británica
a
la
que
le
compramos
todo
lo
que
nos
venda:
Daisy
Ridley,
la
estrella
más
reciente
de
los
filmes
de de
Star
Wars.
Ella
es
capaz
de
ponerse
en
la
piel
de
Ederle
y
transmitirnos
todo
lo
que
le
pasa.
Junto
a
ella
vamos
a
sufrir
el
desigual
trato
hacia
la
mujer
que
se
daba
en
los
años ’20,
junto
a
ella
vamos
pasar
frío
en
el
agua
y
nos
vamos
a
esforzar
por
nadar,
y
también
con
ella
vamos
a
ser
capaces
de
dar
vuelta
las
malas
jugadas
de
los
mezquinos
que
Trudy
tuvo
alrededor.
Esto
no
les
gusta
a
los
autoritarios
El
ejercicio
del
periodismo
profesional
y
crítico
es
un
pilar
fundamental
de
la
democracia.
Por
eso
molesta
a
quienes
creen
ser
los
dueños
de
la
verdad.
Una
historia
real
Hija
de
un
carnicero
alemán
inmigrante
en
Nueva
York
a
principios
del
siglo
pasado,
Trudy
nos
roba
el
corazón
de
entrada
cuando
la
vemos
superar
un
sarampión
letal.
Apoyada
por
la
madre,
que
es
un
personaje
hermoso
encarnado
por Jeanette
Hain,
y
acompañada
por
su
hermana
mayor,
incursionará
en
el
mundo
de
la
natación,
que
es
donde
encuentra
su
razón
de
ser.
Debido
a
su
fuerza
y
resistencia,
el
presidente
del
Comité
Olímpico
de
los
Estados
Unidos
la
invita
a
participar
de
las
Olimpíadas,
y
vamos
a
ir
viendo
así
cómo
se
ninguneaba
a
las
mujeres
con
respecto
a
los
hombres
de
la
misma
nacionalidad.
Ya
sabemos
que
costaba
hacerse
un
lugar
y
que
el
estado
de
igualdad
de
derechos
no
existía
en
los
años ’20.
Quizás
este
reflejo
sea
uno
de
los
mayores
hallazgos
del
guión
pues,
con
simpleza,
muestra
el
empoderamiento
de
esta
chica
sin
generar
un enfrentamiento,
sino
encontrando
la
manera
de
vencer
al
sistema
o
al
status
quo,
desde
adentro
y
con ayuda
masculina,
no
sólo
de
otra
mujeres,
y
recibiendo
la
admiración
también
de
los
hombres.
La
película
está
muy
bien
contada:
tiene
momentos
de
acción,
otros
en
los
que
el
espectador
alienta
a
la
protagonista
a
viva
voz,
algunos
en
los
que
pensamos
si
nos
animaríamos
a
nadar
en
la
inmensidad
del
mar
sin
tener
a
la
vista
tierra
firme
y,
por
supuesto,
un
final
con
lágrimas
en
los
ojos.
Sí,
es
una
película
hermosa
en
la
que
cada
elemento
aparece
en
el
momento
indicado
para
llevar
al
espectador
hacia
el
final
sin
que
se
dé
cuenta
de
que
pasó
dos
horas
mirando
la
pantalla.
Además,
las
interpretaciones
de
grandes
actores,
la
mayoría
británicos
pese
a
que
es
una
historia
100
%
estadounidense,
completan
el
combo
emotivo.
Se
destaca
el
rol
de
Stephen
Graham
(Peaky
Blinders)
en
un
personaje
muy
particular.
Recordemos
que
se
trata
de
personas
reales
reflejadas
en
esta
historia.
Y
que
está
para
disfrutar,
hablar
sobre
ella
y
pensar
en
todas
las
conquistas
femeninas
que
se
han
logrado
hasta
hoy.