Streamers fuera de control: los casos de Neura y Olga

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Los
canales
de
streaming
se
convirtieron
en
la
nueva
vedette
de
la
escena
de
la
comunicación
nacional.
La
profesionalización
de
estas
plataformas
ha
llevado
a
grandes
inversiones
para
crear
canales
con
amplia
convocatoria
de
figuras,
estudios,
escenografías
y
equipamiento
de
última
generación.
Tanto
es
así
que
hasta
figuras
consagradas
de
la
tevé
optaron
por
cambiar
de
pantalla,
en
especial,
para
acercarse
al
público
más
joven
que
consume
estos
nuevos
medios.

Sin
embargo,
a
pesar
de
su
profesionalziación,
el
streaming
se
sigue
escudando
en
sus
orígenes
artesanales
para
evadir
cualquier
tipo
de
control
sobre
su
contenido.
Así,
a
pesar
de
que
ya
no
son
sólo
un
par
de
jóvenes
sentados
frente
a
una
computadora,
mantienen
los
mismos
códigos
y
falta
de
filtros.
Esto
ha
derivado
en
que
hoy
la
escena
del
streaming
nacional
esté
repleta
de
exabruptos,
comentarios
fuera
de
lugar,
burlas
de
mal
gusto
y
hasta
gestos
y
dichos
obscenos
que
en
cualquier
otro
medio
llevarían
a
sanciones
o
reprimendas.


Sin
control

Los
episodios
de
la
falta
de
control
se
suceden
y,
más
aún,
se
viralizan
al
infinito
en
las
redes
sociales.
En
el
programa
“Neura
Delayed
Knight”,
conducido
por
Sergio “Tronco”
Figliulo,
tanto
la
conducción
como
la
producción
del
envío
no
dudaron
en
mandar
al
aire
un
chiste
de
humor
negro
que
se
burlaba
del
cáncer
y
la
pedofilia. “Lo
que
yo
atiné
a
hacer
ante
esa
barbaridad
fue
reírme
de
los
nervios”,
dijo
el
conductor
luego
del
episodio
que
generó
un
tenso
momento
al
aire,
pero
que
no
explotó
hasta
que
no
se
produjera
un
escándalo
luego
de
que
los
usuarios
de
redes
sociales
lo
replicaran.

Tronco

“Estoy
enojado
con
lo
que
pasó
y
estoy
enojado
conmigo.
Se
nos
ocurrió
hacer
un
programa
de
humor,
abrimos
los
teléfonos
y
te
podés
encontrar
con
cualquier
cosa.
Pero
lo
importante
es
el
tema
de
la
no
reacción”,
explicó
Figliulo
que
al
día
siguiente,
en
una
transmisión
especial
en
la
que
pidió
disculpas
por
lo
sucedido.
Por
otro
lado,
la
persona
responsable
de
la
transmisión
de
los
audios
fue
desvinculada.

Por
su
parte,
Alejandro
Fantino,
uno
de
los
socios
de
la
plataforma
de
streaming,
salió
a
disparar
contra
lo
ocurrido
en
su
medio.
Incluso,
anunció
que
el
programa
en
cuestión
ya
no
estará
más
al
aire,
así
como
el
encargado
de
“darle
play
al
horrendo
audio”.
Pero
mientras
en
Neura
buscaban
la
manera
de
zafar
de
su
escándalo,
en
la
pantalla
de
Olga
se
producía
otro.
Tomás
“Toto”
Kirzner,
hijo
de
Adrián
Suar
y
Araceli
González
y
parte
del
programa
“Mi
primo
es
así”,
llevó
adelante
una
polémica
imitación
de
una
entrevista
que
Pepe
Cibrián
dio
hace
unos
años.

Alejandro Fantino

“Empiezan
a
reírse
de
esto,
de
una
lucha
de
años
y
años
para
defender
una
ley
igualitaria,
por
la
cual
luché
fundamentalmente
en
el
Senado
de
la
Nación
y
por
la
cual
soy
ciudadano
ilustre,
para
que
se
puedan
adoptar
chicos
y
evitar
que
tres
o
cuatro
hermanos
sean
desplazados
el
uno
del
otro,
y
ellos
se
matan
de
risa”,
dijo
el
dramaturgo
luego
de
ver
el
clip
en
el
que
se
mofaban
de
él
y
sus
dichos. “El
streaming
es
responsable
de
esto,
¿pero
qué
tenemos
que
decir?”,
reflexionó
Cibrián
luego
de
reafirmar
que
no
aceptaría
el
tibio
pedido
de
disculpas
ensayado
por
Kirzner
y
el
dueño
de
Olga,
Migue
Granados.


Vacío

“No
es
un
problema
solamente
del
streaming,
sino
del
uso
de
internet
en
general
que
no
está
regulado”,
explica
a
NOTICIAS
la
periodista
Miriam
Lewin,
ex
titular
de
la
Defensoría
del
Público
de
Servicios
de
Comunicación
Audiovisual.
La
especialista
explica
que
este
fenómeno
no
es
sólo
local:
“En
el
2023
se
realizó
en
París
la
conferencia ‘Internet
for
trust’
que
justamente
abordó
la
problemática
que
existe
en
torno
a
la
falta
de
regulación
en
las
redes
y
plataformas.
Allí,
el
principal
debate
fue
que
las
plataformas
dejen
de
autorregularse
y
la
necesidad
de
llegar
a
un
modelo
de
co-regulación
entre
las
compañías,
el
sector
público
y
las
organizaciones
no
gubernamentales”.

Migue Granados

Ese
vacío
de
responsabilidades
es
el
que
hace
que
las
regulaciones
y
filtros
brillen
por
su
ausencia.
“No
hay
nadie
que
regule
nada,
porque
si
uno
realiza
una
denuncia
ante
YouTube,
Twitter
o
cualquier
otra
plataforma,
depende
de
la
misma
empresa
y
detrás
de
eso
hay
un
modelo
de
negocios,
porque,
se
diga
lo
que
se
diga,
cuantas
más
veces
es
compartido
un
contenido,
más
se
capitalizan”,
explica
Lewin.

Así,
los
desenfrenados
dichos,
por
más
desubicados
que
sean,
no
dejan
de
ser
una
especie
de
publicidad
gratuita
para
estos
streaming
e
incluso
les
generan
rédito
a
través
de
clicks.
Por
caso,
el
debut
de
Alex
Caniggia
en
el
streaming
oficialista
Carajo
volvió
a
replicar
este
mecanismo
ya
que
el
hijo
del
futbolista
 no
sólo
no
escatima
ningún
insulto
al
aire,
sino
que
además
posa
para
la
cámara
agarrándose
ostensiblemente
sus
genitales.
En
la
tevé
tradicional,
esa
escena
grotesca
supondría
algún
tipo
de
sanción,
pero
en
el
mundo
del
“todo
vale”
del
streaming,
no.
Incluso,
la
imagen
se
vuelve
aún
más
viral
compartiéndose
en
redes
sociales.

El
público
también
aporta
lo
suyo.
El
año
pasado,
en
plena
transmisión
de
Olga,
el
propio
Migue
Granados
debió
sacar
del
aire
a
un
oyente
que
estaba
saliendo
por
teléfono
y
que
se
refiría
en
términos
peyorativos
a
las
personas
con
síndrome
de
Down.
En
este
caso,
fue
el
propio
humorista
el
que
aplicó
el
filtro
y,
a
diferencia
de
lo
ocurrido
en
Neura,
se
pidió
perdón
de
inmediato.
Sin
embargo,
el
episodio
dejó
en
evidencia
la
falta
de
control
que
también
impera
en
la
audiencia.

Por
el
momento
no
hay
un
acuerdo
sobre
cómo
debe
regularse
lo
que
se
dice
y
se
hace
en
los
canales
de
streaming.
Y,
al
calor
de
este
vacío,
proliferan
dichos
y
acciones
fuera
de
lugar,
vulgares
y
que
en
otros
medios
no
serían
emitidas.
En
esta
ausencia
de
regulación,
los
canales
de
streaming
siguen
avanzando
sin
control.

 

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